3 jul 2020

EN TERAPIA

Chile, en proceso de demolición 

Por Paul Walder
3 julio, 2020




Es probable que el covid-19 no solo nos contagie sino también infecte nuestras estructuras, todo el orden político y cultural. Estamos en Chile, en una condición febril, delirante, con todos nuestros estados alterados. Un trance, una extraña conciencia estacionaria que es también su peculiar clausura.

Una parálisis de las actividades pero también el cierre de sueños y proyectos. Quedan las horas encadenadas y uniformes, como las semanas y meses al interior de un submarino, como una cápsula espacial con viajeros en hibernación, como una celda. Un momento aún sin explicación ni comprensión.

En nuestro alargado rincón en el sur del mundo también. Todos los males reproducidos y amplificados. Chile padece un estado de decaimiento mientras observamos pasmados como ruedan, una a una, todas nuestras estructuras y organizaciones. Aquello que creímos sólido y necesario muestra su fugacidad y precariedad. Ese orden, esos modelos de vida, se desvanecen para exhibir su falsedad.

La gran estructura económica y social que armó la clase política por más de treinta años, escorada desde octubre pasado, ahora cae por su propio peso. Un susurro, un soplido, el movimiento invisible de un virus, ha bastado para terminar con el armazón en una caída que será estruendosa.

Hacia dónde vamos. Nada bueno augura una nave en un viaje de ocho meses sin visión ni timón. Una extensión temporal demasiado larga que ha confirmado, día a día, mes a mes, una fuga sin contención de todos los referentes, desde los políticos, económicos, sociales, culturales. Aquello que alguna vez se pensó como un estado, una nación, exhibe y transparenta su mitología.

Nada más ficticio, más fingido, que el crecimiento económico indefinido, la distribución de las riquezas, la integración social, y nada más real que las brechas, los obstáculos, las divisiones, los vacíos. Es este un proceso de demolición que constata la descomposición. Lo que hoy ha comenzado a caer desde hace tiempo, años, estaba por mucho más ya desintegrado. Semanas de barricadas, de furia y fuego, meses de rebelión y rabia hoy contenida son su confirmación diaria.

Desde este lugar será difícil evitar el colapso. Porque nunca hubo un proyecto compartido. Esta es la extensión del espacio de las oligarquías, un territorio disponible para explotar y saquear. Chile, un plan de negocios, un estado que no es estado sino sociedad anónima destinada a desmontar el país para liquidarlo en los mercados. Un proyecto de fin de mundo sin otro destino y futuro que el colapso. Y en este proceso de término estamos atados a nuestras precarias cápsulas en hibernación.

Aquel plan de mercado, o estado subsidiado, se desbarranca. Lo que queda hoy es la desnudez de la tierra desolada, el vacío que aparece en todos los espacios en liquidación o en procesos de cierre y quiebra. Chile no ha sido una nación, sino una invención para entregar a los mercados para engorde de las oligarquías. Es por ello que las elites junto a sus especuladores y mercachifles son incapaces de pensar en otro lugar. Chile, país recolector y monoproductor, país de rentistas y especuladores, muere sin los mercados.

En esta marcha decidida al hundimiento, la lucha de clases reaparece en toda su crudeza. Despierta, porque solo había desaparecido en las mentes y relatos de políticos oportunistas, publicistas y oficiantes neoliberales. A la indignación del pueblo, van disparos a los ojos, violaciones, humillaciones, daño y perversiones. El estado pretoriano en plenas funciones para custodiar la propiedad privada de las elites. Los peores momentos de la historia de esta nación se reproducen y se refuerzan con toda su maldad. La tóxica atmósfera mental de 1973 nunca fue disipada.

Peste, represión, vigilancia, castigos y carencias en un invierno terrorífico. Momentos para observar y pensar, para aguantar el miedo, recordar y tal vez soñar. ¿En qué estábamos cuando se oscureció todo? Estábamos juntos, abrazados en las calles con nuestros lienzos, demandas y proyectos. Allí volveremos porque es hoy, con más certeza que nunca, nuestra única y tal última salida.

Por Paul Walder 

* Escritor y periodista chileno, director del portal mural.cl. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (ww.estrategia.la)


COVID-19: Contagios en Chile superan los 280 mil y se mantienen cuarentenas sin modificaciones

En un nuevo miércoles de evaluación y renovación de medidas restrictivas, el Ministerio de Salud dio cuenta en su reporte diario sobre la situación de la pandemia del COVID-19 en el país y anunció nuevas medidas para el territorio nacional. Eso sí, respecto de las cuarentenas vigentes se informó que no habrán modificaciones, prolongándose el confinamiento por una semana más en aquellas comunas en que ya regía la medida. No obstante, se decretó un cordón sanitario para los sectores de Coronel y Lota, en la Región del Bío Bío, desde este viernes a las 22 horas. Todo esto regirá hasta el próximo viernes 10 de julio, cuando se volverá a evaluar la situación.

En el inicio del balance, el ministro de Salud, Enrique Paris, destacó la “preparación temprana” que ha habido por parte de las autoridades para enfrentar la pandemia, enfatizando en el aumento de la capacidad hospitalaria con la ampliación del número de camas críticas y ventiladores mecánicos disponibles. “Nos hemos preparado desde una etapa temprana, se contrataron más de 11 mil funcionarios, se aumentó la capacidad de la red integrada COVID-19 en más de un 700%“, sostuvo el secretario de Estado.

“La estrategia de poner lugares en cuarentena se toman bajo estricto criterio, para tomar las decisiones en base a evidencia, a datos y con un comité adecuado con expertos“, agregó Paris, consultado por la ausencia de nuevas medidas restrictivas en el territorio nacional.

En ese sentido, se anunció que se impulsará un fortalecimiento del plan de trazabilidad. Esta vez, a través de una plataforma en donde estarán todos los niveles de notificación de un caso confirmado. A ésta podrán acceder los Servicios de Salud, la Seremi de Salud, los profesionales de la salud y las autoridades. La estrategia busca vincular el trabajo de la Atención Primaria de Salud (APS) con el fortalecimiento de las residencias sanitarias para concretar un aislamiento rápido y efectivo.

“El sábado vamos a contar con esta plataforma para que todos los referentes de la atención primaria puedan contar simultáneamente con esta información. Pero todo esto no basta si no contamos con la ayuda de la comunidad“, indicó la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.

En cuanto a las cifras de la última jornada, las autoridades reportaron 2.650 nuevos casos confirmados -de los cuales 2.134 son sintomáticos- y 65 fallecimientos inscritos en el Registro Civil en las últimas 24 horas. Con estas cifras el total de afectados por el coronavirus en nuestro país superó los 280 mil, llegando a una cifra de 282.043 contagiados, de los cuales 30.847 son activos o contagiantes. El conteo de fallecidos, por su parte, alcanzó los 5.753 decesos desde el arribo de la pandemia.

Respecto de la situación en los centros asistenciales del país, el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, detalló que hasta hoy son 2.075 pacientes los que se encuentran en distintas Unidades de Paciente Crítico, de los cuales 1.720 están con apoyo de ventilación mecánica y 407 se encuentran en estado grave de salud. La subsecretaria informó que actualmente hay 274 respiradores mecánicos disponibles y sobre la red de laboratorios, las autoridades detallaron que en las últimas 24 horas se reportaron 10.385 exámenes PCR, con lo que en total se han procesado 1.120.177 test hasta la fecha. Esto, manteniendo una positividad del 25% aproximadamente. En cuanto al programa de residencias sanitarias, se dio cuenta de 9.653 cupos disponibles en 151 establecimientos a lo largo de todo el territorio nacional.

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