“Una moral enferma”
La fuente anónima que filtró 11,5 millones de documentos sobre empresas offshore conocidos como “Panama Papers”, por los cuales están siendo investigados el presidente Mauricio Macri y su ex secretario de Hacienda y actual intendente de Lanús, Néstor Grindetti, difundió una extensa carta en la que aclaró que no trabaja para ningún gobierno o agencia de inteligencia, señaló que está “dispuesto a colaborar con las autoridades” pese a las consecuencias que han sufrido denunciantes y activistas por “revelar evidentes actos de mala fe”, y destacó que “aunque estas empresas fantasma no son ilegales por definición, son utilizadas para llevar a cabo una gran serie de crímenes graves que son más grandes que la evasión de impuestos”. “Los Panama Papers son, sin más, un síntoma evidente de la fábrica moral decaída y progresivamente enferma de nuestra sociedad”, advirtió.
“La desigualdad de ingresos es uno de los principales problemas de nuestros tiempos”, arranca la carta de quien hace un año le acercó los documentos del estudio panameño Mossack Fonseca al diario alemán Süddeutsche Zeitung, que a su vez contactó al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) para estudiarlos y difundirlos. Luego se pregunta por qué se aceleró el debate sobre la multiplicación de esa desigualdad y sugiere que “los Panama Papers ofrecen una convincente respuesta: corrupción masiva generalizada”. “El único ‘propósito especial’” de las empresas fantasma es “el fraude a gran escala”, advierte.
“Decidí exponer a Mossack Fonseca porque me imaginé que sus fundadores, empleados y clientes tendrían que responder por su participación en estos crímenes, de los cuales sólo algunos han salido a la luz”, escribió, y calculó que “tomará años, tal vez décadas, para que la magnitud total de los sórdidos actos del bufete se conozcan”. Aclaró que no trabaja “para ningún gobierno o agencia de inteligencia de manera directa o como contratista, nunca lo he hecho”, y que su decisión de difundirlos no fue “por propósitos políticos sino simplemente porque entendí lo suficiente sobre su contenido para comprender el nivel de injusticias descritas”.
“He presenciado cómo, uno tras otro, a denunciantes y activistas en los Estados Unidos y Europa, les han destruido sus vidas” luego de “revelar actos de mala fe”, señaló, y citó los casos de Edward Snowden, Bradley Birkenfeld y Antoine Deltour. Aunque “el ICIJ y sus medios asociados han declarado firmemente que no los entregarán a las autoridades policiales”, aclaró que “estoy dispuesto a cooperar con las autoridades en la medida de lo posible”. Luego criticó a la Unión Europea, al Reino Unido y a los Estados Unidos por “el ocultismo financiero”, que calificó como “piedra angular de la corrupción institucional a nivel mundial”, y enumeró responsables y cómplices: “bancos, reguladores financieros y autoridades fiscales” por escatimar controles a los ricos y concentrarse en las clases media y baja; jueces que “han adquirido por mucho tiempo los argumentos de los ricos”; medios de comunicación, porque “muchas cadenas de noticias son parodias caricaturescas de sus perfiles anteriores”, destacó, y agregó que “varios medios líderes” accedieron a los documentos y “eligieron no darles cobertura”; por último a abogados “profundamente corruptos”, afirmó, y recordó que “Mossack Fonseca no trabajó en un vacío” sino que “encontró alidados y clientes en los bufetes más grandes en prácticamente cada país”.