22 dic 2016

El Lázaro de Macri

ARGENTINA PRO
En apenas cuatro años en la Ciudad, Mauricio Macri pagó al grupo Clarín el mismo monto en contrataciones que los tres gobiernos kirchneristas pagaron a Lázaro Báez. Los otros grandes beneficiados de Macri: su primo, Ángelo Calcaterra, y su “hermano del alma”, Nicolás Caputo. Otras firmas vinculadas a Macri también fueron grandes beneficiadas. Los datos surgen de una investigación del legislador del Frente para la Victoria José Campagnoli en base al informe de la Auditoría de la ciudad.


Por GABRIELA CERRUTI 
20 de diciembre de 2016


El segundo mayor contratista del Estado de la Ciudad de Buenos Aires durante el gobierno de Mauricio Macri fue el Grupo Clarín, que recibió mil millones de pesos a través de su empresa de internet Prima S.A. El tercero y cuarto tampoco fueron ajenos al jefe de gobierno: su primo Angelo Calcaterra, y su empresa asociada Ghella, y su amigo Nicolás Caputo aparecen inmediatamente en el ranking de los grandes contratistas de obras y servicios públicos.



Clarín recibió del gobierno de la Ciudad en cuatro años el mismo monto que lo que recibió Austral, la empresa de Lázaro Baéz, en los doce años del gobierno kirchnerista. Mientras que el Grupo Austral recibió 1.019 millones del presupuesto nacional; la firma Ghella recibió 992 millones de pesos de la Ciudad; y las empresas de Caputo, 950 millones, también del fisco porteño.


Clarín recibió del gobierno de la Ciudad de Macri en cuatro años el mismo monto que lo que recibió Austral, la empresa de Baéz, en doce años de gobierno kirchnerista.

Todos estos datos surgen de una investigación realizada por el legislador del Frente Para la Victoria, José Cruz Campagnoli, en base a diferentes fuentes de información (entre ellas, la presidencia de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires) en la que discrimina de que manerá usó el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los 38 mil millones de pesos que entre 2008 y 2015 destinó a Obras y Servicios Públicos.

En ese rubro, la ciudad considera obras, mantenimiento y otros servicios, por eso Clarín a través de Prima queda incluída en segundo lugar. El gobierno de la ciudad mantiene desde 2011 un millonario contrato por la provisión de internet para todas sus y el programa de conexión en las escuelas primarias que se concretó sin licitación inicial y se va prorrogando de la misma manera todos los años.
Repartiendo los millones

Según el informe de Campagnoli, de Nuevo Encuentro, entre 2008 y 2015, la Ciudad de Buenos Aires, el distrito más rico del país, contó con un presupuesto de 330 mil millones de pesos. De ese total, el 19% (61 mil millones de pesos) fueron destinados a gastos de capital, rubro dentro del cual se encuentra la obra pública.

Estos son los puntos más importantes de la investigación:

Si se analiza la asignación de recursos a empresas privadas en materia de obra pública entre 2008 y 2015, se observa que tres de las cinco principales beneficiarias guardan una innegable relación con el macrismo.[1]

Luego de Techint, que estuvo a cargo de la construcción de la línea H de subtes, la segunda mayor adjudicataria fue PRIMA S.A. (Primera Red Interactiva de Medios Argentinos), firma perteneciente al Grupo Clarín, que fue (y continúa siendo) uno de los principales sostenes de la carrera política de Mauricio Macri. La empresa recibió fondos por más de mil millones de pesos.

La tercera mayor adjudicataria fue Ghella S.P.A., socia del primo de Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra. Ghella estuvo a cargo del entubamiento del Arroyo Maldonado, y recibió fondos por 992 millones de pesos.

Y el cuarto mayor adjudicatario de obra pública en la Ciudad de Buenos Aires durante las gestiones de Macri ha sido Nicolás Caputo, quien a través de sus distintas empresas (y, en algunos casos, a través de uniones transitorias de empresas), ha recibido 950 millones de pesos provenientes de las arcas del fisco porteño.

Los mayores montos por encima de estas empresas corresponden a dos empresas estatales: SBASE, la constructora e implementadora de la red de Subterráneos y el CEAMSE para la disposición de residuos.

