Un territorio en disputa entre dos polos de poder
En la nueva escena global en la que el capitalismo se encuentra en tránsito hacia una nueva fase, la gran cantidad de recursos naturales y energéticos (litio, gas, petróleo, minerales, tierras raras), materias primas, así como también sus “mercados” de producción y consumo, y su calificada y “barata” fuerza laboral, convierten a América Latina en un territorio de importancia estratégica para los capitales globales.
Es sabido que históricamente este territorio se encontró bajo el dominio de las coronas europeas, luego el capitalismo británico se impuso como gran potencia económica y colonial en la región y, finalmente, EE.UU. a través de su doctrina Monroe, tomó Nuestra América como su patio trasero.
Sin embargo, en los últimos años, China viene profundizando y extendiendo su influencia en la región mediante diferentes acuerdos de intercambio comercial y de inversión directa, además de proyectos políticos y económicos como los BRICS o la Ruta de la Seda.
En 2021 el valor total del comercio entre el gigante asiático y Latinoamérica y el Caribe aumentó un 41,1% respecto a 2020, registrando un nuevo récord en las transacciones, por valor de 451.591 millones de dólares, según datos oficiales de China. El gigante asiático actualmente es el segundo socio comercial de mayor importancia para la región. En 2021, las exportaciones de América Latina hacia China llegaron a unos 222.582 millones de dólares, lo que representa un incremento del 31,4% respecto al año anterior.
Mientras, Estados Unidos ejerció una influencia más pronunciada en las importaciones latinoamericanas que en sus exportaciones. Especialmente estas últimas han experimentado desplazamientos significativos con la irrupción de China, cuya economía se ha vuelto complementaria, sobre todo en el cono sur. Estados Unidos ha mantenido un vínculo extractivista con la región, profundizado a partir de la centralidad geopolítica que ha adquirido el litio como insumo fundamental en el cambio de matriz energética. La disminución de la presencia de las exportaciones estadounidenses se atribuye al aumento de la participación china en la región. La Unión Europea, que tradicionalmente ocupaba el puesto de segundo socio comercial, ha sido superada por China en la actualidad
Los dos polos de la disputa
El mundo se encuentra enmarcado en una profunda agudización de las luchas por la gobernanza global que tiene como protagonistas a las grandes potencias económicas del G2: EE.UU. vs China. Así, en un complejo entramado, el G2 aparece como el enfrentamiento de dos grandes proyectos financieros y tecnológicos-digitales, como representación de dos fuerzas que, para hacer más inteligible a la comprensión, definimos como China-Huawei-BATHX, de un lado, y Estados Unidos-Amazon-GAFAM, del otro. Aunque en ocasiones ambas fuerzas se visibilizan en los Estados, su capacidad de influencia y conducción trasciende la territorialidad y la institucionalidad de estos.
El mundo se encuentra enmarcado en una profunda agudización de las luchas por la gobernanza global que tiene como protagonistas a las grandes potencias económicas del G2: EE.UU. vs China. Así, en un complejo entramado, el G2 aparece como el enfrentamiento de dos grandes proyectos financieros y tecnológicos-digitales, como representación de dos fuerzas que, para hacer más inteligible a la comprensión, definimos como China-Huawei-BATHX, de un lado, y Estados Unidos-Amazon-GAFAM, del otro. Aunque en ocasiones ambas fuerzas se visibilizan en los Estados, su capacidad de influencia y conducción trasciende la territorialidad y la institucionalidad de estos.
El aumento del comercio y el uso de monedas locales para el intercambio, la incorporación de los países latinoamericanos a la “nueva ruta de la seda”, el ingreso de Argentina al BRICS, el aumento de la Inversión Extranjera Directa, son algunas muestras de que el gigante asiático se toma muy enserio la disputa de este territorio.
Cuando la mayor parte de los países latinoamericanos empezaron a acumular déficits comerciales con China, el gigante asiático empezó a desarrollar un segundo nivel de influencia económica que es el de la inversión directa. A pesar de la competitividad de China en el sector manufacturero, no han sido estas empresas las que se han lanzado a producir en América Latina. La presencia china se advierte más bien en el sector nuclear y energético y en sectores primarios de la economía, vinculados a la extracción de materia prima sin valor agregado, principalmente en el agro y el sector minero.
Más allá de la inversión directa, la participación de China en la construcción de infraestructuras en la región se ha financiado con préstamos por parte de los grandes bancos de desarrollo chinos, que no han hecho más que aumentar la deuda latinoamericana, esta vez con China.
Sin embargo, no hay que olvidar que EE.UU representa a nivel global el 58% del PBI del G-7 y está relacionado al superior nivel de productividad que aumentó 67% entre 1990 y 2022. En términos de hegemonía financiera el dólar estadounidense representa el 67% de las reservas de los bancos centrales del mundo y el 80% en lo que hace al comercio internacional.
