EL DEUTSCHE BANK, EL BBVA Y EL JP MORGAN SE NEGARÁN ANTE GRIESA A DAR INFORMACIÓN QUE PIDEN LOS ACREEDORES
Por: Carlos Burgueño
Thomas Griesa
El Deutsche Bank, el JP Morgan y el BBVA le darán esta semana una apoyo indirecto a la Argentina en su larga batalla contra los fondos buitre.Los tres bancos le presentarán a Thomas Griesa un escrito por el cual se negarán a entregar datos que reclaman los "Me too" sobre su actividad en la colocación del Bonar 24, pero además volverán a rechazar que hayan tenido que ver en la colocación del bono. En el caso del banco alemán y el español, se rechazará que hayan participado en el lanzamiento del título público en la operación por los U$S 1.400 millones en abril del año pasado. En el caso de la entidad norteamericana, hará lo mismo, pero por la acusación de haber participado en la colocación del Bonar 24 que se utilizó para liquidar el pago a Repsol por la renacionalización de YPF. Los tres bancos harán sus presentaciones este miércoles ante el juez norteamericano, como parte de la continuidad del juicio presentado por los "Me too", que reclaman a Griesa que avance sobre el embargo del pago del Bonar, pida a los bancos toda la documentación interna sobre su potencial participación en la operación y los sancione por haber colocado los bonos. Argentina afirma que toda el planteo es ilegal, ya que la colocación del Bonar 24 se realizó enteramente en Buenos Aires, y sin intervención ni directa ni como asesor de ningún banco internacional o de capitales argentinos; y que, además, los pagos de los intereses y del vencimiento del título se realizarán en el país.
Griesa recibió el pedido formal de los fondos buitre el miércoles pasado, a través de un escrito común de los 51 "Me too" reconocidos por el juez y oficializados como acreedores privilegiados del país en el fallo del viernes 30 de octubre pasado, cuando el magistrado determinó que el pago del bono quedaría bajo la cláusula "pari passu" y debería ser coparticipado en sus pagos con todos los fondos buitre y holdouts, incluyendo los acreedores primarios que vencieron en el "juicio del siglo" y los de segunda generación.
El Bonar 24 fue lanzado por el Gobierno de Cristina de Kirchner el 21 de abril pasado, desde la Argentina y sin la intervención de ninguna entidad financiera como operadora. Con esta emisión, la Argentina, según la visión de Griesa, habría incumplido su decisión de junio de 2014 (que se desprendía del rechazo de la Corte Suprema de los EE.UU. a aceptar la apelación del fallo de fondo a favor de los fondos buitre) que le impedía al país emitir deuda fuera del mercado norteamericano o pagar vencimientos de bonos ya cotizantes. Luego, en septiembre del año pasado, la Argentina hizo efectiva la acción, y comenzó a pagar vencimientos de deuda en Buenos Aires y en abril de este año directamente avanzó con la colocación de nuevos bonos a través del Bonar.
La posibilidad que el juez de Nueva York pueda afectar algún pago del Bonar 24 es utópica, ya que se necesitaría que un juez local se solidarice con la presentación de los fondos buitre; algo que en el país está descartado ya que hay leyes que defienden y protegen la operación del Bonar 24. Igualmente lo que se buscaba en estos escritos presentados desde mayo pasado es complicar (y encarecer) nuevas colocaciones del Bonar. Ahora lo que pide Aurelius -que en su presentación incluye el nombre de todos los fondos buitre- es que Griesa aplique la cláusula Discovery. Esto es, que el juez investigue en todas las cuentas que considere necesario en Estados Unidos la posible existencia de colocaciones del Bonar para eventualmente luego pedir embargos.
Los tres bancos siempre se negaron a colaborar con la presentación de los fondos buitre y siempre rechazaron públicamente ante Griesa que hayan tenido participación como colocadores del fondo. En todo caso, reconocen, podrían haber ejercido algún tipo de rol como comercializadores del papel pero luego del lanzamiento del Bonar, algo que no tiene relación con la declaración de "ilegalidad" por parte de Griesa. De hecho, en mayo pasado, el Deutsche Bank presentó un escrito ante el juez de los EEUU, asegurando que estaba sufriendo un "acoso" de parte de los fondos Elliott y Aurelius. En su presentación, el Deutsche Bank expuso que "la verdadera motivación de los demandantes no es el descubrimiento de la información relevante, es el acoso de los intermediarios financieros".