Aliados, amigos y parientes

Al analizar la adjudicación de la obra pública a nivel nacional se tejieron todo tipo de sospechas sobre la situación del Grupo Austral, perteneciente a Lázaro Báez. Ahora bien, si se compara la situación de Caputo y Calcaterra en la Ciudad de Buenos Aires, con la de Báez en la nación, se arriba a conclusiones interesantes.

Mientras que la firma Ghella (socia de Calcaterra) y las empresas de Caputo ocuparon el tercer y cuarto puesto (respectivamente) en el ránking de mayores adjudicatarias de obra pública en la Ciudad de Buenos Aires; el Grupo Austral ocupó a nivel nacional el puesto 38, de acuerdo a la información aportada por el ex Ministerio de Planificación Federal ante la justicia.

A su vez, los fondos adjudicados a estas firmas han sido similares.

La comparación debería considerar, en primer lugar, que mientras que el período comprendido para analizar la situación del Grupo Austral es de doce años (2003-2015), el contemplado para Caputo y Calcaterra es de ocho años (2008-2015).

A su vez, un correcto dimensionamiento de la posición de cada grupo empresario debe tener en cuenta la relación de lo asignado a cada uno con el presupuesto del distrito. En ese sentido, el presupuesto nacional fue 15 veces superior al de la Ciudad de Buenos Aires entre 2008 y 2015 (y 17 veces si se contabiliza el presupuesto nacional entre 2003 y 2015). Y la inversión realizada en obra pública a nivel nacional entre 2003 y 2015 fue 15 veces superior respecto a la del distrito porteño entre 2008 y 2015.

En función de eso, mientras que el Grupo Austral fue adjudicatario del 0,17% del total de los fondos de la obra pública nacional entre 2003 y 2015[2]; la participación de las empresas de Calcaterra y Caputo en la Ciudad de Buenos Aires entre 2008 y 2015 fue quince veces superior en términos relativos, dado que alcanzaron el 2,6% y el 2,5% del total, respectivamente.






Como se observa a continuación, las empresas de Caputo fueron beneficiadas con la adjudicación de numerosas obras (y de la más variada naturaleza) durante las gestiones de su amigo Macri al frente del distrito porteño.




Aunque en una proporción mucho menor, otras empresas cercanas a Macri también se han beneficiado de la obra pública. La tercera mayor adjudicataria de la obra pública a nivel nacional entre 2003 y 2015, IECSA S.A., que es una de las empresas del Grupo Macri (actualmente en poder de Calcaterra), recibió fondos de la Ciudad de Buenos Aires por $43.948.898 entre 2008 y 2015. Por su parte, Calcaterra S.A., también de Ángelo Calcaterra, recibió durante el mismo período $33.961.310 (en UTE con DYCASA S.A.).De modo que, como lo demuestra la información aquí señalada, será necesario analizar exhaustivamente el modo adoptado por el PRO para administrar la obra pública en la Ciudad de Buenos Aires. Los datos expuestos dan cuenta de que pareció existir una deliberada decisión política de beneficiar con los recursos del conjunto de los porteños a un grupo de empresas cercanas o directamente socias del elenco oficialista. Aunque la cobertura mediática y judicial hayan intentado durante estos años solapar esta realidad, la contundencia de los hechos revela que el proyecto político del macrismo ha estado puesto, desde siempre, al servicio de los poderes concentrados y, en particular, de un sector parasitario del Estado.

[1] En la categoría “obra pública”, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires incluye obras de mantenimiento y otras de naturaleza similar. Entre las empresas públicas que fueron las mayores adjudicatarias se encuentran CEAMSE, a cargo del servicio de recolección y gestión de residuos, y Subterráneos de Buenos Aires (SBASE).

[2] La información aportada por el ex Ministerio de Planificación señala que el porcentaje de presupuesto de obra pública adjudicado al Grupo Austral fue de 0,3%. Sin embargo, dado que se reseña que el monto asignado fue de $1.109 millones de pesos sobre un total de $596 mil millones de pesos, la proporción correcta fue de 0,17%.

[3] El total de lo adjudicado en la tabla guarda una leve diferencia respecto de lo reseñado previamente debido a los criterios y categorizaciones del Sistema Integrado de Gestión y Administración Financiera (SIGAF).