Pese al avance sostenido de China en la región, las relaciones comerciales entre EEUU y América Latina siguen expresando el peso de Norteamérica en la región, sobre todo en países como Brasil, México y Argentina. Por otro lado, es necesario considerar que a diferencia de China, que avanza sobre la región mediante otras estrategias, EEUU lleva más de 200 años ejerciendo su dominio sobre la región, no solo de manera económica sino cultural militar y políticamente. Ayer mediante dictaduras, hoy mediante mecanismos institucionales como golpes blandos y Lawfare.
Brasil
Durante el primer trimestre de 2023, Brasil experimentó un hito significativo en su balanza comercial con Estados Unidos.
Las exportaciones brasileñas alcanzaron un récord de USD 8.200 millones, marcando un aumento del 9% en comparación con el mismo período del año anterior. Este resultado sobresale al representar casi el doble de la tasa de crecimiento de las exportaciones brasileñas a nivel mundial, que fue del 4,8%.
Por otro lado, las importaciones brasileñas desde EE.UU. totalizaron USD 9,7 mil millones, reflejando una disminución del 15,4% en comparación con el año 2022. Este descenso se explica principalmente por la ausencia de compras de gas natural, que ascendieron a USD 2,1 mil millones en el primer trimestre del año pasado.
Se destacó la centralidad del petróleo en el intercambio comercial, señalando que esta dinámica limita la capacidad de competir en mercados específicos. Se resalta que el valor agregado se genera en Estados Unidos, indicando una dependencia de Sudamérica en términos de procesos más avanzados y complejos.
Por su parte China, anunció en febrero un acuerdo de compensación en yuanes con Brasil, su mayor socio comercial en América Latina con un intercambio bilateral que en 2022 alcanzó un récord de US$150.000 millones. La primera operación comercial bilateral con monedas locales entre China y Brasil cerraron transacciones financiadas y liquidadas en yuanes y convertidas directamente en reales.
México
Con respecto a México, según la Oficina de Estadísticas del gobierno estadounidense, en el primer trimestre de 2023, Estados Unidos importó mercancías por un valor de $115.5 mil millones desde dicho país. Este monto representó el 15.4% de las importaciones totales de Estados Unidos, mar- cando un récord histórico y consolidando a México como su principal proveedor en este periodo. En contraposición, las importaciones procedentes de China totalizaron $99.7 mil millones, con una participación del 13.3%.
Es sabido que históricamente este territorio se encontró bajo el dominio de las coronas europeas, luego el capitalismo británico se impuso como gran potencia económica y colonial en la región y, finalmente, EE.UU. a través de su doctrina Monroe, tomó Nuestra América como su patio trasero.
Sin embargo, en los últimos años, China viene profundizando y extendiendo su influencia en la región mediante diferentes acuerdos de intercambio comercial y de inversión directa, además de proyectos políticos y económicos como los BRICS o la Ruta de la Seda.
En 2021 el valor total del comercio entre el gigante asiático y Latinoamérica y el Caribe aumentó un 41,1% respecto a 2020, registrando un nuevo récord en las transacciones, por valor de 451.591 millones de dólares, según datos oficiales de China. El gigante asiático actualmente es el segundo socio comercial de mayor importancia para la región. En 2021, las exportaciones de América Latina hacia China llegaron a unos 222.582 millones de dólares, lo que representa un incremento del 31,4% respecto al año anterior.
Mientras, Estados Unidos ejerció una influencia más pronunciada en las importaciones latinoamericanas que en sus exportaciones. Especialmente estas últimas han experimentado desplazamientos significativos con la irrupción de China, cuya economía se ha vuelto complementaria, sobre todo en el cono sur. Estados Unidos ha mantenido un vínculo extractivista con la región, profundizado a partir de la centralidad geopolítica que ha adquirido el litio como insumo fundamental en el cambio de matriz energética. La disminución de la presencia de las exportaciones estadounidenses se atribuye al aumento de la participación china en la región. La Unión Europea, que tradicionalmente ocupaba el puesto de segundo socio comercial, ha sido superada por China en la actualidad
Los dos polos de la disputa
El mundo se encuentra enmarcado en una profunda agudización de las luchas por la gobernanza global que tiene como protagonistas a las grandes potencias económicas del G2: EE.UU. vs China. Así, en un complejo entramado, el G2 aparece como el enfrentamiento de dos grandes proyectos financieros y tecnológicos-digitales, como representación de dos fuerzas que, para hacer más inteligible a la comprensión, definimos como China-Huawei-BATHX, de un lado, y Estados Unidos-Amazon-GAFAM, del otro. Aunque en ocasiones ambas fuerzas se visibilizan en los Estados, su capacidad de influencia y conducción trasciende la territorialidad y la institucionalidad de estos.
