La casta de endeudadores seriales
Vuelven los tecnócratas: economistas al poder
Por Pablo Tigani
3 de diciembre de 2023
El presidente electo, Javier Milei; el futuro ministro de Economía, Luis Caputo, y un muy probable integrante del gabinete, Federico Sturzenegger.
El triunfo electoral de Javier Milei es el capítulo más reciente de un proceso histórico de valoración social en favor de este peculiar perfil de economistas "expertos" o "gurús", supuestamente portadores del expertise necesario para salir de las crisis. Amantes de las reformas estructurales neoliberales, han tenido diversas gestiones en el país, la región y el mundo. Ahora Milei viene recargado por otros tecnócratas de la misma estirpe: Luis Caputo y Federico Sturzenegger.
Los economistas han sido los verdaderos artífices y portadores de la ideología dominante de cada crisis argentina: "Rodrigazo", "Tablita Cambiaria", "Plan Austral", "Plan Primavera", "Plan Bonex", "Convertibilidad" y "Corralito". En cada uno de esos períodos se verificó un aumento geométrico de la pobreza y del desempleo, con enormes pérdidas de ingreso y transferencias desde los más pobres a los más ricos.
En la comunidad de expertos, hoy existe el mismo consenso extendido, hegemónico e inamovible de siempre sobre las políticas económicas que tiene que adoptar la Argentina. Para entender mejor lo que ocurrió desde Rodrigazo de 1975 en adelante, es necesario profundizar el conocimiento de esta red de personalidades influyentes.
La dominancia financiera sobre la política tuvo mucho que ver con los macroeconomistas neocuantitativistas. En nuestro país, las consecuencias de su paso han sido espantosas, aunque tampoco se trató de un fenómeno circunscrito a la Argentina. Cuando se observa la década de los años noventa, caracterizada por el Consenso de Washington y las reformas estructurales en varios países del mundo, fue el período de los políticos tecnócratas. O "technopols", como los denominó Jorge Domínguez (1997).
Desde 1981, cuando estaba en el Ministerio del Interior dirigido por el Gral. Horacio Tomas Liendo, el technopol argentino clave fue Domingo Cavallo. Doctorado en la Universidad de Harvard, fue fundamental en esta comunidad de expertos, o como se denominará en este artículo, de la "élite tecnocrática", siguiendo al clásico de Robert Putnam (1977).
Tecnocracia
Los tecnócratas creen que la técnica y la planificación racional deben reemplazar a la política de las negociaciones, los apoyos y las concesiones. Entienden que el progreso se consigue mediante la despolitización y desconfían de las ideologías progresistas o las metodologías del populismo.
Descreen de las lógicas de la política partidaria y sus actores, lo que últimamente Javier Milei ha asemejado a "la casta". El término “la casta”, que Pablo Iglesias y “Podemos” utilizaron en 2014, tampoco era propio. Lo utilizaron antes Benito Pérez Galdós y Ramón Pérez Ayala. En 1934, lo usó Manuel Azaña, quien fue presidente de la República y fundó el partido Izquierda Republicana.
Diversos trabajos han investigado las modalidades de la tecnocracia en la política latinoamericana. El caso argentino (2001) mostró los límites de los políticos tecnócratas o technopols encarnados básicamente en Sturzenegger, López Murphy y Cavallo.
La ausencia de una base de sustentación política para las decisiones económicas debilitó aún más a un gobierno ya débil como el de De la Rúa y condujo al presidente al colapso. Paradójicamente, la solución a la crisis 2001 no vino de la tecnocracia sino de la reconstitución de la política y sus instituciones.
Siguiendo con la enunciación de élite tecnocrática esbozada en los párrafos anteriores, se puede caracterizar al político tecnócrata a partir de algunos casos paradigmáticos en otros países. Domingo Felipe Cavallo fue, en nuestro país, el representante de la estirpe de tecnócratas especializados en reformas estructurales en los “mercados emergentes”. Cavallo forma parte de un listado de trece personalidades seleccionadas para describir el perfil del technopol o político tecnócrata.
Todos ellos se hicieron conocidos como economistas, y salvo dos, contaban con doctorados en prestigiosas escuelas de economía. Todos construyeron sus carreras de gobierno a partir de haber ejercido importantes cargos de función pública en áreas económicas.
