PARÍS (Uypress) —
24.04.2017
Emmanuel Macron
Emmanuel Macron, el joven candidato del nuevo partido En Marcha! se convirtió en el ganador de la primera vuelta de la contienda electoral francesa y en el gran favorito para ser el próximo inquilino del Elíseo. Ni bien se supo que era el elegido para enfrentar a la ultraderechista y xenófoba Marine Le Pen, el exministro del gobierno de Hollande recogió el apoyo del derechista François Fillon y del gran derrotado de la jornada, el socialista Benoit Hamon.El balotaje del próximo domingo 7 de mayo será totalmente transparente y sin puntos de contacto entre los dos aspirantes: el exbanquero con escasa experiencia y un mensaje europeísta y liberal, o la heredera de la ultraderecha, partidaria de salir de la Unión Europea.
El pasaje al balotaje de los dos candidatos dejó fuera -por primera vez desde la fundación de la V República en 1958- a las dos grandes familias políticas francesas: gaullistas y socialistas, y pone frente a frente a dos candidatos que reniegan de las etiquetas de izquierda y derecha, aunque sea ineludible la filiación y tradición ultraderechista de Le Pen y el origen y vinculación de Macron con la centroizquierda.
La movilización en favor del candidato de En Marcha! hace presagiar la formación de un frente republicano -una amplia coalición de izquierdas, centro y derecha contra la extrema derecha- para evitar la victoria del Frente Nacional. Sin embargo, como informa El País de Madrid, la final entre Macron y Le Pen abre la incógnita sobre qué mayoría parlamentaria dispondrá el próximo presidente. Gane quien gane, no está claro que sus partidos tengan la suficiente tracción para conseguir los diputados necesarios para gobernar en las elecciones legislativas de 11 y el 18 de junio.
Comienzan dos semanas de campaña intensa en la que se chocarán dos visiones opuestas sobre el futuro de Francia, Europa y el mundo. El pulso reproduce el de junio de 2016 en Reino Unido entre los partidarios de continuar en la UE y los partidarios de abandonarla, y el de noviembre del mismo año en EE. UU. entre la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump.
Los sondeos elaborados antes de la elección de esta noche pronosticaban, en caso de un enfrentamiento de Le Pen y Macron en la segunda vuelta, una victoria amplia de Macron. En los próximos días se espera que Hollande pida el voto por Macron y que los candidatos derrotados se pronuncien y eventualmente se sumen a la campaña de uno de los finalistas. Todavía hoy sigue siendo una incógnita si la revelación de la izquierda, el abanderado de Francia insumisa, Jean Luc Mélenchon, se pronunciará en favor de Macron.
Macron, por su posición central en el tablero, lo tiene más fácil para atraer tanto a votantes de la izquierda como de la derecha. Contará con el aval de buena parte del establishment económico y político, y del amplio espectro de votantes que ven al FN como a un partido apestado, de corte casi fascista.
El balotaje Macron-Le Pen supone una ruptura con el sistema imperante, un rechazo, cada uno con una óptica distinta, a la clase política que ha regido en las últimas décadas. Hace un año parecía que en estas elecciones se enfrentarían figuras como el presidente Hollande o su antecesor Nicolas Sarkozy.
Macron, que fue banquero en Rotschild y ministro de Economía con Hollande, es un recién llegado en la escena política, un desconocido hasta hace dos años por el gran público que se ha saltado todas las etapas requeridas para un aspirante presidencial. Su victoria le convertiría en el presidente más joven de la V República. Supondría una renovación generacional, un nuevo estilo. La victoria de un exbanquero europeísta, favorable a la globalización, liberal y apoyado por el establishment de su país obligaría a revisar el relato sobre la ola populista en las sociedades occidentales.
Macron es el único de los cuatro mayores candidatos mayoritarios que no siente admiración por Rusia y es tan profundamente europeo que cree que se debe refundar a Europa. Tan pro europeo como anti Le Pen.
En esta inusual e imprevisible campaña electoral aparece como el candidato del siglo XXI. Un presidenciable que habla de filosofía, literatura, evoca historias de amor del pintor Delacroix y su amante para explicar sus intenciones durante sus discursos. En Marcha! es su proyecto. Se fue del ministerio de economía y el presidente Francois Hollande, que lo había promovido desde la secretaria general del Eliseo, se sintió traicionado.
"El candidato del establisment anti establishment". Así lo definió The New York Times y a Macron le gusta la definición. Él ha abrazado a Europa, pedido tolerancia con inmigrantes y musulmanes, cuando los atentados terroristas solo han aumentado los prejuicios, señala Clarínen un relevamiento.
Un nuevo modelo político en Francia. Una suerte de progresista liberal social, que el presidente Barack Obama llamó el día del atentado en los Campos Elíseos en Francia para decirle que compartía sus proyecto. Con tal caos, un llamado tan importante pasó desapercibido.