URUGUAY
Por Leonardo Pereyra
Diciembre 30, 2016
Aunque ni siquiera llegó a ser una trompada en toda la regla -el diputado suplente del Frente Amplio, Gabriel Courtoisie, apenas golpeó con la punta de cuatro dedos la cara de su colega Eduardo Rubio (Unidad Popular)- la modesta cachetada ocurrió a la vista de decenas de personas, fue grabada con celulares y, además, el golpeador llegaba con antecedentes de mala conducta en el Parlamento.Para peor, el hecho ocurre en una circunstancia en la cual los legisladores frenteamplistas han perdido la mayoría parlamentaria y no se pueden dar el gusto de andar zamarreando opositores a los que tal vez necesiten como eventuales aliados. Además, los políticos se aprestan a legislar sobre la violencia que se ejerce en los escenarios deportivos y existe una sensibilidad especial en la sociedad sobre este asunto.
Por todo eso, y pese a que hay antecedentes de otros casos en el Palacio Legislativo en los que las trompadas fueron más generalizadas (ver nota aparte), Courtoisie fue repudiado desde todo el espectro político, amonestado por escrito desde la Presidencia de la Cámara de Diputados y cuestionado por sus propios compañeros de Asamblea Uruguay.
"No podemos estar de acuerdo con lo que pasó. Es un acontecimiento muy desgraciado y lo repudiamos. Y sucede justo en este momento en que estamos tratando de solucionar los problemas en el fútbol...", dijo a El Observador Carlos Varela, titular de la banca que ejerció Courtoisie como suplente durante el episodio de furia.
En la bancada de Diputados del Frente Amplio fue redactada una declaración de disculpas públicas pero finalmente se resolvió no difundirla dado que el propio Courtoisie se encargó de perdir perdón.
"En el día de ayer (por el miércoles) reaccioné de forma incorrecta ante una catarata de insultos, provocaciones y bajezas, que fueron más allá del tema público que nos ocupa (incluyendo a mi familia). Luego del conocido suceso, ofrecí al diputado Rubio en el ambulatorio las disculpas correspondientes, ante varias personas que lo pueden demostrar", escribió un "absolutamente arrepentido" Courtoisie.
"Tengo la más firme convicción en cuanto a que las diferencias no se deben resolver de esta forma, no debí entrar en la provocación. A través de este comunicado quiero ofrecer públicamente mis disculpas, a los diputados, al Parlamento, a los ciudadanos y en particular al ciudadano Rubio", agregó.
Los acontecimientos se precipitaron cuando la Cámara votó prorrogar la estadía del contingente uruguayo que participa de las misiones de paz en Haití.
Rubio estaba en contra de esa decisión y en las barras había militantes de Unidad Popular que, antes de ser desalojados, empezaron a insultar a los legisladores.
- ¿Estás contento, no? Ahí tenés tu show- le dijo Courtoisie a Rubio en referencia a los militantes, según relató Búsqueda.
- Hacete cargo de lo que votaste-, le respondió Rubio.
- Sacate los lentes - invitó Courtoisie. Después le dio una cachetada y de inmediato los demás legisladores intervinieron para separarlos.
Rubio se lamentó luego por lo acontecido y dijo que se sintió respaldado por la mayoría de la bancada frenteamplista. El diputado de la UP es uno de los que puede otorgar el voto cincuenta que le falta al FA desde la deserción de Gonzalo Mujica.
El presidente de la Cámara de Representantes, el nacionalista Gerardo Amarilla, contó a El Observador que durante la discusión de la pasada Rendición de Cuentas tuvo que soportar, cerca de las cinco de la mañana, los gritos de Courtoisie.
"No se ni qué reclamaba a los gritos. Suspendí la sesión y le dije a los coordinadores de bancada que si no lo calmaban lo hacía sacar por la fuerza pública", dijo el parlamentario blanco.
Ante este nueva situación, Amarilla resolvió enviarle a Courtoisie una nota en la que le dirá que su comportamiento no fue el más adecuado.
Al parecer, la amonestación de Amarilla le podrá punto final a este encontronazo en el que las barras calentaron el partido y dos de los principales protagonistas desataron un modesto episodio de violencia parlamentaria.