El triunfo electoral de Javier Milei es el capítulo más reciente de un proceso histórico de valoración social en favor de este peculiar perfil de economistas "expertos" o "gurús", supuestamente portadores del expertise necesario para salir de las crisis. Amantes de las reformas estructurales neoliberales, han tenido diversas gestiones en el país, la región y el mundo. Ahora Milei viene recargado por otros tecnócratas de la misma estirpe: Luis Caputo y Federico Sturzenegger.
Los economistas han sido los verdaderos artífices y portadores de la ideología dominante de cada crisis argentina: "Rodrigazo", "Tablita Cambiaria", "Plan Austral", "Plan Primavera", "Plan Bonex", "Convertibilidad" y "Corralito". En cada uno de esos períodos se verificó un aumento geométrico de la pobreza y del desempleo, con enormes pérdidas de ingreso y transferencias desde los más pobres a los más ricos.
En la comunidad de expertos, hoy existe el mismo consenso extendido, hegemónico e inamovible de siempre sobre las políticas económicas que tiene que adoptar la Argentina. Para entender mejor lo que ocurrió desde Rodrigazo de 1975 en adelante, es necesario profundizar el conocimiento de esta red de personalidades influyentes.
La dominancia financiera sobre la política tuvo mucho que ver con los macroeconomistas neocuantitativistas. En nuestro país, las consecuencias de su paso han sido espantosas, aunque tampoco se trató de un fenómeno circunscrito a la Argentina. Cuando se observa la década de los años noventa, caracterizada por el Consenso de Washington y las reformas estructurales en varios países del mundo, fue el período de los políticos tecnócratas. O "technopols", como los denominó Jorge Domínguez (1997).
Desde 1981, cuando estaba en el Ministerio del Interior dirigido por el Gral. Horacio Tomas Liendo, el technopol argentino clave fue Domingo Cavallo. Doctorado en la Universidad de Harvard, fue fundamental en esta comunidad de expertos, o como se denominará en este artículo, de la "élite tecnocrática", siguiendo al clásico de Robert Putnam (1977).
Tecnocracia
Los tecnócratas creen que la técnica y la planificación racional deben reemplazar a la política de las negociaciones, los apoyos y las concesiones. Entienden que el progreso se consigue mediante la despolitización y desconfían de las ideologías progresistas o las metodologías del populismo.
Descreen de las lógicas de la política partidaria y sus actores, lo que últimamente Javier Milei ha asemejado a "la casta". El término “la casta”, que Pablo Iglesias y “Podemos” utilizaron en 2014, tampoco era propio. Lo utilizaron antes Benito Pérez Galdós y Ramón Pérez Ayala. En 1934, lo usó Manuel Azaña, quien fue presidente de la República y fundó el partido Izquierda Republicana.
Diversos trabajos han investigado las modalidades de la tecnocracia en la política latinoamericana. El caso argentino (2001) mostró los límites de los políticos tecnócratas o technopols encarnados básicamente en Sturzenegger, López Murphy y Cavallo.
La ausencia de una base de sustentación política para las decisiones económicas debilitó aún más a un gobierno ya débil como el de De la Rúa y condujo al presidente al colapso. Paradójicamente, la solución a la crisis 2001 no vino de la tecnocracia sino de la reconstitución de la política y sus instituciones.
Siguiendo con la enunciación de élite tecnocrática esbozada en los párrafos anteriores, se puede caracterizar al político tecnócrata a partir de algunos casos paradigmáticos en otros países. Domingo Felipe Cavallo fue, en nuestro país, el representante de la estirpe de tecnócratas especializados en reformas estructurales en los “mercados emergentes”. Cavallo forma parte de un listado de trece personalidades seleccionadas para describir el perfil del technopol o político tecnócrata.
Todos ellos se hicieron conocidos como economistas, y salvo dos, contaban con doctorados en prestigiosas escuelas de economía. Todos construyeron sus carreras de gobierno a partir de haber ejercido importantes cargos de función pública en áreas económicas.
Elite
* Argentina: Domingo Felipe Cavallo nació en 1946. Es Contador Público, Licenciado en Economía y Doctor en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba y Doctor en Economía de la Universidad de Harvard.
Tras haber ocupado algunos cargos provinciales en Córdoba, fue Subsecretario del Interior (1981), presidente del BCRA (1982), diputado nacional (1987-1988), ministro de Relaciones Exteriores (1989-1991) y ministro de Economía (1991-1996 y 2001). Es considerado el padre del plan económico menemista. Fue candidato a jefe de gobierno porteño y a presidente.
