18 jul 2015

Detienen en Porto Alegre al espía uruguayo de la dictadura confeso de envenenar al ex presidente de Brasil Joao Goulart

ANTICIPO DEL PLAN CÓNDOR

El ex espía uruguayo Mario Neyra Barreiro, que se encontraba prófugo de la justicia brasileña, fue detenido en Río Grande del Sur, donde reconoció haber formado parte del escuadrón de la muerte que envenenó al ex presidente Joao “Jango” Goulart, cuando se encontraba en el exilio.

16 de julio de 2015 

Neyra Barreiro, fue capturado por la policía en la Vila Lupicínio, de Porto Alegre, portando documentos falsos, según dijo el Jefe de la Agencia Regional de Inteligencia, mayor Leandro Luz, en declaraciones a la cadena RBS de la televisión Globo.
Una confesión y unas pruebas controvertidas

Barreiro había reconocido en la prisión de Charqueadas, en Río Grande del Sur, donde cumplía una condena por delitos comunes, que había participado de actividades de espionaje contra “Jango” Goulart, que se exilió en Punta del Este, tras su derrocamiento. Afirmó que durante ese período logró participar de una operación en la que se cambiaron los remedios para el corazón que utilizaba el ex mandatario por una “sustancia mortal” que no llegó a identificar con exactitud. “No me acuerdo si usamos Isordil, Adelpan o Nifodin. Conseguimos colocar un comprimido en los remedios importados de Francia. Goulart no podía ser examinado por 48 horas o esa sustancia sería detectada”,reconoció el represor uruguayo Neira Barreiro en una entrevista sin saber que estaba hablando con el hijo del ex presidente de Brasil, que murió en 1976 cuando estaba refugiado en Argentina, en la provincia de Corrientes, según publica Wikipedia.

Sus declaraciones llevaron a que la Comisión Nacional de la Verdad exhumara el cuerpo del ex mandatario –enterrado en su pueblo natal de San Borja- y realizara pericias para establecer las causas de la muerte. Sin embargo los resultados presentados en diciembre del año pasado no mostraron fehacientemente que el envenenamiento haya sido la causa principal del deceso.

“Jango” Goulart asumió la presidencia de Brasil en 1961, pero sus medidas de reforma agraria, campañas de salud, educación y alfabetización masiva para los más pobres, así como su acercamiento a los países socialistas de Europa, llevaron a que la derecha consolidara posiciones detrás de los militares golpistas.

El 23 de junio del 2000, fue presuntamente asesinado el ex piloto y amigo personal de Goulart, el uruguayo Ruben Rivero cuando se dirigía desde Buenos Aires al Uruguay a testificar en un juicio que implicaba un supuesto robo de acciones a una empresa de Goulart por valor de 20 millones de dólares.