Marzo 13, 2016
AFP PHOTO
Al menos 34 personas murieron y otras 125 resultaron heridas en un atentado ayer con coche bomba en el centro de Ankara, poco más de tres semanas después de un ataque suicida que dejó 29 muertos en la capital turca.
"La detonación fue causada por un vehículo repleto de explosivos cerca de la plaza Kizilay", anunció la oficina del gobernador en un comunicado.
La explosión se registró a las 18:45 locales en esta animada plaza situada en pleno corazón de Ankara, que alberga numerosos comercios y una estación de metro y por la que transitan muchas líneas de autobús.
Numerosas ambulancias fueron enviadas al lugar del atentado, según imágenes de las cadenas de información turcas, que también mostraron varios autobuses totalmente calcinados.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, convocó una reunión de seguridad para esta misma noche con los principales ministros concernidos y los responsables de los servicios de seguridad, informó la agencia de prensa Dogan. "Las primeras constataciones apuntan a un atentado suicida", declaró un responsable de los servicios de seguridad turcos que pidió anonimato.
Al menos 23 personas murieron en el acto, las otras durante su traslado al hospital. En tanto, los heridos, "una decena de los cuales se encuentran en estado grave", fueron trasladados a 10 hospitales de la capital, indicó una fuente médica. El atentado no ha sido todavía reivindicado.
La policía turca desplegó importantes efectivos para bloquear los accesos a la plaza, sobrevolada por helicópteros, según un fotógrafo de la AFP en el lugar.
El 17 de febrero, un atentado suicida con coche bomba reivindicado por un grupo disidentes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, separatistas kurdos) contra autobuses que transportaban personal militar dejó 29 muertos cerca del lugar de la explosión de este domingo.
Este grupo, los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), asumió la responsabilidad del ataque tres días después y amenazó con otros, en particular contra lugares turísticos turcos.
Advertencia
El viernes, la embajada de Estados Unidos en Ankara había difundido un mensaje a los ciudadanos norteamericanos presentes en Turquía advirtiéndoles de un "posible atentado terrorista" en la capital en el barrio donde se registró la explosión del 17 de febrero.
El presidente islamo-conservador turco Recep Tayyip Erdogan atribuyó, "sin la más mínima duda", ese atentado a los combatientes kurdos sirios de las Unidades de Protección Popular (YPG), con el apoyo del PKK.
El jefe del Partido de Unión Democrática (PYD), brazo político del YPG, Saleh Muslim, y uno de los responsables del PKK, Cemil Bayik, rechazaron esas acusaciones.
Fuente: AFP