* México: Pedro Aspe nació en 1950. Obtuvo su Licenciatura en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y su Doctorado en Economía por el (MIT) Instituto Tecnológico de Massachusetts. Fue secretario de Programación y Presupuesto (1987-1988) y secretario de Hacienda y Crédito Público (1988-1994).
Carlos Salinas de Gortari nació en 1948. Obtuvo su Licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y luego su Maestría y Doctorado en Economía en la Universidad de Harvard. Poco después fue nombrado secretario de Programación y Presupuesto (1982-1987) y luego fue elegido presidente de México (1988-1994).
Ernesto Zedillo nació en 1951. Obtuvo su Licenciatura en Economía en el Instituto Politécnico Nacional y su Doctorado en Economía de la Universidad de Yale. Cuadro tecnocrático del PRI, en la función pública fue secretario de Programación y Presupuesto (1988 -1992), secretario de Educación (1992 -1993) y presidente de México (1994-2000). Al finalizar su mandato integró directorios de varias empresas multinacionales.
* Brasil: Fernando Henrique Cardoso nació en 1931. Graduado en Sociología y profesor emérito de la Universidad de São Paulo, fue profesor de la Universidad de París I Panthéon-Sorbonne. Fue funcionario de CEPAL, senador nacional (1983-1992), ministro de Relaciones Exteriores (1992-1993), ministro de Hacienda (1993-1994) durante la presidencia de Itamar Franco y luego dos veces presidente de Brasil (1995-2002).
Antonio Kandir nació en 1953. Es ingeniero mecánico de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo y máster y Doctor en Economía de la Universidad Estatal de Campinas. Integró el equipo económico del presidente Collor de Mello y fue ministro de Planeamiento en la presidencia de Fernando Henrique Cardoso. Luego fue elegido diputado federal por el PSDB.
Pedro Malan nació en 1943. Ingeniero eléctrico de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y Doctor en Economía de la Universidad de Berkeley. Asesor presidencial especial para la renegociación de la deuda externa de la presidencia de Fernando Collor de Mello, presidente del Banco Central de Brasil durante la administración de Itamar Franco y ministro de Hacienda durante la primera presidencia de Fernando Henrique Cardoso. Es considerado uno de los padres del Plan Real.
Edmar Bacha nació en 1942. Doctor en Economía de la Universidad de Yale. Considerado como otro de los padres del Plan Real. Integró los equipos económicos de José Sarney (presidente del IBGE, el instituto de estadísticas del estado) e Itamar Franco (presidente del BNDES, el más importante banco público del continente)
Gustavo Franco nació en 1956. Licenciado y máster en economía de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y Doctor en Economía de la Universidad de Harvard. Fue secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda (1993-1997) y presidente del Banco Central de Brasil (1997-1999). Al terminar su período en el Banco Central fundó la empresa Río Bravo Inversiones y desde entonces se dedica a los negocios.
* Rusia: Yegor Gaidar nació en 1956 y falleció en 2009. Doctor en Economía de la Universidad Estatal de Moscú. Como director del Instituto de Políticas Económicas de la Academia Nacional de Economía de la URSS, fue el primer impulsor de abandonar la economía planificada y adoptar reformas promercado. Ministro de Economía y Finanzas (1991 - 1992) y Viceprimer ministro de Rusia durante la presidencia de Boris Yeltsin.
* Taiwán: Lee Teng-hui nació en 1923. Se licenció en Economía en la Universidad Imperial de Kyoto y en Economía Agrícola en la Universidad de Taiwán. Luego hizo su maestría en la Universidad de Iowa y su Doctorado en Economía en la Universidad de Cornell. En Taiwán se desempeñó como ministro sin cartera (1972-1978), alcalde de Taipéi (1978-1981), Gobernador provincial (1981-1984), vicepresidente de la República (1984-1988) y presidente de la República (1988-2000). Durante esos 12 años, fue también el presidente del Partido Kuomingtang.
* India: Manmohan Singh nació en 1932. Hizo su licenciatura y maestría en Economía en la Universidad Punjab, luego otra maestría en la Universidad de Cambridge y obtuvo su doctorado en la Universidad de Oxford. Tras culminar su formación académica trabajó en la UNCTAD y luego inició su carrera tecnocrática como asesor y luego secretario del Ministerio de Finanzas de India. Fue gobernador del Banco de la Reserva (1982-1985), presidente de la Comisión de Planeamiento (1985 - 1989), ministro de Finanzas (1991-1996), parlamentario y jefe del bloque opositor (1998 - 2004) y primer ministro (2004 - 2014).
