¿Cómo surgió la idea de crear teleSUR? ¿Qué cambios ha incentivado en la región la instauración de nuevos medios? Y ¿qué escenario comunicacional está viviendo América Latina? Esta preguntas fueron contestadas por el historiador y escritor venezolano, Luis Britto García, durante el Congreso Internacional “Comunicación e integración latinoamericana, desde y para el Sur” que se realizó entre el 23 y 22 julio en Quito para conmemorar el décimo aniversario de teleSUR.
ANDES –
Britto fue uno de los ideólogos de teleSUR. Recuerda que el medio se constituyó para garantizar el derecho de la población latina a tener un espacio que refleje su “propia mirada”. “Es decir que con teleSUR en América Latina y el Caribe se comenzó a difundir nuestra ‘propia imagen’ en la versión dada por nosotros mismos.
El teórico venezolano cuenta que antes de la llegada de teleSUR casi todo lo que aparecía en medios sobre Latinoamérica era elaborado por grandes mega-monopolios de la comunicación y reproducido por las emisoras locales, poniendo énfasis en lo que las redes mundiales enfatizaban sobre el continente. Casi siempre, puntualiza, la información respondía a lo que algunos intereses hegemónicos querían posicionar sobre la región.
“TeleSUR es un intento de mirar el fenómeno de América Latina y el Caribe desde una óptica integracionista y considerando a Latinoamérica dentro de sus relaciones con el mundo. Con los países no alineados, desde una política Sur- Sur o desde su relaciones con África y Asia”.
¿De dónde nace la idea de teleSUR? Es una propuesta que surgió en el contexto del Primer Encuentro Internacional de Intelectuales con la Revolución Bolivariana donde se propuso un medio de alcance latinoamericano. Ante en intento de golpe de estado en 2002 contra el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez su impulso fue una de las prioridades para la región.
En julio del 2005, durante la conmemoración del 244 aniversario del nacimiento de Bolívar, Chávez materializó la idea conjuntamente con intelectuales como Ignacio Ramonet –catedrático y periodista español-, Danny Glover –actor estadounidense-, Eduardo Galeano –escritor y periodista uruguayo-, Adolfo Pérez Esquivel –activista argentino-, Tarek Alí – director de cine e historiador pakistaní-, Chiqui Vicioso – dramaturga y ensayista dominicana-, Richard Stallman – promotor del software libre-, Aram Aharonian – periodista y docente uruguayo- y Luis Britto.
“TeleSUR es una empresa colectiva de una parte importante de los países de la región que espero se convierta en una iniciativa de todos los países de América Latina”, aspira Britto. Para su sostenimiento y desarrollo siete países aportan con el financiamiento: Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela.
Latinoamérica crea medios alternativos a los tradicionales
El continente necesita “una mirada alternativa y una voz diferente”, sostiene Britto. Gran parte de los países progresistas de América Latina han tenido que emprender procesos de creación de nuevos medios con el objetivo de contrarrestar el ataque que los medios privados han realizado contra ellos.
Un ejemplo de este fenómeno fue lo que vivió Venezuela en 2002 cuando el gobierno de Chávez sufrió, lo que llama Britto, un “golpe mediático de Estado”. Los medios, explica, difundieron la falsa noticia de la renuncia del Presidente y propiciaron un “apagón comunicacional” para evitar desmentir esta información.
La coyuntura se pudo dar por la situación comunicacional del país donde existían cerca de un centenar de televisoras, un centenar de periódicos y más de un millar de radiodifusoras privadas. Medios que, afirma el académico, funcionaban como voceros de los intereses de sectores opositores al régimen.
En este contexto, el gobierno venezolano no tenía como responder a la información implantada en la sociedad. Con apenas una radio y una televisora nacional, sin alcance en todo el país, el presidente Hugo Chávez se dio cuenta de la necesidad de fomentar medios públicos y medios comunitarios. La importancia de estos actores, dentro del sistema de comunicación, es que “permiten la participación del pueblo en el fenómeno comunicacional”.
Esta tendencia se extendió por otros países progresistas. “La agresión comunicacional contra cualquier gobierno progresista es de tal magnitud que se debían crear canales para difundir su propio mensaje”, indica el escritor.
¿Cómo contrarrestar el ataque mediático a países progresistas?
Teóricos como Ignacio Ramonet y Luis Britto coinciden que en América Latina se está librando una “batalla mediática”. Para contrapesar el insistente ataque de los medios a los países progresistas Britto recomienda emprender cinco acciones puntuales.
Estas son: la aprobación de normativas que garanticen la difusión de información veraz, oportuna e imparcial; la creación de organismos que apliquen las leyes relacionadas a comunicación; la educación y formación de las audiencias y lectores para que aprendan a decodificar los mensajes mediáticos y exijan sus derechos; la creación de medios libres, alternativos y comunitarios; y, la creación de medios públicos.
Un punto que resalta es la aprobación de normativa en comunicación. Un camino que países como Ecuador, Argentina, Bolivia, Uruguay y Venezuela ya transitaron. La importancia de estas leyes, señala, es que son mecanismo para garantizar calidad y pluralidad de contenidos. Por otro lado permiten frenar las posturas de comunicadores privados y medios que se sienten por encima de la ley.
“Te pongo un ejemplo. En Venezuela aparece una portada con una serie de comunicadores con mordazas diciendo ‘En Venezuela no hay libertad de expresión’. ¿En qué país que no permita la libertad de expresión se permite una portada de esa índole? Eso delata una mentira. Se dice que en Venezuela hay una hegemonía comunicacional –desde el gobierno-. Yo he llevado a organismo como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pacas de periódicos en donde llaman a manifestaciones para derrocar la ‘dictadura’. ¿Qué dictadura permite eso? Un periodista que declara públicamente que no hay libertad de expresión está demostrando que si la hay. Esa es la paradoja que enfrentan muchos de nuestros países.”
Para que se desarrollen más los medios públicos en la región, Britto recomienda cultivar las audiencias. Esto fortalece y legitima la labor de estos medios. Además, en caso de coyunturas específicas sirven como un sistema de comunicación alternativo que no puede ser “cortado” por los dueños de grandes medios.