El ranking elaborado por la Red de Justicia Fiscal volvió a colocar a Suiza como la jurisdicción que menos colabora en el combate al secretismo fiscal. Otros poderosos centros capitalistas superan también a las paradisíacas islas caribeñas.
Por Tomás Lukin
No hubo sorpresas: Suiza conservó el liderazgo en el ranking internacional de guaridas fiscales. Antes que denunciar como únicas responsables del negocio a las paradisíacas islas caribeñas, el Indice de Secreto Financiero elaborado por la Red de Justicia Fiscal afina la puntería y señala a Hong Kong, Estados Unidos, Singapur y las Islas Caimán.
Su tamaño y relevancia dentro del sistema financiero los convierte en las principales plataformas globales para la fuga de capitales y la evasión tributaria. La hegemonía suiza ni siquiera se puso en duda con la filtración de los datos de 130 mil cuentas de clientes en el HSBC de Ginebra, uno de los 26 cantones de la confederación, que habilitaron investigaciones judiciales alrededor del mundo.
El compromiso de las autoridades helvéticas con la tradición instalada en 1934, cuando se consagró el secreto bancario y la confianza de los clientes, permanece prácticamente inalterado. La neutralidad en conflictos bélicos externos, la estabilidad política y los bajos (o nulos) impuestos exigidos por el enclave europeo colaboran para sostener al país en la primera posición del indicador.
El indicador divulgado cada dos años por la Red de Justicia Fiscal (TJN, por sus siglas en inglés) ofrece un abordaje integral del mundo offshore: analiza las regulaciones, leyes y tratados de las diferentes jurisdicciones para elaborar el índice de secretismo que luego es ponderado de acuerdo al tamaño de la guarida y su relevancia para los mercados financieros globales.
El indicador divulgado cada dos años por la Red de Justicia Fiscal (TJN, por sus siglas en inglés) ofrece un abordaje integral del mundo offshore: analiza las regulaciones, leyes y tratados de las diferentes jurisdicciones para elaborar el índice de secretismo que luego es ponderado de acuerdo al tamaño de la guarida y su relevancia para los mercados financieros globales.
Con esos parámetros, Alemania, Líbano, Bahrein, Dubai y Japón ocupan un lugar más relevante entre las guaridas fiscales que otros paradisíacos destinos popularizados por la industria cinematográfica estadounidense como Bahamas, Bermudas e Islas Vírgenes Británicas.
Argentina no forma parte del listado que hoy componen alrededor de cien jurisdicciones. Existen aceitadas plataformas para facilitar la evasión y fuga de capitales que constituyen un problema estructural para el desarrollo económico, pero el país carece de un sistema offshore propio.
Argentina no forma parte del listado que hoy componen alrededor de cien jurisdicciones. Existen aceitadas plataformas para facilitar la evasión y fuga de capitales que constituyen un problema estructural para el desarrollo económico, pero el país carece de un sistema offshore propio.
Aunque las 4040 cuentas no declaradas con 3500 millones de dólares abiertas por contribuyentes argentinos en el HSBC de Ginebra ofrecen una muestra contundente de los abusos canalizados a través de Suiza, los centros financieros predilectos de los argentinos para esas operaciones son Uruguay, Panamá y Estados Unidos. El país vecino ocupa el escalón 28 en el ranking, la economía centroamericana ostenta el puesto número 13.
Por su parte, Estados Unidos exhibió el peor comportamiento al subir del sexto al tercer lugar. “Es uno de los pocos países cuyo puntaje ha empeorado después de 2013. Es la jurisdicción más preocupante, tanto por el tamaño de su sector offshore, como por su actitud más bien recalcitrante ante la cooperación internacional y las reformas”, advirtieron ayer los investigadores de TJN al presentar sus resultados. “Estados Unidos ha sido un pionero a la hora de defenderse de las jurisdicciones opacas extranjeras, enfrentando agresivamente al sector bancario suizo y creando su poderosas legislaciones, pero proporciona muy poca información a otros países, volviéndose una formidable jurisdicción opaca dañina e irresponsable, tanto a nivel federal como estatal”, explican los autores del indicador.
“Los paraísos fiscales ofrecen muchos servicios nocivos además del secreto financiero que exceden al índice de secreto financiero. Por ejemplo, Luxemburgo limitó recientemente su régimen de opacidad, pero eso no quiere decir que haya reformado su régimen abusivo de impuestos corporativos”, advierten los investigadores al referirse al pequeño país europeo que cayó del segundo al sexto lugar del ranking. Luxemburgo alberga los domicilios legales de Ternium, la sociedad que controla la mayoría accionaria de Siderar, del grupo Techint, y Globant, una pujante firma tecnológica de capitales argentinos.
Por su parte, Estados Unidos exhibió el peor comportamiento al subir del sexto al tercer lugar. “Es uno de los pocos países cuyo puntaje ha empeorado después de 2013. Es la jurisdicción más preocupante, tanto por el tamaño de su sector offshore, como por su actitud más bien recalcitrante ante la cooperación internacional y las reformas”, advirtieron ayer los investigadores de TJN al presentar sus resultados. “Estados Unidos ha sido un pionero a la hora de defenderse de las jurisdicciones opacas extranjeras, enfrentando agresivamente al sector bancario suizo y creando su poderosas legislaciones, pero proporciona muy poca información a otros países, volviéndose una formidable jurisdicción opaca dañina e irresponsable, tanto a nivel federal como estatal”, explican los autores del indicador.
“Los paraísos fiscales ofrecen muchos servicios nocivos además del secreto financiero que exceden al índice de secreto financiero. Por ejemplo, Luxemburgo limitó recientemente su régimen de opacidad, pero eso no quiere decir que haya reformado su régimen abusivo de impuestos corporativos”, advierten los investigadores al referirse al pequeño país europeo que cayó del segundo al sexto lugar del ranking. Luxemburgo alberga los domicilios legales de Ternium, la sociedad que controla la mayoría accionaria de Siderar, del grupo Techint, y Globant, una pujante firma tecnológica de capitales argentinos.