* Turquía: Turgot Ozal nació en 1927 y falleció en 1993. Ingeniero eléctrico de la Universidad Politécnica de Estambul. Economista y asesor del Banco Mundial. Subsecretario de Planificación (1967 - 1971). Viceprimer ministro (1980-1982). Ministro de Economía (1982-1983). Primer ministro (1983 - 1989) a cargo de la política económica. Presidente de Turquía (1989 - 1993).
Technopols
Jorge Domínguez, académico de la Universidad de Harvard, define como "technopols" a los economistas que han cumplido un rol importante en la vida política y en la liberalización política y económica de varios países. Los technopols asumen un papel de especialistas, técnicos o científicos capaces de generar y persuadir, a partir de sus ideas, sobre políticas deseables.
Estos “seres atemporales”, con alto entrenamiento técnico, dice Domínguez, han estado allí siempre, y han participado en una diversidad de culturas y sistemas políticos, combinando y logrando sortear la tensión entre sus conocimientos expertos, las habilidades políticas, la administración, e incluso sus pasiones, en una proporción necesaria para el contexto en el que se lo requiera.
El technopol, un particular decision maker, mezcla de técnico y político, ha estado vinculado a la implementación de las reformas estructurales en América Latina. Estas figuras públicas supieron “hacer de la economía algo político” y también hacer alianzas políticas para gobernar más efectivamente. Domínguez tiene en mente, entre otros, a Domingo Cavallo; los technopols han hecho que las políticas económicas fueran aceptables para el público en general, tanto en contextos democráticos como autoritarios.
Mariana Heredia (2015) intenta comprender, a partir de una metodología sociológica y desde una perspectiva argentina, cuándo y cómo los economistas se convirtieron en agentes determinantes en la política. Para la autora, en la segunda mitad de los años setenta se yuxtaponen procesos y fenómenos que hacen posible erigir a los especialistas económicos en autoridades públicas: la inflación, por un lado, como un fenómeno que desbordaba la realidad, como una especie de flagelo; y por otro, las malas prácticas económicas y malas decisiones políticas por parte de las autoridades. Esto, junto al creciente reproche de la sociedad, reafirmaba a la ciencia económica en el lugar que estaba comenzando a ocupar.
Así, los economistas se convirtieron en garantes de "objetividad" y "racionalidad". Los expertos emprendieron en ese momento una función política en Argentina, y desde entonces pretenden hacerlo desde la racionalidad técnica. Pero no pudieron escapar, sin embargo, de los valores políticos en juego, de la misma construcción de esos valores y de la estructuración de la dinámica social; en el marco de esta tensión es que comienzan a establecer un "nuevo orden", que no careció de errores y vertiginosidad.
Diversos investigadores sostienen que en América Latina el tecnócrata puro no existe, y que la unidad de análisis son los políticos tecnócratas o technopols. Destacan la legitimación de los economistas argentinos por su expertise, en un país asediado por la incertidumbre macroeconómica y la inflación, que produjo una peculiar valoración del saber económico por parte de políticos y votantes.
Director de Fundación Esperanza. https://fundacionesperanza.com.ar/ Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política.
Sin plan ni equipo económico el presidente electo eligió a un grupo de mesadineristas
Javier Milei abraza su suerte inicial a la casta de financistas de Caputo
No habrá dolarización, no se dinamitará el Banco Central y el ajuste fuerte no será a la "casta política" sino que recaerá sobre la mayoría de la población. El programa económico es el típico ajuste regresivo. El equipo económico está siendo armado de forma improvisada. La causa judicial de Santiago Bausili, socio de Caputo y candidato a presidente del Banco Central.
Por Alfredo Zaiat
Luis Caputo y Santiago Bausili cuando eran funcionarios del gobierno de Mauricio Macri y responsables del desastre de la deuda de esos años.. Imagen: NA
No habrá dolarización, no se dinamitará el Banco Central y el ajuste fuerte no será a la "casta política" sino que recaerá sobre la mayoría de la población. El programa económico es el típico ajuste regresivo. El equipo económico está siendo armado de forma improvisada. La causa judicial de Santiago Bausili, socio de Caputo y candidato a presidente del Banco Central.
