Ambas partes anuncian medidas de desescalamiento y se dan cuatro meses de plazo para evaluarlas y tomar decisiones
JAVIER LAFUENTE Bogotá 12 JUL 2015
De la Calle e Iván Márquez se saludan en La Habana. / YAMIL LAGE (AFP)
El Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC han anunciado este domingo que agilizarán las negociaciones para poner fin a un conflicto de más de 50 años y con cerca de siete millones de víctimas. Los representantes de ambas partes en La Habana aseguraron que van a “acordar sin demoras” los términos para alcanzar un cese al fuego bilateral y definitivo incluso antes de la firma de la paz, como estaba estipulado en un principio. Este contaría con la participación de un delegado de la ONU y otro de Unasur.
Además, el Gobierno, como respuesta al gesto de las FARC de decretar esta semana un cese unilateral del fuego, ha anunciado que tomará medidas para desescalar el conflicto, que serán efectivas, al igual que las de la guerrilla, a partir del 20 de julio, aunque no aclaró cuáles serán. Las FARC, por su parte, extienden la tregua durante cuatro meses.
Desde que se inició el proceso hace casi tres años esta es la primera vez que ambas partes se han fijado un plazo, que suena a ultimátum. “En cuatro meses, a partir de la fecha, cada una de las delegaciones hará una primera evaluación tanto del cumplimiento de estas medidas de desescalamiento, como de los resultados de los esfuerzos para agilizar los avances de la mesa, y tomará las decisiones que considere pertinentes”, asegura el comunicado que han leído los representantes de los países garantes, Noruega y Cuba. Desde hace una semana, y en vista del desplome del respaldo al mismo en la opinión pública, por parte del Gobierno se habían sucedido las declaraciones urgiendo a agilizar el proceso. “El proceso está llegando a su fin, por bien o por mal. Es posible que un día de estos las FARC no nos encuentren en la mesa de La Habana”, dijo el jefe negociador, Humberto de la Calle. “La paciencia se agota”, ha insistido durante toda la semana el presidente, Juan Manuel Santos, que tiene previsto dirigirse al país este domingo por la noche.
De la Calle aseguró que las medidas de desescalamiento por parte del Gobierno aún no están definidas. "No vamos a repetir experiencias fallidas. No vamos simplemente a paralizar la acción de la fuerza pública por la simple ilusión, que puede resultar frustrada, de lograr un acuerdo, ha recalcado el jefe negociador. Tras la última tregua declara por las FARC, que duró cinco meses, el Gobierno decidió suspender los bombardeos contra la guerrilla, decisión que levantó tras la muerte de 11 militares en abril.
Sobre el cese al fuego, De la Calle, además de asegurar que solo podría ser "aplicado con verificación, en un marco de seriedad y de garantías", lo condicionó a que dependerá de los resultados en los otros temas, especialmente justicia", el asunto en que menos avances ha habido hasta la fecha.
Para avanzar en alcanzar un cese al fuego bilateral, y agilizar el proceso, los negociadores cambiarán la metodología de trabajo abordarán de forma simultánea los dos temas, los que se refieren a la reparación de víctimas y la justicia, sin duda el que más ha atascado la negociación. Mientras tanto, se buscará un cese al fuego definitivo de la violencia, verificado por la ONU y un delegado de la presidencia de Unasur, actualmente Uruguay “con el fin de que contribuya a poner en marcha la discusión sobre el sistema de monitoreo y verificación y a preparar desde ahora su implementación, sin perjuicio de la decisión de las delegaciones sobre la participación en el futuro, en el sistema de monitoreo y verificación, de otras organizaciones o países”.