Dispuesto a disputarle el espacio político a la Nueva Mayoría de la presidenta Bachelet, el Frente Amplio, una coalición de 12 partidos y movimientos inspirada en la experiencia uruguaya sale a escena en Chile.
SANTIAGO (Uypress)
En 1971, cuando surgió el Frente Amplio en Uruguay, hubo algo de inspiración en la experiencia pluripartidaria de la Unidad Popular chilena, que en setiembre del año anterior había llevado al socialista Salvador Allende a la Presidencia de la nación trasandina.Ha pasado el tiempo, con sangrientas dictaduras instaladas con dos meses y medio de diferencia en ambos países y con la recuperación de la democracia a un elevado precio. Hoy, sendas coaliciones de centroizquierda gobiernan en ambos países: el Frente Amplio en Uruguay, tal vez más corrido a la izquierda que la Nueva Mayoría en Chile, con Bachelet y Vázquez encabezando los Ejecutivos en sus segundos mandatos y habiendo coincidido en sus respectivos primeros gobiernos.
En Uruguay nadie parece -por ahora- disputarle el espacio político al Frente Amplio. Sin embargo, con un diagnóstico negativo de los logros conseguidos en la transición a la democracia y con críticas al Gobierno de Michelle Bachelet, al que acusan de renunciar a su agenda reformista con la que llegó al poder hace ya tres años, 12 partidos, movimientos y organizaciones sociales se unieron en Chile para formar el Frente Amplio. Con la mirada puesta en Uruguay, pero conscientes de que los modelos no pueden imitarse totalmente, la nueva coalición chilena aspira a desplazar a la Nueva Mayoría como la principal fuerza de centroizquierda del país.
Informa El País de Madrid que entre sus líderes se hallan dos de los personajes con mejor valoración política entre la ciudadanía: los exlíderes del movimiento estudiantil de 2011, los diputados Gabriel Boric, de 31 años (Movimiento Autonomista) y Giorgio Jackson, de 30 años (Red Democrática). De acuerdo con la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) de enero pasado, ambos solo eran superados en respaldo por el senador Alejandro Guillier, el candidato oficialista a suceder a Bachelet en las elecciones presidenciales del próximo noviembre.
Como por edad ninguno de los dos parlamentarios puede postularse a la presidencia -la Constitución exige tener al menos 35 años- Boric y Jackson respaldan la candidatura de Beatriz Sánchez, una periodista popular de radio y televisión que en cuestión de semanas alcanza un 6% de las preferencias, de acuerdo con el sondeo de la encuestadora Cadem, por detrás del expresidente Piñera y de Guillier,
"Si miramos a la Nueva Mayoría y a Chile Vamos [los dos bloques de centroizquierda y derecha tradicionales], el Frente Amplio es el único que plantea un cambio de verdad", indicó Sánchez recientemente en una entrevista con el diario El Mercurio. Feminista y partidaria del aborto libre en un país como Chile, donde todavía está penalizado en todos los casos, Sánchez critica a los partidos por haberle dado la espalda a la ciudadanía. En Chile, son las instituciones peor valoradas y las que despiertan mayor desconfianza en la gente, de acuerdo con la encuesta del CEP. La periodista tiene un discurso basado en tres pilares: mayor participación ciudadana, una economía democrática en la que el crecimiento alcance para todos y derechos sociales básicos garantizados.
A diferencia de lo que ha ocurrido en los últimos 30 años, el Frente Amplio -con sus jóvenes dos meses de existencia- tiene vocación de poder y su proyecto da la impresión de no estar basado en personalismos. De alguna forma, aspiran a repetir en noviembre en el Parlamento la fórmula de las últimas municipales cuando dieron la sorpresa y ganaron la ciudad de Valparaíso de la mano de Jorge Sharp. Abogado de 32 años, derrotó al centroizquierda y a la derecha en una campaña marcada por formas organizativas como las asambleas ciudadanas, soberanas en sus respectivos territorios.