Javier Milei no tenía plan ni equipo económico preparado para la gestión. Los lineamientos ofrecidos durante la campaña electoral fueron panfletos eficaces. No habrá dolarización, no se dinamitará el Banco Central y el ajuste no será a la "casta política" sino que recaerá sobre la mayoría de la población. El fraude político señalado en estas páginas ha quedado en evidencia en las semanas posteriores al triunfo en el balotaje:
1. El equipo económico está siendo armado con un nivel de improvisación impactante. En realidad, es un equipo de financistas liderado por Luis Caputo con escasa formación para el diseño de la política económica, que sólo promete conseguir dólares con financiamiento externo. Existe la sospecha acerca de que el primer presidente economista piensa ser en la práctica el ministro de Economía. De alguna forma lo dice en diálogos informales: "quién sea el ministro se va a tener que aguantar que esté encima de él todo el tiempo".
2. El programa económico es el típico ajuste regresivo aplicado en tres ocasiones en los últimos 50 años (dictadura militar y gobiernos de Menem y de Macri), sólo que ahora Milei promete que lo hará con más rigor. La carencia de un programa integral queda al descubierto cuando adquirió a libro cerrado el plan de reforma del Estado y desregulación que había preparado Federico Sturzenegger para la candidata presidencial Patricia Bullrich.
3. El ajuste fiscal de 5 puntos del PIB que adelanta Milei será de no más de 0,5 puntos sobre lo que denomina "casta política". El resto será un recorte brutal de subsidios a los servicios públicos, lo que se conoce como "tarifazos", de subvenciones al sector privado, paralización de la obra pública y eliminación de las transferencias a las provincias. En la práctica se verá si lo puede concretar.
No habrá dolarización, no se dinamitará el Banco Central y el ajuste fuerte no será a la "casta política" sino que recaerá sobre la mayoría de la población. El programa económico es el típico ajuste regresivo. El equipo económico está siendo armado de forma improvisada. La causa judicial de Santiago Bausili, socio de Caputo y candidato a presidente del Banco Central.
Javier Milei no tenía plan ni equipo económico preparado para la gestión. Los lineamientos ofrecidos durante la campaña electoral fueron panfletos eficaces. No habrá dolarización, no se dinamitará el Banco Central y el ajuste no será a la "casta política" sino que recaerá sobre la mayoría de la población. El fraude político señalado en estas páginas ha quedado en evidencia en las semanas posteriores al triunfo en el balotaje:
1. El equipo económico está siendo armado con un nivel de improvisación impactante. En realidad, es un equipo de financistas liderado por Luis Caputo con escasa formación para el diseño de la política económica, que sólo promete conseguir dólares con financiamiento externo. Existe la sospecha acerca de que el primer presidente economista piensa ser en la práctica el ministro de Economía. De alguna forma lo dice en diálogos informales: "quién sea el ministro se va a tener que aguantar que esté encima de él todo el tiempo".
2. El programa económico es el típico ajuste regresivo aplicado en tres ocasiones en los últimos 50 años (dictadura militar y gobiernos de Menem y de Macri), sólo que ahora Milei promete que lo hará con más rigor. La carencia de un programa integral queda al descubierto cuando adquirió a libro cerrado el plan de reforma del Estado y desregulación que había preparado Federico Sturzenegger para la candidata presidencial Patricia Bullrich.
3. El ajuste fiscal de 5 puntos del PIB que adelanta Milei será de no más de 0,5 puntos sobre lo que denomina "casta política". El resto será un recorte brutal de subsidios a los servicios públicos, lo que se conoce como "tarifazos", de subvenciones al sector privado, paralización de la obra pública y eliminación de las transferencias a las provincias. En la práctica se verá si lo puede concretar.
Las anteojeras ideológicas provocarán un daño innecesario a la mayoría de la población
La obsesión fiscalista y la miopía monetarista extrema pueden llevar, en caso de que Milei cumpla con lo que ha dejado trascender, a una crisis económica de proporciones. Avisó que hay que prepararse para una estanflación (recesión con inflación) para los próximos 18-24 meses.
Al partir de un diagnóstico equivocado sobre el tipo de crisis que está atravesando la economía argentina, con una concepción ultraortodoxa y con diversas muestras de desconocimiento sobre cómo funciona el Estado y la relaciones económicas en la vida real, promete un sacrificio socioeconómico que es innecesario, además de injusto, sobre una mayoría de la población que ya está castigada por una crisis de ingresos (inflación) de 8 años.
