Por: Enrique Ortega Salinas
Licenciado en Estrategias de Desestabilización Institucional
Abr 18, 2017
Abr 18, 2017
1 – Logremos el apoyo de empresarios, dueños de medios de comunicación y líderes religiosos. Hagamos que el secretario general de la OEA prometa créditos blandos apenas caiga Maduro, como ya se hizo en 2002, cuando no sabíamos que Chávez regresaría.2 – Rescatemos cada exabrupto de Maduro y publicitémoslo debidamente, pero ignoremos los que a diario profieren Ramos Allup, Henrique Capriles, Leopoldo López, María Corina Machado y el resto de los opositores. Nosotros sabemos que es el estilo de los venezolanos, pero hagamos que el mundo crea que el único que habla agresivamente es el Presidente.
3 – Acordemos con empresarios para que cuando compren dólares al gobierno para importar bienes de consumo, sólo destinen una parte a dicho objetivo, dejen otra en paraísos fiscales y otra la vuelquen al mercado negro, de manera tal que los dólares desaparezcan y continúe la escasez de productos.
4 – Acordemos con la prensa para que llame régimen al gobierno y presos políticos a los políticos presos. Repitamos una y otra vez la palabra dictadura. Ya lo dijo Gobbels: Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.
5 – Acordemos con Arabia Saudita y otros exportadores afines a Estados Unidos e Israel que mantenga bajo el precio del barril de petróleo hasta que caiga Maduro.
6 – Acordemos con el secretario general de la OEA para que no se dedique a otra cosa que a lograr el triunfo de la oposición venezolana en elecciones anticipadas. Que no se distraiga con el golpe parlamentario que daremos contra Dilma en Brasil, colocando en el poder a los protagonistas del Lava Jato, ni con la intentona de evadir la Constitución que hará Cartes en Paraguay para comprar su reelección. Que no se distraiga con las muertes de campesinos y líderes sindicales en Colombia ni se queje del millón y medio de pobres que Macri fabricará en su primer año de gobierno.
7 – Hagamos que arda el planeta si el Tribunal Supremo de Justicia inhabilita a la Asamblea Nacional. Para lograrlo, aconsejemos a la misma que se desacate por lo menos durante un año defendiendo a delincuentes. Con ello, el Tribunal deberá accionar lo previsto en la Constitución, con lo cual convertirá a los legisladores en mártires. Hagamos que dirigentes de derecha cuestionen que un poder avasalle a otro y evitemos que la gente recuerde que la Asamblea intentará derrocar a Maduro por medio de un golpe parlamentario en 2016 y miremos para otro lado cuando intenten hacer caer a los miembros del Tribunal Supremo.
8 – Pidamos a Borges, de Primero Justicia, que clame a los militares que inicien una guerra civil y derroquen a Maduro. Asegurémonos que nadie se alarme cuando lo haga.
9 – Organicemos movilizaciones contra el gobierno, llevemos bombas molotov, piedras y alguna que otra arma de fuego. Agredamos a la Policía buscando su reacción y tratemos de tomar edificios públicos por la fuerza, incluso saqueando escuelas. Nuestras cadenas asociadas (Cadena Caracol, y CNN, etc.) solo pasarán la represión y editarán convenientemente la parte de la agresión a los policías.
10 – Si no hay muertos, matemos a algunos de los nuestros, como ya hicimos en abril de 2002, pero asegurémonos que esta vez no nos estén filmando de un edificio más alto, como ocurrió entonces.
11 – Aunque nos sobran las firmas para convocar a un revocatorio, consigamos por lo menos 10.000 firmas de muertos, menores de edad y reos para no perder la costumbre. Total, si nos descubren y eso da por tierra con el revocatorio, tendremos la oportunidad de acusar de tirano a Maduro. Como sea, ganamos.
12 – Apuremos la elección anticipada en plena crisis económica. Digamos a la gente que se debe al fracaso del modelo chavista y no a una multiplicidad de factores como el hecho de que Venezuela siempre fue un país monoproductor. Digamos que la causa es la distribución de la renta petrolera en la gente pobre. Hay que volver a la gloriosa época en que adecos y copeyanos la distribuían en algunas familias poderosas del país manteniendo a raya a un 80% de la población en la miseria. No permitamos que nadie vuelva a bajar ese porcentaje a la mitad en pocos años, como hizo el degenerado de Chávez.
13 – Hagamos que el enfermo de Leopoldo López provoque una asonada y mueran 30 o 40 personas. Dejemos que vaya a la cárcel y así, convertido en mártir, logrará los votos que ni por casualidad logrará estando libre. De esa manera tendremos una alternativa a Capriles, que seguramente caerá cuando se investiguen sus irregularidades administrativas.
14 – Lo que no sé es cómo lograr que la oposición se una, ya que si López cae preso, Capriles no lo defenderá ni éste defenderá a Capriles si queda inhabilitado para ejercer cargos públicos.
15 – La gente tiene mala memoria. No dejemos que recuerden que estos líderes dieron un golpe en 2002. Hay que rezar para que no recuerden a Capriles, tomando la embajada de Cuba en busca de chavistas.
16 – Hagamos que el obispo ataque al gobierno en plena Semana Santa, lo que seguramente provocará la reacción de los religiosos chavistas que asistan a su misa y cometerán la estupidez de dar algunos gritos y empujones que magnificaremos convenientemente por nuestras cadenas aliadas.
17 – Si Maduro llega a decir algo como: “Vade retrum OEA, Tienes las manos manchadas de sangre”… no nos enojemos. Es lo mejor que nos puede pasar. Con ello convenceremos al mundo de que está loco. No importa si dice la verdad; a la gente no le gusta que un presidente se exprese de esta manera.
18 – Aprovechemos que la centroderecha se apoderó del Frente Amplio en Uruguay para que su canciller nos haga los mandados sin necesidad de que nuestra embajadora le imparta directivas, aunque no dudo de que el idiota de Maduro crea que sí, con lo cual nos seguirá haciendo más fácil la tarea.
19 – Aprovechemos que Macri, Temer y Cartes necesitarán tapar sus negociados dirigiendo la atención hacia Maduro.
Estas son mis sugerencias. Quedo a la orden por si desean que adiestre a periodistas en el arte de editar, ocultar, disfrazar, magnificar o distorsionar la realidad.
Solo una pregunta… El cheque, ¿lo cobro en Langley o Washington?