22 feb 2025

LA CULPA DE LOS POBRES

Alemania va a las urnas para renovar su parlamento. La lucha contra la recesión y la inmigración ilegal en el centro del debate electoral

22 de febrero de 2025 


Merz (centro, izq.) sonríe durante el cierre de campaña en Munich.. Imagen: AFP

Tras la disolución del Congreso de Olaf Scholz por falta de apoyo político, todo apunta a que Fiederich Merz se convertirá en el décimo canciller del país. Más de 59 millones de alemanes irán a las urnas este domingo para definir los 630 asientos del Bundestag (Parlamento alemán), encargado de elegir al canciller federal. Siete candidatos, entre ellos el actual mandatario, Olaf Scholz, compiten para liderar un país en medio de una recesión económica, con la cuestión migratoria en el centro del debate electoral.

Las encuestas previas, como las de GMS y Allensbach, muestran como favorito al bloque conservador que forman la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), liderado por Friederich Merz, con entre 29 y 32 puntos de la intención de voto. Le sigue la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con Alice Weidel al frente, que duplica su desempeño anterior entre 20 y 22 porciento de los votos. El Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz cae al tercer lugar con un apoyo del 14 al 16 del total, 10 puntos menos que en 2021. Sus socios, Los Verdes, con el vicecanciller Robert Habeck como candidato, logran entre 12 y 14 puntos porcentuales del total.

Con ninguna de las fuerzas alcanzando la mayoría absoluta, también podrían entrar en juego las minorías parlamentarias en la formación de un nuevo gobierno, de superar el mínimo requerimiento de 5 por ciento de los votos. La izquierda (Die Linke- DL) lograría entre un 6 y 7 del total, mientras que la populista Alianza Sahra Wagenknacht (BSW) amenaza con irrumpir con el 5,3 de las intenciones de voto.

El Partido Liberal (FDP), exintegrante de la "coalición semáforo" de Scholz, con su líder, Christian Lindner, fan confeso de Milei y Musk, corre el riesgo de perder su representación, con un respaldo de 3 a 5 puntos porcentuales.

Merz y ¿quien?

Aunque la CDU se postula como favorita, se verá obligada a pactar con otros partidos para garantizar la gobernabilidad y evitar el destino de la gestión de Scholz. Las diferencias en temas clave, como la política migratoria y la salida económica, complican las negociaciones y dejan abierta una incognita sobre la futura coalición de gobierno.

Todo apunta a que Merz se convertirá en el décimo canciller de Alemania, devolviendo el poder a la CDU tras más de dos décadas de liderazgo socialdemócrata. Con los liberales, tradicionales aliados del conservadurismo, fuera del Bundestag, el líder del bloque deberá elegir entre aliarse con el SPD, Los Verdes o, en un giro sin precedentes, romper el "cordón sanitario" que aisló a la ultraderecha desde la fundación de la República Federal.

La CDU colaboró en cuatro "grandes coaliciones" con la SPD, tres de ellas bajo la ex canciller Ángela Merkel, pero un pacto con Los Verdes sería inédito. Merz manifestó su preferencia por una alianza con la socialdemocracia, confiando en que, tras las elecciones, el SPD "entrará en razón" y aceptará concesiones en política económica y migratoria. En cambio, una coalición con Los Verdes presentaría la dificultad de conciliar sus diferencias ideológicas.

Si las negociaciones fracasan, la CDU reafirmó su compromiso de renunciar a formar un Gobierno, manteniendo la intencion de no aliarse con la ultraderecha. Sin embargo, la reciente aprobación de una moción no vinculante para endurecer la política migratoria generó especulaciones sobre un posible acercamiento.

Este miércoles, en un debate televisado que lo enfrentó con el actual canciller, Merz insistió en que no habrá cooperación con la ultraderecha. "No permitiremos que la AfD facilite un gobierno en minoría, no nos dejaremos elegir por ellos", enfatizó Merz, desafiando a Scholz a comprometerse públicamente a no aceptar votos de la ultraderecha, cuyo partido "está en contra de todo lo que mi formación ha construido en la historia", según recalcó.