El economista Carlos Rodríguez, quien abandonó el lugar de asesor de Milei aunque mantiene el apoyo entusiasta al libertario, lo dijo en forma brutal: "Van a tener que sufrir, no hay más remedio". No dijo "vamos".
Como se mencionó, el fraude político de Milei se efectivizó pero también existe una estafa emocional, que consiste en convencer a un amplio grupo social que tiene que sufrir para luego estar mejor. Los integrantes de los sectores populares –incluyendo a la clase media- son precisamente los que han estado padeciendo la extensa crisis, no hay motivo para que siguen arrastrando penurias y sin embargo una parte de ellos ha sido convencida o engañada de que tendrá que soportar más sacrificio para purificarse en el altar del ajuste.
Milei pierde el equilibrio con los keynesianos, entonces puede escuchar a los ortodoxos con prestigio
Ricardo Arriazu es uno de los economistas ortodoxos más respetados en el mundo empresarial y de las finanzas. No participa en los medios y sus opiniones son muy consideradas entre los hombres de negocios.
Como la discusión económica ahora no pasa entre ortodoxos y heterodoxos, resulta interesante ingresar en el debate al interior del grupo dominante en la construcción de sentido acerca de las cuestiones económicas.
De esto modo se puede identificar a qué fracciones del capital defienden unos y otros, y en especial a cuál beneficiará inicialmente el gobierno de Milei. La elección de Luis Caputo con su equipo de mesadineristas para el manejo de la gestión económica (Ministerio y Banco Central) revela el abrazo al capital financiero internacional. Al tiempo de ofrecer a grupos económicos locales e internacionalizados el bocado de las privatizaciones o directamente entregar a uno de ellos (Tecpetrol de Techint) el manejo de YPF.
Se trata de la repetición de la triple alianza conformada durante el gobierno de Menem (banca acreedora, grupos locales y multinacionales de servicios) para asaltar el patrimonio del Estado.
Arriazu, en el VI Congreso de la Cámara de Agentes de Bolsa, saludó el marco general de las propuestas de Milei, incluso elogió el alineamiento internacional planteado por el Presidente electo, pero señaló que existen una enorme discusión interna (se refiere al equipo del libertario pero también entre miembros de la ortodoxia), y advirtió que "no podemos equivocarnos en dos temas".
La obsesión fiscalista y la miopía monetarista extrema pueden llevar, en caso de que Milei cumpla con lo que ha dejado trascender, a una crisis económica de proporciones. Avisó que hay que prepararse para una estanflación (recesión con inflación) para los próximos 18-24 meses.
Al partir de un diagnóstico equivocado sobre el tipo de crisis que está atravesando la economía argentina, con una concepción ultraortodoxa y con diversas muestras de desconocimiento sobre cómo funciona el Estado y la relaciones económicas en la vida real, promete un sacrificio socioeconómico que es innecesario, además de injusto, sobre una mayoría de la población que ya está castigada por una crisis de ingresos (inflación) de 8 años.
El economista Carlos Rodríguez, quien abandonó el lugar de asesor de Milei aunque mantiene el apoyo entusiasta al libertario, lo dijo en forma brutal: "Van a tener que sufrir, no hay más remedio". No dijo "vamos".
Como se mencionó, el fraude político de Milei se efectivizó pero también existe una estafa emocional, que consiste en convencer a un amplio grupo social que tiene que sufrir para luego estar mejor. Los integrantes de los sectores populares –incluyendo a la clase media- son precisamente los que han estado padeciendo la extensa crisis, no hay motivo para que siguen arrastrando penurias y sin embargo una parte de ellos ha sido convencida o engañada de que tendrá que soportar más sacrificio para purificarse en el altar del ajuste.
Milei pierde el equilibrio con los keynesianos, entonces puede escuchar a los ortodoxos con prestigio
Ricardo Arriazu es uno de los economistas ortodoxos más respetados en el mundo empresarial y de las finanzas. No participa en los medios y sus opiniones son muy consideradas entre los hombres de negocios.
Como la discusión económica ahora no pasa entre ortodoxos y heterodoxos, resulta interesante ingresar en el debate al interior del grupo dominante en la construcción de sentido acerca de las cuestiones económicas.