El mundo se encuentra enmarcado en una profunda agudización de las luchas por la gobernanza global que tiene como protagonistas a las grandes potencias económicas del G2: EE.UU. vs China. Así, en un complejo entramado, el G2 aparece como el enfrentamiento de dos grandes proyectos financieros y tecnológicos-digitales, como representación de dos fuerzas que, para hacer más inteligible a la comprensión, definimos como China-Huawei-BATHX, de un lado, y Estados Unidos-Amazon-GAFAM, del otro. Aunque en ocasiones ambas fuerzas se visibilizan en los Estados, su capacidad de influencia y conducción trasciende la territorialidad y la institucionalidad de estos.
El aumento del comercio y el uso de monedas locales para el intercambio, la incorporación de los países latinoamericanos a la “nueva ruta de la seda”, el ingreso de Argentina al BRICS, el aumento de la Inversión Extranjera Directa, son algunas muestras de que el gigante asiático se toma muy enserio la disputa de este territorio.
Cuando la mayor parte de los países latinoamericanos empezaron a acumular déficits comerciales con China, el gigante asiático empezó a desarrollar un segundo nivel de influencia económica que es el de la inversión directa. A pesar de la competitividad de China en el sector manufacturero, no han sido estas empresas las que se han lanzado a producir en América Latina. La presencia china se advierte más bien en el sector nuclear y energético y en sectores primarios de la economía, vinculados a la extracción de materia prima sin valor agregado, principalmente en el agro y el sector minero.
Más allá de la inversión directa, la participación de China en la construcción de infraestructuras en la región se ha financiado con préstamos por parte de los grandes bancos de desarrollo chinos, que no han hecho más que aumentar la deuda latinoamericana, esta vez con China.
Sin embargo, no hay que olvidar que EE.UU representa a nivel global el 58% del PBI del G-7 y está relacionado al superior nivel de productividad que aumentó 67% entre 1990 y 2022. En términos de hegemonía financiera el dólar estadounidense representa el 67% de las reservas de los bancos centrales del mundo y el 80% en lo que hace al comercio internacional.
Pese al avance sostenido de China en la región, las relaciones comerciales entre EEUU y América Latina siguen expresando el peso de Norteamérica en la región, sobre todo en países como Brasil, México y Argentina. Por otro lado, es necesario considerar que a diferencia de China, que avanza sobre la región mediante otras estrategias, EEUU lleva más de 200 años ejerciendo su dominio sobre la región, no solo de manera económica sino cultural militar y políticamente. Ayer mediante dictaduras, hoy mediante mecanismos institucionales como golpes blandos y Lawfare.
Brasil
Durante el primer trimestre de 2023, Brasil experimentó un hito significativo en su balanza comercial con Estados Unidos.
Las exportaciones brasileñas alcanzaron un récord de USD 8.200 millones, marcando un aumento del 9% en comparación con el mismo período del año anterior. Este resultado sobresale al representar casi el doble de la tasa de crecimiento de las exportaciones brasileñas a nivel mundial, que fue del 4,8%.
Por otro lado, las importaciones brasileñas desde EE.UU. totalizaron USD 9,7 mil millones, reflejando una disminución del 15,4% en comparación con el año 2022. Este descenso se explica principalmente por la ausencia de compras de gas natural, que ascendieron a USD 2,1 mil millones en el primer trimestre del año pasado.
Se destacó la centralidad del petróleo en el intercambio comercial, señalando que esta dinámica limita la capacidad de competir en mercados específicos. Se resalta que el valor agregado se genera en Estados Unidos, indicando una dependencia de Sudamérica en términos de procesos más avanzados y complejos.
Por su parte China, anunció en febrero un acuerdo de compensación en yuanes con Brasil, su mayor socio comercial en América Latina con un intercambio bilateral que en 2022 alcanzó un récord de US$150.000 millones. La primera operación comercial bilateral con monedas locales entre China y Brasil cerraron transacciones financiadas y liquidadas en yuanes y convertidas directamente en reales.
México
Con respecto a México, según la Oficina de Estadísticas del gobierno estadounidense, en el primer trimestre de 2023, Estados Unidos importó mercancías por un valor de $115.5 mil millones desde dicho país. Este monto representó el 15.4% de las importaciones totales de Estados Unidos, mar- cando un récord histórico y consolidando a México como su principal proveedor en este periodo. En contraposición, las importaciones procedentes de China totalizaron $99.7 mil millones, con una participación del 13.3%.
Entre enero y julio pasado, el valor de las exportaciones de México a China ascendieron a 5.983 millones de dólares, mientras las importaciones se ubican en 63.854 millones, es decir, la misma diferencia de casi mil por ciento que en 2022.
México se ha consolidado como un socio comercial crucial para Estados Unidos, registrando cifras históricas en las importaciones durante el primer trimestre de 2023.