Los modelos a seguir son los del Frente Amplio de nuestro país y Podemos de España.
SANTIAGO (Uypress)
28.04.2017
En 1971, cuando surgió el Frente Amplio en Uruguay, hubo algo de inspiración en la experiencia pluripartidaria de la Unidad Popular chilena, que en setiembre del año anterior había llevado al socialista Salvador Allende a la Presidencia de la nación trasandina.Ha pasado el tiempo, con sangrientas dictaduras instaladas con dos meses y medio de diferencia en ambos países y con la recuperación de la democracia a un elevado precio. Hoy, sendas coaliciones de centroizquierda gobiernan en ambos países: el Frente Amplio en Uruguay, tal vez más corrido a la izquierda que la Nueva Mayoría en Chile, con Bachelet y Vázquez encabezando los Ejecutivos en sus segundos mandatos y habiendo coincidido en sus respectivos primeros gobiernos.
En Uruguay nadie parece -por ahora- disputarle el espacio político al Frente Amplio. Sin embargo, con un diagnóstico negativo de los logros conseguidos en la transición a la democracia y con críticas al Gobierno de Michelle Bachelet, al que acusan de renunciar a su agenda reformista con la que llegó al poder hace ya tres años, 12 partidos, movimientos y organizaciones sociales se unieron en Chile para formar el Frente Amplio. Con la mirada puesta en Uruguay, pero conscientes de que los modelos no pueden imitarse totalmente, la nueva coalición chilena aspira a desplazar a la Nueva Mayoría como la principal fuerza de centroizquierda del país.
Informa El País de Madrid que entre sus líderes se hallan dos de los personajes con mejor valoración política entre la ciudadanía: los exlíderes del movimiento estudiantil de 2011, los diputados Gabriel Boric, de 31 años (Movimiento Autonomista) y Giorgio Jackson, de 30 años (Red Democrática). De acuerdo con la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) de enero pasado, ambos solo eran superados en respaldo por el senador Alejandro Guillier, el candidato oficialista a suceder a Bachelet en las elecciones presidenciales del próximo noviembre.
Como por edad ninguno de los dos parlamentarios puede postularse a la presidencia -la Constitución exige tener al menos 35 años- Boric y Jackson respaldan la candidatura de Beatriz Sánchez, una periodista popular de radio y televisión que en cuestión de semanas alcanza un 6% de las preferencias, de acuerdo con el sondeo de la encuestadora Cadem, por detrás del expresidente Piñera y de Guillier,
"Si miramos a la Nueva Mayoría y a Chile Vamos [los dos bloques de centroizquierda y derecha tradicionales], el Frente Amplio es el único que plantea un cambio de verdad", indicó Sánchez recientemente en una entrevista con el diario El Mercurio. Feminista y partidaria del aborto libre en un país como Chile, donde todavía está penalizado en todos los casos, Sánchez critica a los partidos por haberle dado la espalda a la ciudadanía. En Chile, son las instituciones peor valoradas y las que despiertan mayor desconfianza en la gente, de acuerdo con la encuesta del CEP. La periodista tiene un discurso basado en tres pilares: mayor participación ciudadana, una economía democrática en la que el crecimiento alcance para todos y derechos sociales básicos garantizados.
A diferencia de lo que ha ocurrido en los últimos 30 años, el Frente Amplio -con sus jóvenes dos meses de existencia- tiene vocación de poder y su proyecto da la impresión de no estar basado en personalismos. De alguna forma, aspiran a repetir en noviembre en el Parlamento la fórmula de las últimas municipales cuando dieron la sorpresa y ganaron la ciudad de Valparaíso de la mano de Jorge Sharp. Abogado de 32 años, derrotó al centroizquierda y a la derecha en una campaña marcada por formas organizativas como las asambleas ciudadanas, soberanas en sus respectivos territorios.
Los modelos a seguir son los del Frente Amplio de nuestro país y Podemos de España.