De esto modo se puede identificar a qué fracciones del capital defienden unos y otros, y en especial a cuál beneficiará inicialmente el gobierno de Milei. La elección de Luis Caputo con su equipo de mesadineristas para el manejo de la gestión económica (Ministerio y Banco Central) revela el abrazo al capital financiero internacional. Al tiempo de ofrecer a grupos económicos locales e internacionalizados el bocado de las privatizaciones o directamente entregar a uno de ellos (Tecpetrol de Techint) el manejo de YPF.
Se trata de la repetición de la triple alianza conformada durante el gobierno de Menem (banca acreedora, grupos locales y multinacionales de servicios) para asaltar el patrimonio del Estado.
Arriazu, en el VI Congreso de la Cámara de Agentes de Bolsa, saludó el marco general de las propuestas de Milei, incluso elogió el alineamiento internacional planteado por el Presidente electo, pero señaló que existen una enorme discusión interna (se refiere al equipo del libertario pero también entre miembros de la ortodoxia), y advirtió que "no podemos equivocarnos en dos temas".
El primer tema: cuál será el sistema cambiario
Arriazu admitió que es partidario de la dolarización desde la década del '90 pero indicó que ahora no se puede hacer y, por lo tanto, "no tiene ningún sentido proponerla en este momento".
Mencionó que algunos economistas sugieren entonces la flotación cambiaria e interpeló a la audiencia: "Se imaginan la flotación con una deuda de 40 mil millones de dólares por el no pago de importaciones, y tirando ese monto al mercado al mismo tiempo. Esto es garantía de hiperinflación".
Indicó que otros aconsejan un fuerte salto cambiario. Provocó a la audiencia de este modo: "dicen que el tipo de cambio está atrasado, también dicen que las tarifas están atrasadas, y que los salarios están atrasados. Entonces cuál de ellos está adelantado, porque la economía sólo fija precios relativos", explicó.
Para sentenciar que lo que se llama atraso es lo que a cada sector le gustaría tener como máximo precio histórico. Calculó que la suma de estas aspiraciones es de tres veces la participación que tiene cada uno en el PIB, "lo cual implica que es una imposibilidad y entonces hay que definir quiénes van a ser los ganadores y los perdedores en este momento".
Postula entonces que para la actual coyuntura el mejor camino son los viejos programas de estabilización de la década del setenta: aplicar un salto cambiario, de tarifas y de salarios, para luego fijarlos y de esta manera poder bajar la tasa de interés y romper la indexación. En este sentido fue terminante: "si no se rompe con la indexación no se podrá bajar la inflación".
El segundo tema: las Leliq
Arriazu califica como pseuda bomba de las Leliq, para afirmar que "no hay cosa que me dé más furia que la liviandad de esta discusión y la ideología". La legión de libertarios dedicada a emitir mensajes de odio para quienes cuestionan el análisis de Milei sobre el supuesto peligro de las Leliq, tendrán que incluir al ortodoxo Arriazu en la catarata de comentarios violentos con la que inundan las redes sociales.
Explicó con varios cuadros numéricos que los pasivos de corto plazo del Banco Central han estado creciendo, aclarando que con una tasa de inflación del 150 por ciento anual no se puede tomar en serio los valores nominales.
Estimó que en moneda constante el stock de Leliq ya no es tan grande y menos si se lo convierte a dólares. En concreto, Arriazu señaló que en términos reales el monto de las Leliq se está licuando porque la tasa de interés tiene un recorrido por debajo de la tasa de inflación.
Además indicó que el Banco Central además de tener estos pasivos tiene activos, como títulos públicos emitidos por el Tesoro Nacional (es el principal tenedor de estos bonos del país), por un monto total convertido a pesos de 8 billones, monto que devenga una tasa de interés. Por lo tanto, reduce el denominado déficit cuasifiscal generado por la tasa de interés que paga por las Leliq.
Concluye que el stock de las Leliq se está licuando en términos reales y además del déficit cuasifiscal no es tan elevado como dicen, y pese a la contundencia de esta evidencia "estamos por hacer un enorme lío para sacarse la bomba de las Leliq que no existe como tal". Para agregar: "Es un tema que me preocupa porque endeudarse en dólares para resolver este problema que no existe es sumamente peligroso".
La casta de mesadineristas al poder del Ministerio de Economía y del Banco Central
El desembarco de Luis Caputo en Economía junto a su equipo de financistas de la agencia Anker Capital es impresionante por el desastre financiero que dejó cuando estuvo en el gobierno de Mauricio Macri, desempeño que Milei denostó con virulencia en su momento.
