Dilma denunció en EEUU que hay un golpe en Brasil
Abr 19, 2017
La depuesta presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró hoy en Estados Unidos que los golpistas suspendieron la democracia en el país sudamericano para implementar su programa neoliberal contra los derechos de los trabajadores.Al ofrecer una conferencia en la Universidad Howard de Washington, señaló que la derecha quiso revertir los 13 años de logros conseguidos por el Partido de los Trabajadores (PT) a través del juicio político (impeachment) en su contra, iniciado hace exactamente 12 meses.
“Participo en la vida política de Brasil desde 1963 y he vivido dos golpes de Estado”, afirmó la exmandataria, quien realiza intervenciones en centros de altos estudios de varios estados durante una visita de dos semanas a esa nación.
Con ese comentario Rousseff se refirió al golpe ocurrido en 1964 contra el entonces presidente João Goulart, que dio paso a una dictadura militar, y al golpe parlamentario que llevó a su destitución el año pasado.
Sobre la arremetida en su contra, cuestionó el silencio mediático en torno a las declaraciones del actual jefe de Estado, Michel Temer, quien dijo recientemente que el impechment se debió a un chantaje de su aliado, el extitular de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.
Temer manifestó el sábado al canal Bandeirantes que Cunha, actualmente sentenciado a 15 años de cárcel por corrupción, abrió el proceso sobre la mandataria cuando el PT se negó a protegerlo en el Comité de Ética de su instancia legislativa por haber escondido cuatro cuentas en Suiza.
“En cualquier lugar del mundo, esta afirmación explicaría cómo se desvío el objetivo que tiene un juicio político”, aseguró Rousseff, quien condenó el modo en que el Presidente de la República acepta como normal el chantaje.
“Si hubiéramos cedido a ello, todavía estaría en el cargo”, agregó la expresidenta, para luego cuestionarse por qué ningún medio de prensa se hizo eco de los comentarios de Temer.
En ese sentido, criticó el carácter oligopólico de los medios de comunicación en Brasil, que mientras controlan la opinión pública ponen en peligro la democracia.
Durante su intervención la ex jefa de Estado también condenó reformas en curso en el gigante sudamericano como la Ley de subcontratación y la aprobación del techo de gastos, que calificó como las medidas de mayor retroceso en muchos años.
Según Rousseff, quienes gobiernan la nación se ven ahora obligados a cumplir lo que prometieron al mercado, la reforma de las pensiones, con un nuevo modelo que impide ese beneficio para las mujeres y los trabajadores rurales, e inmoviliza la pensión integral.