Por su parte, el actual canciller descartó cualquier alianza con la populista BSW y la izquierdista DL, debido a que estas formaciones rechazan el envío de ayuda militar a Ucrania. "No puedo imaginármelo. Quieren dejar sola a Ucrania. Está fuera de debate", afirmó Scholz, aunque esta sería la única combinación que permitiría al SPD mantener el poder y prolongar su mandato.

Merz, en cambio, rechazó la posibilidad de que Scholz retome el cargo, y lo responsabilizó del ascenso de la ultraderecha. "Señor canciller, no habrá un milagro en los cuatro días que quedan antes de las elecciones. Su gobierno llegará a su fin el domingo", sentenció el líder conservador.

Migración

Las últimas campañas electorales en Alemania han estado marcadas por las disputas alrededor de ataques cometidos por refugiados, muchos de ellos pendientes de expulsión, afectados con transtornos psiquiátricos o con vinculaciónes yihadistas. A un mes de las elecciones, un ataque con cuchillo en Aschaffenburg llevó a Merz a endurecer su postura migratoria.

El líder conservador prometió cerrar las fronteras a solicitantes de asilo y condicionó cualquier coalición a un cambio drástico en la política migratoria. Durante el debate, propueso eliminar la tolerancia a migrantes sin permiso de residencia y acusó a la coalición de Scholz de inacción. "Llevamos años proponiendo la detención en espera de deportación y la custodia en espera de deportación, una propuesta que ha sido rechazada", dijo Merz.

A su vez, reconoció la responsabilidad de su partido en la crisis migratoria, criticando la política de "puertas abiertas" de Merkel, quien fue canciller por la CDU. El conservador abogó nuevamente por deportaciones regulares "cada semana o cada més", a lo que Scholz respondió que Alemania es el único país europeo que logró organizar vuelos de deportación, gracias a grandes esfuerzos diplomáticos y el apoyo internacional. "Esto no es algo que se pueda hacer cada semana", observó el canciller.

El socialdemócrata defendió su gestión, asegurando que en 2023 se redujo en 100.000 el número de migrantes irregulares y que las deportaciones aumentaron un 70% durante su gestión. En 2024 se ejecutaron 20.084 deportaciones, aunque 33.717 quedaron pendientes a concretarse. Alemania registró 329.000 nuevas solicitudes de asilo en 2023, elevando a 3,5 millones el número de refugiados en el país.

Economía

Alemania llega a las elecciones con el desafío de reactivar su economía tras dos años de contracción y una crisis en su industria automovilística, que representa el 26,8 por ciento de su producto bruto interno (PIB). Como resultado de los altos costos energéticos y la competencia china, el PIB cayó un 0,3 en 2023 y un 0,2 en 2024, una tendencia negativa no vista desde 2002. Según revelan las encuestas, la recuperación económica domina la campaña, mientras que temas relevantes en otras elecciones, como el ambientalismo, pierden relevancia.

Scholz propone atraer inversión extranjera con bonos "Made in Germany", reducir el IVA en alimentos y fijar un tope a las tasas eléctricas. Defiende la intervención estatal y plantea reformar el límite constitucional al endeudamiento para aumentar la inversión pública.

Merz rechazó esta estratégia, que calificó de "la vieja receta de subir impuestos, endeudarse y aumentar el gasto público". En su lugar, propuso una reducción escalonada del impuesto a las empresas, lo cual lograría "mejorar la competitividad y reactivar el crecimiento" al coste de entre 20.000 y 30.000 millones de euros para el Estado.

El candidato conservador, crítico de la "burocrácia estatal", fue duro con las políticas energéticas de Scholz, derivadas de reclamos ambientalistas. "No desconectaré nada de la red hasta que haya un reemplazo viable", aseguró Merz. A su vez, advirtio que sin cambios en la política económica y migratoria "en 2029 no estaremos ante un cambio de Gobierno, sino que nos deslizaremos definitvamente hacia el populismo de derecha".

Informe: Mateo Nemec