Caputo fue jefe de trading para América latina del JP Morgan y de Europa del Este y América latina en el Deutsche Bank. En 2008 asumió el cargo de director del Deutsche Bank.
Milei está por elegir para presidente del Banco Central al socio de Caputo en Anker, Santiago Bausili, con un criterio que arroja al cesto de basura el falso principio de independencia de la entidad monetaria, concepto que la ortodoxia ha estado insistiendo desde hace tres décadas.
Bausili es economista especialista en finanzas, trabajó 11 años en JPMorgan y 9 años en Deutsche Bank, en Nueva York, especializándose en financiamiento de mercado de capitales y manejo de riesgos financieros.
Bausili fue secretario de Finanzas del gobierno de Macri, y mano derecha de Caputo, quien lideró el vertiginoso endeudamiento 2015-2019. Fue procesado por el juez Sebastián Casanello. Lo hizo por haber contratado al Deutsche Bank como gestor de la colocación de bonos de la deuda. Bausili trabajó y tenía acciones de ese banco al momento de asumir en la función pública.
En los dos lados del mostrador
Casanello precisó que Bausili fue empleado del Deutsche de 2007 a 2016. El 31 de enero de 2016, al desvincularse recibió, en cuotas, un total de 13.025 acciones de la entidad, con un valor nominal en la bolsa de Nueva York de 13,80 dólares cada una, que terminó de cobrar en septiembre de 2018. Este paquete accionario a ese precio sumaba 180 mil dólares, dinero que fue cobrando mientras le entregaba negocios a su anterior empleador y a la entidad de la que también pasó a ser accionista. Las acciones las vendía en el mercado a medida que las recibía, según confesó ante el juez, reconociendo que en ese período cobró además dividendos por esas acciones.
Bausili fue acusado de presunta comisión del delito de "negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública". Casanello le trabó un embargo por 10 millones de pesos (unos 106 mil dólares, al cambio oficial del momento), monto que seguramente a Bausili no le alteró su estado patrimonial.
En una audiencia en forma remota y pese a que Bausili alegó que sus intervenciones fueron insignificantes, el juez concluyó en base a las pruebas acumuladas que se "demuestra el desapego por parte de Bausili de los altos estándares de ética y transparencia que su rol le exigían".
En el fallo se indicó que "el encausado en su defensa dijo que siempre sus intervenciones fueron nimias, pero lo cierto es que no sólo fueron comunicaciones intergubernamentales, que también tenía vedado efectuar, sino que aquí directamente prestó conformidad para que, entre otras cosas, el Deutsche Bank, entidad de la cual él tenía acciones y otras por recibir, fuese designado como banco colocador y reciba, por ello, de 0,12% a 0,18% del monto colocado, 7 mil millones de dólares".
Milei eligió a financistas con causas judiciales abiertas
Bausili es un caso emblemático del abierto conflicto de intereses y operaciones financieras opacas con el desembarco en el Estado durante el macrismo de un grupo de ejecutivos del sistema ligado a las finanzas internacionales.
Macri lo designa a Bausili cuando todavía seguía siendo ejecutivo del Deutsche. Él alegó que la relación laboral había finalizado informalmente por haberse tomado vacaciones antes del decreto que lo nombrara.
Casanello indicó que Bausili "no podía intervenir en ningún asunto relacionado o vinculado a su ex empleador hasta septiembre de 2021". Se debía haber abstenido de reunirse con el Deutsche. Pero lo hizo en cinco oportunidades entre abril de 2016 y agosto de 2017. Además en el expediente hay correos electrónicos de Bausili con el Deutsche Bank entregando información (contactos y cuentas bancarias) de diferentes bonistas del acuerdo con los buitres. El juez sentenció: "En otras palabras, todas las acciones llevadas a cabo por el nombrado, en ese período, se encontraban prohibidas por ley".
Como no podía ser de otra manera, de acuerdo a los antecedentes de causas que involucran a funcionarios macristas, la Cámara Federal revocó el procesamiento de Bausili, en un fallo dividido. Los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah entendieron que faltaban elementos para poder resolver sobre su presunta responsabilidad en los hechos y determinar si hubo un interés especial en el resultado de la operación. En cambio, el juez Roberto Boico se inclinó en minoría por confirmar la decisión del juez Casanello.
La causa judicial sigue abierta, mientras Bausili se está probando el traje de presidente del Banco Central del gobierno de Javier Milei.