6 jul 2017

LA CIUDAD ALEMANA DESPLEGÓ 20.000 POLICÍAS PARA CONTENER A LOS MANIFESTANTESLos antisistema amenazan con convertir a Hamburgo en un “infierno” durante el G-20
MARÍA EMILIA REBOLLO
6 de Julio de 2017


LA CARA REBELDE. Andreas Blechschmidt es uno de los activistas de izquierda más conocidos de Hamburgo. Forma parte de la agrupación que tomó el teatro Rote Flora, en cuya terraza se sacó esta fotografía.
Los organizadores de las protestas estiman que 100.000 personas marcharán el sábado. Hoy se espera que el denominado “bloque negro” protagonice las más violentas en
Hamburgo y Berlín . A los miembros del G-20, "bienvenidos al infierno", se lee en la mayor de las pancartas que cuelgan de la Rote Flora, un centro cultural de izquierda y otrora teatro del barrio St. Pauli, en Hamburgo. Andreas Blechschmidt, uno de los activistas más conocidos del grupo que lo administra, explica desde el balcón del edificio, cubierto por pintadas y proclamas en contra del capitalismo y la polizei, que las manifestaciones fueron cautelosamente planeadas para sabotear la cumbre.

Para la marcha que está pautada para hoy su organización espera la presencia de 10.000 miembros de organizaciones radicales que están dispuestos a "cruzar algunos límites, como lanzar piedras, o incluso cócteles molotov" para "defenderse" de las fuerzas de seguridad, adelantó Blechschmidt en conversación con Ámbito Financiero. No obstante, la mayor convocatoria está programada para el sábado, cuando estiman que 100.000 personas colapsarán la ciudad.

Frente a intenciones tan claras y la amenaza terrorista siempre latente, Hamburgo preparó la mayor intervención de seguridad de su historia.

El Gobierno desplegó 20.000 policías y limitó el tránsito en las inmediaciones de la sede del foro y la Filarmónica del Elba, donde los jefes de Estado y Gobierno serán agasajados. El mayor volumen de uniformados en los puntos calientes comenzó a notarse en abril, y a pesar de que no hay restricciones concretas, los medios hablan de un "estado de excepción" temporal.

"Que Hamburgo haya sido elegida sede de este encuentro impactó en la sociedad local ya que en esta ciudad existe una escena de la izquierda radical muy fuerte y conocida por toda Alemania", revela Blechschmidt. "Y la gente se plantea ¿quién tuvo la idea tan tonta de organizar el G-20 acá, al lado de la gente de la izquierda? Eso se puede explicar con una metáfora: hacer un fuego en un lugar muy, muy seco", advierte.

La explicación pausada y su tono de voz bajo hacen por momentos difícil imaginarlo cometiendo actos de vandalismo. Blechschmidt, que estudió Literatura Alemana y Psicología Social en la Universidad de Hamburgo, sostiene que "nosotros no somos los violentos, sino ellos, los que estarán participando de encuentro". "Se presentan como bomberos del incendio que ellos mismos generaron", afirma el activista, que priorizó el repudio a la guerra en Siria, el manejo de la crisis contra los refugiados y las escasas políticas para frenar el cambio climático como los reclamos de la marcha.

La izquierda plantó su bandera en Hamburgo hace 40 años, cuando el plan del municipio para derrumbar las casas históricas en pos del desarrollo urbanístico moderno chocó con la resistencia de sus habitantes originales: inmigrantes y obreros. Además, la puja por el destino de la Rote Flora entre las autoridades que abogaban por su destrucción y los sectores que apoyaban mantener su estética condujo a que el caso cobre notoriedad nacional. Hoy resiste como la única casa tomada en toda Alemania.

La presencia de los resistidos presidentes de Estados Unidos, Rusia y Turquía, Donald Trump, Vladímir Putin y Recep Tayyp Erdogan, aumenta las probabilidades de protestas violentas.

"Tener todas estas personas juntas es mucho mejor que si nunca se reunieran", afirmó Wolfgang Schmidt, representante de Hamburgo ante el Gobierno federal de Alemania y la Unión Europea, y responsable de la organización del G-20.

"Alemania está estableciendo un ejemplo y tratando de convencer a los argentinos, que serán quienes tomarán la Presidencia (a fin de año, n.d.r.), que este es el tipo de estándar" que cada comando del foro debería seguir, apuntó en conversación con este diario y otros medios de la América Latina en Berlín.

"Recibir la cita será algo bueno", insistió. "Hamburgo es la ciudad del comercio en Alemania y junto con Fráncfort, la más internacional, pero tiene la ventaja de no ser vista, como esta última, como un símbolo de capitalismo financiero, sino de intercambio comercial", declaró. Por otra parte, "quienes se quejan dicen: 'Ellos están en nuestro patio, ¿cómo pueden hacer esto en nuestro barrio?'. Y la respuesta es 'nosotros fuimos electos democráticamente, este es también nuestro patio'", sostuvo.

Con todo, ambos bandos se preparan para lo peor. Las autoridades del municipio acondicionaron un viejo supermercado con capacidad para retener a 400 personas mientras la Justicia determina su futuro.

En la otra vereda, los manifestantes, apodados "el bloque negro", ya se aseguraron el respaldo de 170 abogados para enfrentar futuros cargos. "El 9 de julio vamos a arreglar Hamburgo otra vez", dice Blechschmidt, hace una pausa larga y se ríe; "creo que algunas cosas van a estropearse".