Gobierno iraquí celebró la "liberación" de Mosul del Estado Islámico
9 de Julio de 2017
El primer ministro de Irak, Haidar al Abadi, llegó a la ciudad "liberada" de Mosul para felicitar a los combatientes y celebrar junto al pueblo iraquí por la "gran victoria lograda" sobre el Estado Islámico (EI), pese a que altos mandos militares señalaron que algunos yihadistas aún resisten en el casco antiguo de la ciudad.
Hacia semanas que lo venía anticipando, pero finalmente Al Abadi pudo viajar a la ciudad antigua de Mosul para darse un moderado baño de masas entre militares y policías exhaustos, y civiles hambrientos y desgastados, que pese a todo lo que vivieron y sufrieron en los últimos nueve meses, con la ofensiva para expulsar al EI de la ciudad, salieron a festejar.
"Con alma y sangre te redimimos Irak" fue uno de los cantos que gritaron los combatientes y habitantes de Mosul que se congregaron alrededor del premier, quien prometió que esa derrota marcará el final de la milicia islamista radical.
La liberación de la ciudad de Mosul no fue oficialmente declarada por el Ejército, ya que aún existen focos de resistencia en el casco antiguo, pero el avance hecho fue suficiente para que el gobierno celebrara a lo grande y se adelantara a cantar victoria.
Imágenes de coloridos fuegos artificiales, movedizas banderas iraquíes y caras sonrientes, ante todo caras sonrientes, dominaron los videos y las fotografías difundidas por el gobierno iraquí y los medios internacionales de la llegada de Al Abadi, todo vestido de negro, a Mosul.
En el fondo, sin embargo, se podía una ciudad completamente destruida, en ruinas.
Mientras el gobierno festejaba, el EI denunció que los "violentos bombardeos" de las fuerzas iraquíes y de sus aliados mataron a más de 100 civiles e hirieron a otros 220 en los últimos dos días en la zona de Al Maidan, en el casco histórico de Mosul, según un comunicado publicado por la agencia de noticias Amaq, cercana a la milicia, y reproducido por la agencia EFE.
La zona de Al Maidan fue la que tomó el Ejército y la Policía iraquíes.
La cifra de víctimas civiles denunciada por el EI, un grupo que utilizó a los habitantes como escudos humanos o los ejecutó por intentar escapar, no fue confirmada por ninguna otra fuente.
Sin embargo, organizaciones humanitarias internacionales y hasta la ONU denunció insistentemente que los bombardeos, en especial los aéreos lanzados por la coalición dirigida por Estados Unidos, sobre el poblado centro de Mosul estaban matando e hiriendo a muchos civiles, que no tenían donde escapar.
La ofensiva que lanzó el gobierno iraquí para recuperar el control de la segunda ciudad más importante del país comenzó en octubre pasado y desde entonces los civiles desplazados se cuentan por los cientos de miles.
El comandante de las Operaciones Conjuntas del Ejército y la Policía, Abdelamir Yarala, informó hoy a la prensa que los combatientes islamistas del EI sólo resisten en el distrito de Al Qaliyat, ubicado en el casco histórico, y advirtió que los combates son muy violentos. Además alertó que varias familias siguen encerradas allí.
Mientras la situación se mantiene muy tensa en ese barrio, los habitantes de todo alrededor pudieron hoy salir de la ciudad, con las pocas pertenencias que podían transportar, y celebraron en medio de la destrucción total.
Todos los civiles que pueden salir, tras un chequeo de seguridad para garantizar que no son combatientes del EI disfrazados, son enviados a uno de los tantos campos de desplazados de las afueras de Mosul, donde no sólo deberán esperar el fin de los combates, sino que el Estado comience con la reconstrucción de las viviendas y de la infraestructura más básica de la ciudad.
Pero eso parece el futuro todavía; hoy Al Abadi se dedicó a felicitar a sus comandantes.
Después de saludar a los primeros soldados y civiles que lo recibieron en las fueras de la cuidad, Al Abadi se dirigió a la sede de la Policía Federal para encontrarse con los principales comandantes y militares de las diferentes unidades que encabezaron la masiva avanzada, que incluyó no sólo a las fuerzas de seguridad nacionales, sino también milicias chiitas pro gubernamentales y aliadas de Irán, los aviones de Estados Unidos y el ejército de la región autónoma del Kurdistán, más conocido como los peshmergas.
Al Abadi escuchó el relato de la victoria de boca de sus comandantes, según un comunicado de su oficina en Bagdad. "El mundo no se imaginó que íbamos a acabar con el Dáesh (acrónimo en árabe del EI) tan rápidamente", se congratuló el premier.
En 2014, el EI sorprendió al gobierno iraquí y al mundo entero al avanzar rápidamente sobre parte del territorio de ese país y de la vecina Siria. Gracias a los conflictos internos, la milicia que hasta entonces era prácticamente desconocida logró tomar más de un cuarto de los dos territorios.
En Irak, las sucesivas derrotas del EI en los últimos años desataron una nueva crisis política en el país ya que las milicias chiitas pro gubernamentales que participan de las ofensivas emprendieron violentas represalías contras las poblaciones sunnitas, que primero sufrieron el terror de la milicia extremista y luego el asedio de los combates y los bombardeos para ser liberadas.
