PRIMERO LO FOMENTAN, DESPUES SE "ARREPIENTEN"
“Es un flujo muy perjudicial para los países”
Los dos organismos que sostienen el actual sistema financiero global, que tiene a las guaridas fiscales como un componente funcional, se cubrieron públicamente criticando los fondos secretos porque la fuga afecta la lucha contra la pobreza.
Jim Yong Kim, titular del Banco Mundial. Prometió reforzar los controles sobre los paraísos fiscales.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, dos de las instituciones más importantes a nivel global en materia financiera, mostraron preocupación por las revelaciones que surgieron del escándalo de los Panama Papers. “Cuando se evaden impuestos, cuando los bienes estatales son extraídos hacia estos paraísos fiscales, esas cosas pueden tener un tremendo efecto negativo en nuestra misión de acabar con la pobreza y propulsar la prosperidad”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, durante una rueda de prensa en Washington. Desde el FMI señalaron, a su vez, que “las filtraciones de los papeles de Panamá muestran la necesidad de mejorar el grado de transparencia fiscal y financiera internacional”.
Las declaraciones de ambos organismos ponen todavía más en evidencia la gravedad del caso de Mauricio Macri, uno de los pocos mandatarios electos con empresas radicadas en paraísos fiscales. Panama Papers reveló que Macri fue vicepresidente y miembro del directorio de Freg Trading, una empresa offshore creada en las Islas Bahamas a través del estudio Mossak Fonseca. La sociedad se disolvió en 2009, cuando Macri llevaba dos años como jefe de Gobierno. También se descubrió una segunda empresa constituida en Panamá denominada Kagemusha, que tiene en su directorio al actual presidente argentino. Además, varios funcionarios macristas fueron descubiertos con empresas en paraísos fiscales, como el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, Jorge Macri (intendente de Vicente López y presidente del Banco Provincia), Claudio Avruj (secretario de Derechos Humanos), Gustavo Arribas (titular de la Agencia Federal de Inteligencia) y Darío Lopérfido (secretario de Cultura de la Ciudad), entre otros.
“Esto es una gran, gran preocupación. El flujo ilegal de dinero y activos que quedó al descubierto a partir de las revelaciones de Panama Papers es muy perjudicial para los países. La transparencia no retrocederá, el mundo sólo será más y más transparente a medida que avanzamos”, dijo Kim. “Los líderes de países en desarrollo regularmente piden ayuda al Banco Mundial para rastrear el flujo de dinero desviado, sea para evadir impuestos o producto de la corrupción. A los que incurren en esas operaciones sólo les diría que tengan cuidado”, agregó.
Más allá de la preocupación que muestran públicamente, el Banco Mundial y el FMI forman parte del esquema de las finanzas globales que solventan el negocio de los paraísos financieros. Por ejemplo, no advierten sobre el tema a Estados Unidos (que cuenta con una suerte de paraíso fiscal en el Estado de Delaware), al Reino Unido, que también cuenta con un alto grado de opacidad financiera, a Suiza o Luxemburgo, sede de firmas offshore. Sin embargo, ante el escándalo de los Panama Papers, ambas instituciones multilaterales de crédito salieron a cubrirse en la opinión pública.
El director del Departamento de Asuntos Monetarios del FMI, el español José Viñals, señaló que “es un caso paradigmático de la necesidad de transparencia a nivel internacional, de intercambiar información entre las autoridades fiscales de los países”. “La ilegalidad muchas veces se esconde detrás de la opacidad. La información tiene que circular. Todos los países deben tener unos estándares apropiados para evitar el lavado de dinero y otras prácticas fraudulentas que se puedan realizar a través del sistema bancario”, agregó el funcionario del Fondo. También anticipó que el tema de la opacidad fiscal y su rol en la evasión a nivel global tendrá lugar en la reunión de primavera del FMI de los próximos días así como también en la cumbre ministerial del G-20 que se desarrollará durante la jornada de hoy.