15 de noviembre de 2017
Si los investigadores prueban que Netanyahu pidió regalos, a cambio de favores podría ser procesado por fraude.
Netanyahu “exigía” regalos a empresarios. Arnon Milchan testificó ayer que los habanos y las botellas de champagne que les envió a Netanyahu y a su esposa, Sara, no eran regalos “entre amigos”, como aseguró la pareja política, sino “exigencias”.
El empresario millonario Arnon Milchan testificó ayer que los habanos y las botellas de champagne que les envió al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y a su esposa, Sara, no eran regalos “entre amigos” como aseguró la pareja política, sino “exigencias de los Netanyahu”, un giro que complica aún más al premier de Israel.
Según informó el diario online Ynet, estas declaraciones que apuntan a que la pareja le pedía a empresarios –como Milchan y el australiano James Packer– regalos valuados en miles de euros, se convirtieron en un claro avance en las investigaciones del denominado “caso 1000” de corrupción.
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Si bien Netanyahu y su esposa insistieron varias veces en que eran regalos “entre amigos”, el testimonio de Milchan en Londres, que se filtró ayer a los medios locales, dio un giro más certero a la investigación.
“Di instrucciones de darles lo que quisieran”, declaró el empresario a los investigadores, recogió el diario israelí. La declaración de Milchan reforzó el testimonio de Hadas Klein, quien fue asistente de ambos empresarios, y que era la encargada de hacer llegar los productos a la residencia del primer ministro.
“La compra del champagne no se hacía a instancias de Milchan o Packer, siempre fue iniciativa de los Netanyahu. Sara pedía botellas (...) seis o doce botellas. Bibi (como es conocido Netanyahu en Israel) pedía cigarros y conocía las cantidades de champagne que su mujer recibía. El conductor de la empresa hacía viajes especiales a Jerusalén para llevar los puros y las botellas”, reveló anoche Klein en un testimonio que difundió en el Canal 2 de la televisión israelí. Y dio detalles de la complicada relación: “Sara tenía miedo de ser grabada. Cada vez que quería pedir algo solicitaba hablar por un teléfono fijo o encontrarnos cara a cara. En diversas ocasiones me gritó a cuento de los regalos”. Klein añadió que los empresarios se dividían el precio de los regalos y que “no lo hacían” esperando algo específico a cambio.
Si los investigadores prueban que Netanyahu pidió regalos a cambio de favores podría ser procesado por fraude, aceptación de soborno y ruptura de confianza. La débil defensa pública fue en la página oficial de Facebook de Netanyahu: “La plaga de las noticias falsas continua (...). Lo que se atribuye al primer ministro y a su mujer no es cierto. Actuaron de acuerdo a la ley, por lo que no habrá nada” y añadió que “más allá de esto, no tenemos intención de comentar los detalles de estas informaciones falsas”. La fiscalía anunció, en tanto, que llamará en enero a Sara Netanyahu para que declare en el caso que estudia los gastos de la residencia oficial. A su vez, la Autoridad de Valores de Israel le pidió al Tribunal Supremo que investiguen al jefe de gobierno en el caso de un posible fraude en el gigante tecnológico israelí Bezeq, informó ayer el digital Times of Israel.
Hace seis días, Netanyahu, fue interrogado, por quinta vez, por un caso de corrupción por su presunto intento de influir en los medios y por haber recibido costosos regalos de un productor de Hollywood.
Netanyahu habría ofrecido un trato a Arnon Moses, el editor del diario de mayor tirada de Israel, Yediot Aharonot, para limitar la actividad de su principal competidor, Israel Hajom, si el primero modificaba su línea crítica con el gobierno.