El gobierno de Al Abadi prometió que esto no volverá a pasar en Mosul.
El primer ministro de Irak, Haidar al Abadi, llegó a la ciudad "liberada" de Mosul para felicitar a los combatientes y celebrar junto al pueblo iraquí por la "gran victoria lograda" sobre el Estado Islámico (EI), pese a que altos mandos militares señalaron que algunos yihadistas aún resisten en el casco antiguo de la ciudad.
Hacia semanas que lo venía anticipando, pero finalmente Al Abadi pudo viajar a la ciudad antigua de Mosul para darse un moderado baño de masas entre militares y policías exhaustos, y civiles hambrientos y desgastados, que pese a todo lo que vivieron y sufrieron en los últimos nueve meses, con la ofensiva para expulsar al EI de la ciudad, salieron a festejar.
"Con alma y sangre te redimimos Irak" fue uno de los cantos que gritaron los combatientes y habitantes de Mosul que se congregaron alrededor del premier, quien prometió que esa derrota marcará el final de la milicia islamista radical.
La liberación de la ciudad de Mosul no fue oficialmente declarada por el Ejército, ya que aún existen focos de resistencia en el casco antiguo, pero el avance hecho fue suficiente para que el gobierno celebrara a lo grande y se adelantara a cantar victoria.
Imágenes de coloridos fuegos artificiales, movedizas banderas iraquíes y caras sonrientes, ante todo caras sonrientes, dominaron los videos y las fotografías difundidas por el gobierno iraquí y los medios internacionales de la llegada de Al Abadi, todo vestido de negro, a Mosul.
En el fondo, sin embargo, se podía una ciudad completamente destruida, en ruinas.
Mientras el gobierno festejaba, el EI denunció que los "violentos bombardeos" de las fuerzas iraquíes y de sus aliados mataron a más de 100 civiles e hirieron a otros 220 en los últimos dos días en la zona de Al Maidan, en el casco histórico de Mosul, según un comunicado publicado por la agencia de noticias Amaq, cercana a la milicia, y reproducido por la agencia EFE.
La zona de Al Maidan fue la que tomó el Ejército y la Policía iraquíes.
La cifra de víctimas civiles denunciada por el EI, un grupo que utilizó a los habitantes como escudos humanos o los ejecutó por intentar escapar, no fue confirmada por ninguna otra fuente.
Sin embargo, organizaciones humanitarias internacionales y hasta la ONU denunció insistentemente que los bombardeos, en especial los aéreos lanzados por la coalición dirigida por Estados Unidos, sobre el poblado centro de Mosul estaban matando e hiriendo a muchos civiles, que no tenían donde escapar.
La ofensiva que lanzó el gobierno iraquí para recuperar el control de la segunda ciudad más importante del país comenzó en octubre pasado y desde entonces los civiles desplazados se cuentan por los cientos de miles.
El comandante de las Operaciones Conjuntas del Ejército y la Policía, Abdelamir Yarala, informó hoy a la prensa que los combatientes islamistas del EI sólo resisten en el distrito de Al Qaliyat, ubicado en el casco histórico, y advirtió que los combates son muy violentos. Además alertó que varias familias siguen encerradas allí.
Mientras la situación se mantiene muy tensa en ese barrio, los habitantes de todo alrededor pudieron hoy salir de la ciudad, con las pocas pertenencias que podían transportar, y celebraron en medio de la destrucción total.
Todos los civiles que pueden salir, tras un chequeo de seguridad para garantizar que no son combatientes del EI disfrazados, son enviados a uno de los tantos campos de desplazados de las afueras de Mosul, donde no sólo deberán esperar el fin de los combates, sino que el Estado comience con la reconstrucción de las viviendas y de la infraestructura más básica de la ciudad.
Pero eso parece el futuro todavía; hoy Al Abadi se dedicó a felicitar a sus comandantes.
Después de saludar a los primeros soldados y civiles que lo recibieron en las fueras de la cuidad, Al Abadi se dirigió a la sede de la Policía Federal para encontrarse con los principales comandantes y militares de las diferentes unidades que encabezaron la masiva avanzada, que incluyó no sólo a las fuerzas de seguridad nacionales, sino también milicias chiitas pro gubernamentales y aliadas de Irán, los aviones de Estados Unidos y el ejército de la región autónoma del Kurdistán, más conocido como los peshmergas.
Al Abadi escuchó el relato de la victoria de boca de sus comandantes, según un comunicado de su oficina en Bagdad. "El mundo no se imaginó que íbamos a acabar con el Dáesh (acrónimo en árabe del EI) tan rápidamente", se congratuló el premier.
En 2014, el EI sorprendió al gobierno iraquí y al mundo entero al avanzar rápidamente sobre parte del territorio de ese país y de la vecina Siria. Gracias a los conflictos internos, la milicia que hasta entonces era prácticamente desconocida logró tomar más de un cuarto de los dos territorios.
En Irak, las sucesivas derrotas del EI en los últimos años desataron una nueva crisis política en el país ya que las milicias chiitas pro gubernamentales que participan de las ofensivas emprendieron violentas represalías contras las poblaciones sunnitas, que primero sufrieron el terror de la milicia extremista y luego el asedio de los combates y los bombardeos para ser liberadas.
El gobierno de Al Abadi prometió que esto no volverá a pasar en Mosul.