3 may 2015

"Los sudafricanos le fallaron a Mandela"

"Muchos procesos poscoloniales mantienen la misma estructura del Estado opresor que los precedió", dice.

03 de Mayo de 2015

Ashad Sentongo, especialista en conflictos étnicos

Boyanovsky Bazán


En Argentina - Ashad Sentongo fue invitado por el Centro Internacional para la Promoción de DD HH, de Baltasar Garzón - Foto: mariano martino

Con más de 20 años de experiencia de trabajo por la paz y la resolución de conflictos en su país, Uganda, una amplia formación académica y la dirección de los Programas de África del Instituto Auschwitz por la Paz y la Reconciliación, Ashad Sentongo ofrece una mirada esclarecedora sobre las crisis sociales y políticas en el continente africano. El principal desafío, dice este especialista en conflictos étnicos, es lo que llama la "descolonización de la memoria" en los pueblos que han sido subyugados por el colonialismo y que hoy presentan problemas complejos como en Sudáfrica, donde dice que la agenda del movimiento anti-apartheid "se quedó a mitad de camino". Sentongo fue uno de los invitados del seminario Tramas del Genocidio y de los Crímenes de Guerra, que organizó la semana pasada en Buenos Aires el Centro Inernacional para la Promoción de los Derechos Humanos, dirigido por el juez español Baltasar Garzón.
"El proceso del colonialismo y la naturaleza estructural del Estado poscolonial, especialmente en África, produjo condiciones que dieron lugar a genocidios", dijo Sentongo a Tiempo. El ugandés menciona el concepto de "etnologización", una mirada etnocentrista que supone la base de conflicto entre pueblos ancestrales que no encuentran la forma de adaptarse y aceptarse mutuamente. A eso agrega que "los procesos de colonialismo continuaron tras la independencia, con iguales políticas adoptadas para construir una estructura estatal marcada por la discriminación y la disparidad entre grupos diferentes".

–¿De qué forma que se da esa continuidad?
–Tal como dice (el académico ugandés, director del Instituto Makerere de Investigación Social, MISR) Mahmud Mamdani en su libro Ciudadanos y Sujetos, "la naturaleza del Estado poscolonial en África fue una herencia del Estado colonial". En otras palabras, aunque los líderes cambiaron desde el colonialismo, continuó ese concepto en el nuevo Estado.
–¿Incluso en los nativos?
–Claro. El tejido social fue reclutado desde algunos grupos étnicos y redes comunitarias, y otros fueron discriminados, tal como había sido organizado el sistema colonial. Y por supuesto esto generó mucho descontento entre quienes quedaron fuera. Todas las guerras civiles que se produjeron fueron movilizadas por cuestiones étnicas. En el Estado colonial, los nativos y los colonos estaban en clases diferentes, pero el Estado poscolonial adoptó una estructura similar. Estas son condiciones que producen los elementos del genocidio. Discriminación, clasificación… una vez que has sido discriminado y clasificado como un marginal, tu próximo paso será organizarte para luchar.
–¿Cuál sería un ejemplo?
–Hablemos del caso de Ruanda. El Estado colonial fue organizado con el poder de dominación sobre una minoría, los hutus. Y cuando el poder pasó a sus manos, esa minoría se aseguró de retenerlo a expensas de la inclusión de todos, y la negociación entre dos grupos étnicos que podían coexistir. El resultado de la discriminación contra los hutus llevó a la comunidad hutu a organizarse para destruir a los tutsis. Por eso descolonizar la memoria es deconstruir paradigmas, modelos mentales que los pueblos sostienen contra otros. Ahora, esto requiere de un montón de procesos sociales, pero también estructurales: educación, reformas económicas, políticas nacionales.
–¿Existen en África grupos étnicos y tribales que conviven dentro de los límites de una nación que no necesariamente los representa?
–Sí, África es una sociedad altamente "etnologizada". En Uganda hay cerca de 52 grupos étnicos. Todos tienen culturas diferentes, lenguas o dialectos diferentes y por lo tanto los procesos culturales y sociales de estas tribus o grupos étnicos son diferentes. Fue una falla no haber tenido una conversación con estos grupos para ver cómo podrían coexistir en un Estado unificado. En Tanzania se logró tender un puente comunicacional con la lengua suahili. Pero en otros países como Uganda es difícil. Nigeria tiene más de 100 grupos étnicos, Kenia más de 50. Y la naturaleza del Estado es unitaria, poder y control centralizado, pero todos esos grupos étnicos se consideran a sí mismos como un cuasi Estado. El pueblo está tan dividido entre tantos grupos que es muy fácil para uno sentirse discriminado y organizarse contra otros, por la lengua, el territorio, por luchas ancestrales. Incluso en Ruanda, donde la lengua y la cultura es la misma, en la lucha entre hutus y tutsis se apeló a razones históricas.
–¿Cómo se enmarcan en este contexto los recientes hechos de xenofobia en Sudáfrica?
–En mi opinión, es un fracaso del movimiento anti-apartheid, porque cuando llegaron al poder fallaron en continuar con esa agenda de igualdad, oportunidades, hermandad. No hubo una educación masiva sobre cómo vivir en la Sudáfrica post apartheid. Desprenderse de la idea de la resistencia y pasar a otro estado. La segunda, fue un fracaso en el gobierno para expandir oportunidades, para comprometer al pueblo en forma productiva. Lo que está pasando ahora es un resultado de ese fracaso. Los niveles educativos en la comunidad negra son muy bajos, también los niveles de empleo, no hay oportunidades. Ahora, todos los países tienen extranjeros, no se puede decir que los inmigrantes llegan para quitarte el trabajo, a menos que estés transfiriendo tus propios fracasos a otras personas. Estás transfiriendo tus debilidades. Esto indica que la agenda de liberación de Sudáfrica se perdió en el camino.
–¿Qué responsabilidad le cabe a Nelson Mandela en ese fracaso?
–Él cumplió su rol. Es como dice Shakespeare: "El mundo es un escenario." Usted llega al escenario, hace su parte y se va, es como el teatro. Cada uno tiene su parte, pero la obra la constituyen diferentes partes. Mandela cumplió con creces su rol, pero la gente que se hizo cargo de su agenda le falló. Porque la población negra sigue sin liberarse intelectual y psicológicamente.

La liberación de la mente

"A pesar de que el poder cambió de manos de blancos a negros, estos no están de liberados mentalmente. El modelo mental no fue liberado, permaneció en la era del apartheid", explicó Sentongo en la entrevista con Tiempo.
Como ejemplo concreto de este sistema de pensamiento, el ugandés contó una anécdota de cuando vivió en Sudáfrica, entre 1993 y 1998, donde este mes se produjo una violenta ola de xenofobia contra inmigrantes de países vecinos como Mozambique, Zimbaue y Malaui. "En varias ocasiones –relata Sentongo– asistí a la situación en que mis colegas me presentaban como 'nuestro amigo que viene de África'. ¿Entiende lo que esto significa? Ellos no se veían como africanos. Esto me pasó a mí, en 1998. Nadie puede decir que los líderes africanos no vieron que esto pasaría. Ellos sabían que eso estaba ahí y lo que se venía, y no hicieron nada al respecto", lamenta. Para Sentongo, el hecho de que hoy los sudafricanos le den la espalda a ciudadanos de países que se entregaron para apoyar su lucha contra el apartheid, significa que "no están liberados intelectualmente".

http://tiempo.infonews.com/nota/151630/los-sudafricanos-le-fallaron-a-mandela