FLORISVALDO FIER, ALTO REPRESENTANTE GENERAL DEL MERCOSUR DEL GOBIERNO BRASILEÑO
El dirigente petista afirma que Washington ha querido que el bloque sudamericano fracasara. Dr. Rosinha, como se lo conoce, cree que el desafío es hacer crecer el comercio y avanzar en una integración más allá de la comercial.
Por Darío Pignotti
Desde Brasilia
Desde que el Mercosur existe se repite la profecía de su inminente extinción a pesar de las evidencias en contrario. A horas de la cumbre semestral de presidentes en Brasilia, Florisvaldo Fier o Dr. Rosinha, como lo llaman sus compañeros del PT, alto representante general del Mercosur, ensaya una explicación sobre esa prédica contra la integración, recomienda un pronunciamiento del bloque sobre el golpismo, augura la rápida adhesión de Bolivia y sugiere avanzar en las negociaciones con Cuba.
“La profecía de que al Mercosur le va a ir mal y se va a morir nació con el Mercosur, desde hace décadas (formado en 1991) que vienen anunciando su fin y no ven, o no quieren ver, que está ocurriendo lo contrario.
El Mercosur siempre disgustó a Estados Unidos, que tiene sus representantes aquí entre nosotros. Son los Estados Unidos los que siempre quisieron que fracasara. Pero no han tenido éxito porque el bloque sobrevive gracias a la decisión de sus gobiernos de incrementar la distribución de la riqueza, de combatir la exclusión”.
El dirigente petista también observa obstáculos a sortear. “Reconozco que a pesar de los logros debemos enfrentar problemas burocráticos. Por ejemplo, hace cinco años se aprobó el documento de identidad único del Mercosur que todavía no se puso en práctica por culpa de la burocracia. Lo que tenemos que hacer es profundizar el Mercosur, hacer que crezcan el comercio propio, el intramercosur, avanzar en varios tipos de integración más allá de la comercial, trabajar más con la diversidad. Y también están aquellos opositores al gobierno de la presidenta Dilma que rechazan el Mercosur para ganarse la simpatía de Estados Unidos. Ellos lo que quieren no es un modelo de integración como el Mercosur, quieren un modelo de anexión con Estados Unidos. Me acuerdo de un canciller (Celso Lafer, 20012003), del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, que al llegar a Estados Unidos se sacó los zapatos porque se lo ordenó alguien del aeropuerto, eso es una sumisión que no cabe a un ministro de Exteriores.”
–¿Al Mercosur le faltó más integración social y laboral?
–La integración siempre es incompleta, siempre se quiere más, pasa lo mismo con la ciudadanía, siempre buscamos mejorar su calidad y está bien que eso ocurra.
–¿Los presidentes hablarán del clima golpista?
–No sé de qué van a hablar los presidentes, por mi experiencia después de varias cumbres me parece posible que toquen ese tema porque está entre las preocupaciones de este momento y sería importante si, al final, hay un pronunciamiento a favor de la democracia y en contra de cualquier tipo de golpe contra los gobiernos legítimos.
–¿La adhesión de Bolivia está garantizada?
–Que se sume Bolivia es algo muy importante, estamos en el momento correcto porque ya fue superado la impasse de la época en que Paraguay no estaba en el Mercosur (suspensión por el golpe contra Fernando Lugo en 2012) y no pudo votar la adhesión. Y es verdad que Brasil todavía no la votó. Espero que hoy se avance en el tema durante la conversación de los presidentes y salga la adhesión que después tendrán que respaldar los congresos de Brasil y Paraguay (ya lo hicieron los de Argentina, Venezuela y Uruguay). Ese ingreso le dará más diversidad al Mercosur, va a ampliar mercados y hará que el Mercosur cuente con una extensión mayor de territorio.
–El Congreso brasileño, con mayoría conservadora, ¿votará por Bolivia?
–En realidad no creo que haya problemas mayores en nuestro Parlamento, creo que darán el apoyo a Bolivia y, si es posible, lo hará este año, eso espero.
