Fabián Werner (*) / Sudestada / @fwernerv
La red mundial del lavado de dinero tiene un nudo importante en Montevideo. Aquí se cruzan los dineros mal habidos de Argentina, Brasil, Perú y otros países de la región, que recurren a empresas de papel uruguayas para lavar su dinero en cuentas de otras guaridas fiscales.
“Un conocido fabricante de compañías fantasma”
. La descripción calza como un guante al uruguayo Néstor Gustavo Cardozo García, quien es definido así en la prensa argentina por su vinculación en el escándalo que se investiga por estos días en la provincia sureña de Tierra del Fuego. Es que el ex vice gobernador Daniel Gallo, acusado de varios delitos de corrupción, recurrió a los servicios de Cardozo García para lavar el dinero que malversó durante sus años en la gestión pública.
Pero este nombre de nula trascendencia para los medios y los investigadores del lavado de dinero en Uruguay, también está vinculado con la trama de corrupción que sacude a América Latina y que involucra a la constructora brasileña Odebrecht. Cardozo García figura como presidente y director de Wircel SA, una empresa fantasma uruguaya que se utilizó como vehículo para pagar millones de dólares de coimas en Perú.
El exgobernador regional del Cusco Jorge Acurio Tito usó a Wircel para justificar el “Acuerdo de asesoramiento de inversiones inmobiliarias” a fin de cobrar 3 millones dólares de Odebrecht. El pago se realizaría a cambio del trato preferencial de la constructora en licitaciones públicas como el “Mejoramiento de la transitabilidad peatonal y vehicular de la avenida vía circunvalación de la ciudad del Cusco”.
Wircel fue creada en Montevideo el 2 de enero de 2013 en el rubro de “construcción y gerenciamiento de proyectos” y declaró como su dirección Rincón 610 Piso 4 Oficina 410, aunque en realidad ese escritorio no existe. Sin embargo, como domicilio fiscal la sociedad sí dio un apartamento real en el mismo edificio, el número 402, donde tiene su sede la empresa NGC Consultores, cuyo nombre coincide con las iniciales del mencionado Néstor Gustavo Cardozo García.
La sociedad de papel Wircel, representada por José Zaragoza, un abogado del exgobernador Acurio Tito, suscribió el 4 de octubre de 2013 un “Acuerdo de asesoramiento de inversiones inmobiliarias” con la offshore Klienfield Service Ltda, radicada en la guarida fiscal caribeña de Antigua y Barbuda, que la constructora Odebrecht utilizó hasta el 2011 para los pagos ilícitos a los funcionarios corruptos de una docena de países de América y África.
Como suele suceder en estos casos, a fin de evitar su rastreo, el dinero pasó por varios países antes de llegar a la filial del banco Credit Andorra en Panamá. Pero como uno de los sitios del recorrido del dinero fue el banco Wells Fargo de Estados Unidos, la transacción comenzó a ser investigada por el FBI y terminó con la confesión de los directivos de la constructora.
Toda la historia de la maniobra está narrada en el documento de la Justicia peruana que dispuso la captura de Acurio Tito y el allanamiento de sus propiedades.
La red mundial del lavado de dinero tiene un nudo importante en Montevideo. Aquí se cruzan los dineros mal habidos de Argentina, Brasil, Perú y otros países de la región, que recurren a empresas de papel uruguayas para lavar su dinero en cuentas de otras guaridas fiscales.
“Un conocido fabricante de compañías fantasma”
. La descripción calza como un guante al uruguayo Néstor Gustavo Cardozo García, quien es definido así en la prensa argentina por su vinculación en el escándalo que se investiga por estos días en la provincia sureña de Tierra del Fuego. Es que el ex vice gobernador Daniel Gallo, acusado de varios delitos de corrupción, recurrió a los servicios de Cardozo García para lavar el dinero que malversó durante sus años en la gestión pública.
Pero este nombre de nula trascendencia para los medios y los investigadores del lavado de dinero en Uruguay, también está vinculado con la trama de corrupción que sacude a América Latina y que involucra a la constructora brasileña Odebrecht. Cardozo García figura como presidente y director de Wircel SA, una empresa fantasma uruguaya que se utilizó como vehículo para pagar millones de dólares de coimas en Perú.
El exgobernador regional del Cusco Jorge Acurio Tito usó a Wircel para justificar el “Acuerdo de asesoramiento de inversiones inmobiliarias” a fin de cobrar 3 millones dólares de Odebrecht. El pago se realizaría a cambio del trato preferencial de la constructora en licitaciones públicas como el “Mejoramiento de la transitabilidad peatonal y vehicular de la avenida vía circunvalación de la ciudad del Cusco”.
Wircel fue creada en Montevideo el 2 de enero de 2013 en el rubro de “construcción y gerenciamiento de proyectos” y declaró como su dirección Rincón 610 Piso 4 Oficina 410, aunque en realidad ese escritorio no existe. Sin embargo, como domicilio fiscal la sociedad sí dio un apartamento real en el mismo edificio, el número 402, donde tiene su sede la empresa NGC Consultores, cuyo nombre coincide con las iniciales del mencionado Néstor Gustavo Cardozo García.
La sociedad de papel Wircel, representada por José Zaragoza, un abogado del exgobernador Acurio Tito, suscribió el 4 de octubre de 2013 un “Acuerdo de asesoramiento de inversiones inmobiliarias” con la offshore Klienfield Service Ltda, radicada en la guarida fiscal caribeña de Antigua y Barbuda, que la constructora Odebrecht utilizó hasta el 2011 para los pagos ilícitos a los funcionarios corruptos de una docena de países de América y África.
Como suele suceder en estos casos, a fin de evitar su rastreo, el dinero pasó por varios países antes de llegar a la filial del banco Credit Andorra en Panamá. Pero como uno de los sitios del recorrido del dinero fue el banco Wells Fargo de Estados Unidos, la transacción comenzó a ser investigada por el FBI y terminó con la confesión de los directivos de la constructora.
Toda la historia de la maniobra está narrada en el documento de la Justicia peruana que dispuso la captura de Acurio Tito y el allanamiento de sus propiedades.