18 dic 2014

Revelan el papel secreto de Henry Kissinger en el peor desastre industrial del mundo

La fuga de 45 toneladas de isocianato de metilo de la planta de pesticidas, ubicada en un barrio densamente poblado de Bhopal hace 30 años, el 3 de diciembre de 1984, mató al menos a 3.000 personas en las primeras 24 horas. Cerca de 15.000 fallecieron posteriormente por las secuelas. El total de afectados por el accidente industrial fue de más de 600.000 personas, 150.000 de ellas sufrieron graves secuelas. En la zona afectada hasta ahora nacen niños con todo tipo de enfermedades y malformaciones.

Washington conspiró para que el gigante petroquímico Unión Carbide pudiera eludir su responsabilidad por el peor accidente industrial del mundo, la tragedia de Bhopal. Un papel importante en este aspecto fue desempeñado por el exsecretario de Estado de EE.UU. y premio nobel de la paz de 1973, Henry Kissinger.

En su puesto de secretario de Estado, Kissinger ayudó a construir la tristemente famosa fábrica de Bhopal, según activistas citados por 'The Herald'. Haciendo referencia a dos cables diplomáticos filtrados por WikiLeaks, los activistas comunican que el entonces jefe de Relaciones Exteriores de EE.UU. facilitó a Union Carbide un préstamo bancario de 1,3 millones de dólares, suma que cubrió un 45% del coste de la edificación de la planta de pesticidas.

Pero esto no es todo. Al acabar su carrera en la Casa Blanca, Kissinger fue consejero en muchas empresas estadounidenses, Union Carbide incluida. Una carta revelada bajo la legislación sobre la libertad de información testimonia que Kissinger presionó al Gobierno indio para acordar un arreglo legal que permitió al gigante petroquímico eludir su responsabilidad. Como mediador participó el ahora fallecido magnate indio del acero Jehangir Ratanji Dadabhoy Tata.

En mayo de 1988, cuatro años después de la tragedia, Tata escribió en secreto al primer ministro indio Rajiv Gandhi para comunicarle la preocupación de Kissinger sobre las demoras en conseguir un compromiso sobre los pagos a las víctimas. La empresa estaba dispuesta a "una solución justa y generosa" que "contrarrestaría eficazmente cualquier ataque o crítica", decía la misiva.

En febrero de 1989 el Gobierno indio dio un sí a un acuerdo y todos los cargos contra Unión Carbide y sus gerentes fueron revocados. El Tribunal Supremo de la India anuló el legado en 1991.