Cartes y Marito provocan al país
Mientras millones de paraguayos se encuentran con severa restricción de libertad ambulatoria y en consecuencia privados de la posibilidad de rebuscarse para el sustento familiar y otras necesidades existenciales, mientras miles fueron objeto de sumarios y centenares fueron a parar a las comisarías por no cumplir con las restricciones, el expresidente Horacio Cartes provocó a la ciudadanía con una demostración de poder, como queriendo decirle que quien corta la torta en el país sigue siendo él.
Abc Color, Paraguay
14 julio, 2020
14 julio, 2020
Mientras millones de paraguayos se encuentran con severa restricción de libertad ambulatoria y en consecuencia privados de la posibilidad de rebuscarse para el sustento familiar y otras necesidades existenciales, mientras miles fueron objeto de sumarios y centenares fueron a parar a las comisarías por no cumplir con las restricciones, el expresidente Horacio Cartes provocó a la ciudadanía con una demostración de poder, como queriendo decirle que quien corta la torta en el país sigue siendo él.
En efecto, al mediodía de ayer recibió en el aeropuerto al expresidente argentino Mauricio Macri, a quien lo hizo buscar en su avión particular, sin importarle en absoluto las medidas sanitarias vigentes. Cartes no usó tapaboca, no guardó la distancia recomendada y le estrechó la mano a su visitante, rodeado de cerca por los colaboradores de ambos exmandatarios. Estaba presente un personal sanitario, cuyo informe se desconoce, pero lo más probable es que hubiera recibido la orden de no incomodar al hombre fuerte paraguayo.
Por si fuera poco, y para “blanquear” este encuentro, los dos expresidentes visitaron al Primer Mandatario en “Mburuvicha Róga”, pese a que esta reunión no estaba en principio prevista, según el ministro asesor de la Presidencia en asuntos internacionales, Federico González. Si bien este afirma que la visita de Macri se enmarca entre las excepciones de ingreso previstas en las disposiciones legales respectivas, todo hace suponer que el protocolo que incluye a tal efecto a presidentes, expresidentes y médicos se habría adoptado solo cuatro días antes, presumiblemente para satisfacer una vez más a Horacio Cartes, quien no se cansa de exhibir mayores muestras de poder frente a un cada vez más sumiso Marito.
Por si fuera poco, y para “blanquear” este encuentro, los dos expresidentes visitaron al Primer Mandatario en “Mburuvicha Róga”, pese a que esta reunión no estaba en principio prevista, según el ministro asesor de la Presidencia en asuntos internacionales, Federico González. Si bien este afirma que la visita de Macri se enmarca entre las excepciones de ingreso previstas en las disposiciones legales respectivas, todo hace suponer que el protocolo que incluye a tal efecto a presidentes, expresidentes y médicos se habría adoptado solo cuatro días antes, presumiblemente para satisfacer una vez más a Horacio Cartes, quien no se cansa de exhibir mayores muestras de poder frente a un cada vez más sumiso Marito.
A este no le importó que su visitante viniera de un país infestado de covid-19, total, lo importante es satisfacer a su contraparte del “Operativo cicatriz”. Es de una irresponsabilidad supina la del actual Presidente, quien desconoce así las opiniones de las autoridades de Salud Pública, como la que ayer mismo emitió la doctora Adriana Amarilla, directora de Promoción de la Salud, quien instó a que, más que nunca, dada la situación vigente, se respeten las medidas sanitarias. “Cuando interactuamos con otra persona, cualquier elemento que estamos compartiendo puede ser un conducto de contagio”, dijo. Estos personajes no solo compartieron algún elemento, sino se estrecharon las manos y se abrazaron, sin guardar las precauciones. ¿Con qué autoridad moral ahora Marito va a pedirle a la población que se cuide para combatir la pandemia?
Estos son los privilegios que enervan a la población, pues confirman que en nuestro país estamos “los comunes”, por un lado, y los integrantes del actual Gobierno y sus aliados por encima de las leyes, protegidos por la impunidad que les otorgan el Ministerio Público y demás órganos coercitivos del Estado.
Esta desigualdad evidente va incubando un descontento que se suma a las privaciones que soporta la gente día a día. Le están tocando las orejas al pueblo, lo que puede conducir al “cansancio de los buenos”, como se dice, induciéndole también a desconocer las reglas, como lo están haciendo estos personajes con poder.
Más allá de las derivaciones que pueden tener estos hechos desde el punto de vista sanitario, la gran incógnita para la opinión pública es el motivo real para el que fue diseñada esta “visita privada”. Ningún negocio legal requiere hoy día reuniones presenciales. Solamente lo clandestino las requieren.
Además, Cartes necesita hacer alarde demostrativo de su influencia en el Gobierno de su sucesor, en una coyuntura en que el pueblo está padeciendo el azote de la pandemia y las duras restricciones económicas y sociales de ella derivadas. El exmandatario paraguayo está muy necesitado de transmitir fortaleza, debido a sus problemas judiciales en el marco del famoso caso “Lava jato” del Brasil, que involucra un monumental lavado de dinero, donde su “hermano del alma” Darío Messer está metido hasta el cuello. En un caso como este, cualquier apoyo internacional, aunque más no sea de un desprestigiado expresidente como Macri, reviste importancia para él, así como contar con la protección del fuero de senador activo, proyecto que fue desempolvado en los últimos días por algunos de sus partidarios.