–¿Estudian un tratado con Cuba?
–Es algo interesante, creo que es un tema que va a ser tratado en las reuniones previas al encuentro de presidentes. Ahora creo, desde mi punto de vista, que sería importante hacer algo sin dejar pasar mucho tiempo. Más ahora que Estados Unidos está acercándose con tanta velocidad a Cuba.
Estamos en un momento importante para Cuba y para la región, habría que formularles una propuesta para que se acerquen al Mercosur.
Además está el puerto de Mariel (construido y financiado por Brasil), es algo muy importante para el comercio con nosotros y con Estados Unidos.
–¿Cuba estará en la agenda de los presidentes?
–No lo sé, no la conozco. En realidad no creo que Cuba aparezca en la declaración final de la reunión, pero no se puede descartar que sea un asunto conversado en las reuniones entre presidentes del viernes.
Unión Europea
Desde hace meses crece el lobby por la firma de un tratado de libre comercio con la Unión Europea del que son parte la derecha brasileña, empresarios, medios y ministros ligados a grupos de interés. Es el caso de Armando Monteiro Neto, ex titular de la Confederación Nacional de la Industria y actual jefe de la cartera de Desarrollo e Industria y la ministra de Agricultura, Katia Abreu, quien dirigió la Confederación Nacional de la Agricultura donde están representados los grandes productores. Fue ella quien durante la cumbre UE-Celac, el mes pasado, sugirió que Brasil acuerde con los europeos aunque falte el consenso con el resto del Mercosur.
La posición de los ministros Abreu y Monteiro Neto –ninguno de ellos pertenece al PT– no es hegemónica en el gabinete de Dilma Rousseff, pero se corresponde con las de Uruguay y Paraguay.
Desde que José Mujica dejó el gobierno, en marzo, su sucesor Tabaré Vázquez retomó la política pendular entre el Mercosur y las potencias occidentales, a veces muy inclinada hacia estas últimas, so pretexto de ampliar mercados para paliar la crisis.
Tabaré tiene como principal aliado a su colega paraguayo Horacio Cartes, que a partir de hoy asumirá la conducción temporal del bloque.
Días atrás, diplomáticos del Mercosur fueron convocados para conversar en el Palacio Itamaraty, Cancillería, sobre la oferta que se presentará ante la UE posiblemente este año, a lo que no se opone la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Claro que Argentina observa con reservas una apertura irresponsable frente a una UE estancada y ávida de inundar Sudamérica con bienes manufacturados a cambio de poco o casi nada.
–¿Y Dilma con quién se alía? –preguntó Página/12 al Doctor Rosinha.
–La presidenta ha sido muy clara respecto de que el Mercosur debe negociar conjuntamente, llevar una posición consensuada ante la UE, esto lo ha dicho en varias oportunidades, también lo dijo en Bruselas durante la cumbre de la UE y la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe).
–En Bruselas, Katia Abreu habló de la firma unilateral.
–Eso fue un dicho que luego quedó atrás, está solucionado, la posición de Brasil es la que manifestó Dilma.
–¿La Alianza del Pacífico afecta la proyección del Mercosur?
–Hay mucha publicidad sobre la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) que, en realidad, es bastante menos de lo que se dice. Se la publicita como algo mejor que el Mercosur y ni siquiera nos superan en lo comercial. Usted sabía que el comercio entre los países de la Alianza es menor que la suma del comercio del Mercosur con cada uno de esos cuatro países. Realmente no me parece que la Alianza sea algo mejor que el Mercosur ni que nos haga sombra. Además la Alianza está pensada como un acuerdo solamente económico a diferencia del Mercosur. Nosotros somos un bloque político. ¿Por qué se habla tan bien de ellos? Por causas ideológicas y porque ellos tienen el guiño de Estados Unidos. No quiere decir que el Mercosur vaya a confrontar con la Alianza, al contrario, queremos dialogar con ellos y ya tuvimos un par de reuniones de acercamiento.
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