11 dic 2014

Un represor reveló supuestas fosas comunes

MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA

El exjefe de interrogatorios del centro clandestino de detención cordobés La Perla, Ernesto "Nabo" Barreiro, declaró que al menos 25 víctimas del terrorismo de Estado fueron sepultadas en la zona de los hornos de La Ochoa, donde ya se habían hallado restos humanos, en la localidad de Villa Ciudad de América y dentro del predio del III Cuerpo de Ejército, que el TOF 1 dispuso inspeccionar inmediatamente.


El exteniente Barreiro está imputado en la megacausa "La Perla-Campo de la Ribera" por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar. Los jueces del Tribunal Oral Federal 1 lo escucharon y dispusieron comprobar la veracidad de los dichos.
Este juicio lleva poco más de dos años, empezó el 4 de diciembre de 2012, y hasta ahora los jueces Jaime Díaz Gavier, Julián Falcucci, José Quiroga Uriburu y Carlos Ochoa, escucharon las declaraciones de 428 testigos, entre los que se encuentran sobrevivientes y familiares de víctimas.
Durante este tiempo, cuatro imputados fallecieron y tres fueron apartados del proceso por su estado de salud, por lo que actualmente son cincuenta los que se encuentran sometidos a proceso. Entre los acusados se encuentra el ex general de división Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército que ya purga varias condenas. Este juicio reúne 27 causas penales, entre ellas se destaca la causa "Mackentor" sobre la apropiación de esa empresa.
El tribunal dispuso que las audiencias continuarán hasta el próximo 17 de diciembre y se reanudarán el 4 de febrero de 2015, luego de la feria judicial de enero.
"El Nabo" encabezó en la Semana Santa de 1987 el levantamiento de los militares "carapintadas" contra el gobierno del entonces presidente Raúl Alfonsín, y luego fue beneficiado por la ley de "Obediencia Debida". Continuó con su carrera en el Ejército y en 1989 participó de la campaña electoral del entonces candidato peronista Carlos Menem. En 2004, con el levantamiento de las leyes de impunidad, fue requerido por la justicia pero ya se había fugado a los Estados Unidos.
Radicado en el estado de Virginia con su esposa, que había puesto un comercio de productos argentinos, finalmente fue detenido y deportado a Argentina para ser enjuiciado.