Argentina
Mientras que para el caso de Argentina, según los datos del INDEC, entre enero-septiembre de 2023, la balanza comercial entre el país y EE.UU, registró un déficit de US $2.943 millones, las exportaciones sumaron US $4.037 millones y las importaciones US $6.980 millones.
Con relación a China, Sergio Massa, ex Ministro de Economía de Argentina, anunciaba en abril de 2023, un acuerdo para dejar de pagar las importaciones de China en dólares y comenzar a hacerlo en yuanes, tras activar un swap o acuerdo de intercambio financiero con el país asiático equivalente a US$5.000 millones.
Tal como mencionamos anteriormente, en la XV Cumbre de los BRICS en Johannesburgo, se anunció el ingreso de Argentina a la misma a partir de enero de 2024, situación que resulta poco probable que suceda luego de las declaraciones de la canciller del gobierno de Javier Milei, Diana Mondino, quien dijo que no era una prioridad para su gestión.
Desafíos para Nuestramérica
Considerando las transformaciones estructurales y sistémicas que se están dando, con la avanzada de procesos de digitalización y virtualización de la vida, América Latina es una región que no está exenta de la complejidad, la contradicción y el conflicto en el que está sumergido el mundo.
Resulta necesario, sin embargo, recuperar la noción de contradicciones sistémicas, que empujan la lucha de las clases, ya que nada cambiará para las clases populares si la contradicción principal que hoy ordena la conflictividad mundial se resuelve en favor de uno u otro proyecto estratégico.
Los pueblos de Nuestramérica debemos ser conscientes que si a ambos proyectos estratégicos, no les imponemos una voluntad política de unidad, asentada en la organización dinámica y consciente de los sectores populares, primará, en uno y otro lado, una estrategia extractivista. Sólo una región políticamente fortalecida y económicamente integrada nos permitirá que el uso de dichos recursos posibilite el bienestar y desarrollo económico de la región.
Es momento de redefiniciones de fondo, entre ellas, de los contornos y límites de la democracia, para superar la mera representatividad liberal burguesa, y así avanzar en la participación protagónica de las mayorías en las decisiones sobre la vida social, otorgando centralidad a la potencia creadora de la inteligencia y la voluntad colectivas.
*Artículo publicado en el Anuario 2023 de América Latina y el Caribe de NODAL Y CLAE
CLAE
México se ha consolidado como un socio comercial crucial para Estados Unidos, registrando cifras históricas en las importaciones durante el primer trimestre de 2023.
Argentina
Mientras que para el caso de Argentina, según los datos del INDEC, entre enero-septiembre de 2023, la balanza comercial entre el país y EE.UU, registró un déficit de US $2.943 millones, las exportaciones sumaron US $4.037 millones y las importaciones US $6.980 millones.
Con relación a China, Sergio Massa, ex Ministro de Economía de Argentina, anunciaba en abril de 2023, un acuerdo para dejar de pagar las importaciones de China en dólares y comenzar a hacerlo en yuanes, tras activar un swap o acuerdo de intercambio financiero con el país asiático equivalente a US$5.000 millones.
Tal como mencionamos anteriormente, en la XV Cumbre de los BRICS en Johannesburgo, se anunció el ingreso de Argentina a la misma a partir de enero de 2024, situación que resulta poco probable que suceda luego de las declaraciones de la canciller del gobierno de Javier Milei, Diana Mondino, quien dijo que no era una prioridad para su gestión.
Desafíos para Nuestramérica
Considerando las transformaciones estructurales y sistémicas que se están dando, con la avanzada de procesos de digitalización y virtualización de la vida, América Latina es una región que no está exenta de la complejidad, la contradicción y el conflicto en el que está sumergido el mundo.
Resulta necesario, sin embargo, recuperar la noción de contradicciones sistémicas, que empujan la lucha de las clases, ya que nada cambiará para las clases populares si la contradicción principal que hoy ordena la conflictividad mundial se resuelve en favor de uno u otro proyecto estratégico.
Los pueblos de Nuestramérica debemos ser conscientes que si a ambos proyectos estratégicos, no les imponemos una voluntad política de unidad, asentada en la organización dinámica y consciente de los sectores populares, primará, en uno y otro lado, una estrategia extractivista. Sólo una región políticamente fortalecida y económicamente integrada nos permitirá que el uso de dichos recursos posibilite el bienestar y desarrollo económico de la región.
Es momento de redefiniciones de fondo, entre ellas, de los contornos y límites de la democracia, para superar la mera representatividad liberal burguesa, y así avanzar en la participación protagónica de las mayorías en las decisiones sobre la vida social, otorgando centralidad a la potencia creadora de la inteligencia y la voluntad colectivas.
*Artículo publicado en el Anuario 2023 de América Latina y el Caribe de NODAL Y CLAE
CLAE