5 sept 2016

LA BANDA DE LOS TRANSPARENTES

 LOS NEGOCIOS DE ALBERTO ROSSI, CASADO CON UNA HERMANA DE JULIANA AWADA

El prontuario del Gran Cuñado

Su nombre circuló ahora porque creó una empresa para acceder a los beneficios anunciados por su pariente Macri para las energías renovables, pero hace quince años Rossi fue protagonista de un escándalo que lo tuvo primero como prófugo y luego como detenido.
Rossi y sus socios se jactaban de sus contactos para contrabandear

 Por Miguel Jorquera

Se lo podría definir como un empresario “ecológico” ligado a los negocios del poder. Alberto Artemio Rossi, el cuñado de Mauricio Macri y Juliana Awada, fue noticia en los últimos días cuando se supo que, poco antes de que el Gobierno lanzara un plan para promover empresas dedicadas a las energías renovables, formó de urgencia una compañía para “generar, producir y transportar energía eléctrica en todas sus formas” y así poder participar de licitaciones y beneficios. Lo que no se dijo es que el esposo de la hermana mayor de la primera dama nunca desdeñó sus lazos con el poder. Rossi fue el arquitecto que diseñó y construyó La Rosadita, el bunker que el ex presidente Carlos Menem edificó en su Anillaco natal, y también fue protagonista de un resonado escándalo, que primero lo tuvo como prófugo de la Justicia y luego como detenido: en los 90 creó una empresa para trasladar residuos tóxicos desde Bahía Blanca hasta Mozambique, con socios que se formaron como gerentes en las empresas de Alfredo Yabrán y declamaban sus vínculos con el traficante de armas sirio Monzer Al Kassar, y que hasta fueron registrados en una cámara oculta jactándose de ser los promotores del contrabando de oro y de armas a Croacia y Ecuador.