José Alberto Alderete, uno de los responsables de la entrega de Itaipú en mayo de 2019, mostró en este entuerto quién es su patrón: actuó de mandadero de Cartes para los papeleos.
Pero, sobre todo, Marito debe explicar por qué se llevó a la consideración del más alto nivel de la seguridad nacional una visita de interés personal privativo de ambos exmandatarios, y en circunstancias trágicas para gran parte de la población.
Estos son los privilegios que enervan a la población, pues confirman que en nuestro país estamos “los comunes”, por un lado, y los integrantes del actual Gobierno y sus aliados por encima de las leyes, protegidos por la impunidad que les otorgan el Ministerio Público y demás órganos coercitivos del Estado.
Esta desigualdad evidente va incubando un descontento que se suma a las privaciones que soporta la gente día a día. Le están tocando las orejas al pueblo, lo que puede conducir al “cansancio de los buenos”, como se dice, induciéndole también a desconocer las reglas, como lo están haciendo estos personajes con poder.
Más allá de las derivaciones que pueden tener estos hechos desde el punto de vista sanitario, la gran incógnita para la opinión pública es el motivo real para el que fue diseñada esta “visita privada”. Ningún negocio legal requiere hoy día reuniones presenciales. Solamente lo clandestino las requieren.
Además, Cartes necesita hacer alarde demostrativo de su influencia en el Gobierno de su sucesor, en una coyuntura en que el pueblo está padeciendo el azote de la pandemia y las duras restricciones económicas y sociales de ella derivadas. El exmandatario paraguayo está muy necesitado de transmitir fortaleza, debido a sus problemas judiciales en el marco del famoso caso “Lava jato” del Brasil, que involucra un monumental lavado de dinero, donde su “hermano del alma” Darío Messer está metido hasta el cuello. En un caso como este, cualquier apoyo internacional, aunque más no sea de un desprestigiado expresidente como Macri, reviste importancia para él, así como contar con la protección del fuero de senador activo, proyecto que fue desempolvado en los últimos días por algunos de sus partidarios.
José Alberto Alderete, uno de los responsables de la entrega de Itaipú en mayo de 2019, mostró en este entuerto quién es su patrón: actuó de mandadero de Cartes para los papeleos.
Pero, sobre todo, Marito debe explicar por qué se llevó a la consideración del más alto nivel de la seguridad nacional una visita de interés personal privativo de ambos exmandatarios, y en circunstancias trágicas para gran parte de la población.
No es posible creer que la condescendencia del Presidente de la República con su antecesor en el cargo tuviera que ver con el mero afán de colaborar con él en el montaje de un teatro en el que el aspirante a senador activo trucho sea la figura central. Algo huele mal.
Cabe preguntar: si el interés en la reunión era de Horacio Cartes, al punto de enviarle su avión para traerlo a Asunción, ¿por qué tenía que ser Macri quien acudiera a la cita, y no viceversa? Probablemente porque desde que cayó preso su “hermano del alma”, y al estar incluido él mismo por la Justicia brasileña en el proceso, no se encontraría muy tranquilo para desplazarse a otros países.
Debe recordarse también que los dos expresidentes firmaron acuerdos lesivos para el Paraguay en el marco de la construcción de una represa en el Brazo Añá Cua del río Paraná. No sería por tanto casual que el peón utilizado sea Alderete, actual hombre de enlace de la ANR para la unidad partidaria, la mencionada “Operación cicatriz”.
Cualquiera sea el motivo de esta inesperada y cuestionable reunión, no augura nada bueno para el Paraguay. Un hombre como Cartes, que ha reconocido varias veces que no podía aspirar a la reelección presidencial, pero que después luchó con todas las armas a su alcance, incluso inconstitucionales, para acceder a un segundo periodo, no puede generar credibilidad sino dudas en todos sus movimientos. Y, para peor, deja muy malherido el menguado prestigio de Marito, cuya palabra, que ya vale poco, va a valer cada vez menos.
ABC Color
Cabe preguntar: si el interés en la reunión era de Horacio Cartes, al punto de enviarle su avión para traerlo a Asunción, ¿por qué tenía que ser Macri quien acudiera a la cita, y no viceversa? Probablemente porque desde que cayó preso su “hermano del alma”, y al estar incluido él mismo por la Justicia brasileña en el proceso, no se encontraría muy tranquilo para desplazarse a otros países.
Debe recordarse también que los dos expresidentes firmaron acuerdos lesivos para el Paraguay en el marco de la construcción de una represa en el Brazo Añá Cua del río Paraná. No sería por tanto casual que el peón utilizado sea Alderete, actual hombre de enlace de la ANR para la unidad partidaria, la mencionada “Operación cicatriz”.
Cualquiera sea el motivo de esta inesperada y cuestionable reunión, no augura nada bueno para el Paraguay. Un hombre como Cartes, que ha reconocido varias veces que no podía aspirar a la reelección presidencial, pero que después luchó con todas las armas a su alcance, incluso inconstitucionales, para acceder a un segundo periodo, no puede generar credibilidad sino dudas en todos sus movimientos. Y, para peor, deja muy malherido el menguado prestigio de Marito, cuya palabra, que ya vale poco, va a valer cada vez menos.
ABC Color