El cuñado presidencial Alberto Rossi y su hijo fundaron en junio Solartia SA, una empresa para generar y transportar electricidad, con el objetivo de “celebrar todo tipo de contratos con entes públicos y privados”. Según reveló en el portal Nuestras Voces la ex legisladora porteña de Nuevo Encuentro Gabriela Cerruti, la flamante empresa del esposo de Zoraida Awada fue publicada en el Boletín Oficial apenas un mes antes de que el cuestionado ministro de Energía, Juan José Aranguren, firmara la Resolución 136 por la cual se convoca a los interesados a presentar ofertas para el Plan de Energías Renovables Argentina 2016-2025, bautizado RenovAr. Una licitación para la que ahora se preparan los Rossi con una empresa también habilitada para “compra e importación de estructuras” para energías renovables y “realizar uniones transitorias de empresas y celebrar cualquier clase de asociación para cumplir con el objeto social”.
A ese área de negocios ya se sumaron otros buenos amigos presidenciales: Nicolás Caputo, dueño de varias de las principales empresas contratistas de obra pública, y el magnate británico Joe Lewis, que hospedó al matrimonio presidencial en su mansión de Río Negro.
Es que el RenovAR promete ser muy redituable para los empresarios. Macri y Aranguren anunciaron que llegarían inversiones por 5 mil millones de dólares para el sector en el que el gobierno de Cambiemos creará un fondo de fomento de 12 mil millones de pesos y disminuye cualquier riesgo empresario asegurando compradores: el 8 por ciento de la energía que consumen las industrias deberá ser renovable. El costo lo pagarán los usuarios.
La propuesta del gobierno renovó el espíritu emprendedor de Rossi, cuyos antecedentes empresarios no son los mejores. A principios de 2001, este cronista publicó una investigación en El Diario de Morón que revelaba la existencia de International Waste Group (IWG), una empresa destinada al traslado marítimo de residuos peligrosos y tóxicos desde la zona militar del puerto de Bahía Blanca y que recorrería los principales puertos de América y Europa hasta el africano Maputo, donde serían finalmente enterrados en un basurero formado por “rocas impermeables”. La empresa había sido habilitada por María Julia Alsogaray.
Uno de los socios de Rossi era el empresario Antonio Aguirre, amigo del ex intendente menemista Juan Carlos Rousselot, que le habilitó el crematorio privado que funciona en el cementerio de Morón y dueño de otro similar que el ex intendente de San Isidro, el radical Melchor Posse, también habilitó en su municipio. Aguirre había recibido unos meses antes en su quinta de Parque Leloir (Ituzaingó) a Al Kassar, al que paseó por Morón y al que reconocía como el socio oculto de IWG detrás de un negocio mayor. El otro dueño de IWG era Alberto Artemio Rossi, el arquitecto de Menem, que además de la Rosadita construyó la fastuosa pista internacional de Anillaco para exportar aceitunas riojanas al mundo, la que nunca se utilizó.
Unos meses después, munido de toda la información recopilada por El Diario de Morón (y su colaboración periodística), Telenoche Investiga retomó la investigación: en octubre de 2001, logró mostrar en cámara oculta con la inmunidad y el desparpajo que Rossi, Aguirre y el tercer socio, el verborrágico Angel Ramini, desplegaban su prontuario delictivo para asegurarse otro negocio oscuro que se proponían realizar.
–“¿Vos sabés de quién eran los contenedores que transportaron las armas (a Ecuador y Croacia)?” –le preguntó Ramini a su interlocutor, que lo filmaba con cámara oculta.
–“De Papito –se contestó señalándose con las manos y desplegando una sonrisa irónica. “¿Vos sabés quién fue el despachante de aduana de Fabricaciones Militares?”, continuó y sin esperar respuesta volvió a repetir: “De Papito”. “¿Vos sabés quién no está en los diarios?”, insistió y volvió a responderse: “Papito” y lanzó una carcajada.
Hasta entonces “Papito” Ramini sólo había sido mencionado en el libro La mafia del oro, donde el periodista Marcelo Zlotogwiazda le dedicó un capítulo para recordar su paso como gerente de Juncadella en época de Yabrán. Pero el escándalo que desató la investigación de Telenoche lo puso al descubierto de una manera que hasta envidiarían las “viralizaciones” en estos tiempos de redes sociales. Una publicidad televisiva de la multinacional de bebidas colas llegó a mostrar a Papá Noel en plena crisis de la Navidad de 2001 preguntando a los televidentes: “¿Quién llevaba los regalos?” y cerraba el comercial con la bebida en la mano y una respuesta que los publicistas consideraban que se había masificado: “Papito”.
“Mi vida se complicó cuando conocí a Antonio. A mí me lo presentó Carlitos Menem”, decía en forma risueña Rossi a la cámara oculta de Telenoche, reconociendo su sociedad con Aguirre y su participación en el negocio sucio que le proponían los investigadores.
Ramini expuso a Rossi de otra forma. “¿Estás en Don Torcuato? Bueno mándale un abrazo al Jefe”, dijo distraídamente Ramini en una conversación telefónica captada por la cámara oculta. El nombre de Rossi no figuraba en los registros de visitas a la quinta que el ex jefe de la Casa de la Moneda Armando Gostanian tenía en Torcuato, donde Menem cumplía prisión domiciliaria por contrabando de armas. Pero sí quedó registrado (el 27 de septiembre de 2001) el de la mujer de Rossi, Zoraida Awada, hermana de Juliana y madrina de su casamiento con Mauricio Macri.
A la hora de nombrarlo como su socio, Ramini era más contundente: “Alberto está subido a la loma, porque es el testaferro de Menem ¿Te suena el arquitecto Rossi?”, le dice Ramini a la cámara oculta. “Alberto la hizo fácil. Desde el ‘92 la tuvo en bandeja, pero en esos años no tenía ni para comer”, sumó Aguirre. Rossi ya vivía en una mansión del selecto country Tortugas.
Tras la publicación del informe televisivo, el juez federal Jorge Urso ordenó la captura de los tres empresarios. Rossi, Ramini y Aguirre estuvieron prófugos y luego presos. Recuperaron su libertad y la causa de Urso nunca prosperó.
Desde entonces, Rossi mantuvo perfil bajo. Reapareció como funcionario en el gobierno porteño de Macri. Hasta el 10 de diciembre fue jefe del gabinete de asesores del entonces ministro de Gobierno, Emilio Monzó, hoy titular de la Cámara de Diputados. Ahora parece más entusiasmado con lo que su cuñado propone como negocio estelar de su gestión: las energías renovables.