LA POLICIA DE MACEDONIA LANZO GASES LACRIMOGENOS A CENTENARES DE MIGRANTES, INCLUIDAS EMBARAZADAS
Reprimen a refugiados desesperados
En total, unas 300 personas resultaron heridas, según la misión de Médicos Sin Fronteras, cuando intentaban saltar la valla fronteriza desde el campo de Idomeni, norte de Grecia.
La policía lanzó gases lacrimógenos a familias de refugiados.
Imagen: AFP
La guardia fronteriza macedonia reprimió ayer con gases lacrimógenos a centenares de refugiados, entre ellos familias enteras con chicos y mujeres embarazadas, que intentaron saltar la valla fronteriza y abandonar el insalubre campo de Idomeni, en el norte de Grecia. En total, unas 300 personas resultaron heridas, según la misión de Médicos Sin Fronteras (MSF), que trató a 200 intoxicadas por el gas lacrimógeno, 30 fueron atendidas por impactos de balas de goma y unas 20 por otro tipo de problemas. Siete personas tuvieron que ser trasladadas al hospital de la localidad de Kilkis, cercana a Idomeni, y otras tres no presentaron un cuadro grave, según las autoridades del centro de salud. El vocero de la Policía macedonia, Toni Angelovski, informó sobre tres agentes fronterizos heridos.
Una vez más, la violencia policial se desató cuando un grupo de personas no identificadas comenzaron anteanoche a difundir entre los refugiados el rumor de que si todos intentaban superar la valla fronteriza juntos, Macedonia cedería y abriría la frontera. La policía fronteriza de Macedonia informó a un primer grupo de refugiados que se acercó a la valla que eso no iba a suceder, pero la desesperación de las familias y de todos los que hace semanas duermen en el barro, con frío y sin esperanza, fue más fuerte y una pequeña multitud se lanzó de todas maneras sobre la valla. Los guardias, a su vez, lanzaron gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y dispararon balas de goma.
Mientras el resto de los líderes europeos mantienen silencio sobre la crisis de los refugiados, el gobierno griego condenó lo que dio en llamar un uso indiscriminado de este tipo de armas –conocidas como “no letales”– contra poblaciones vulnerables. “Instamos a las autoridades de la Antigua República Yugoslava de Macedonia a entender los riesgos potenciales derivados del uso de la fuerza contra los refugiados y los inmigrantes”, advirtió el vocero del centro de gestión de la crisis de refugiados del gobierno heleno, Yorgos Kyritsis, en declaraciones a la agencia de noticias griega AMNA.
El gobierno griego calificó la actuación de la policía de Macedonia de “peligrosa y deplorable”. Al mismo tiempo, Kyritsis pidió a los refugiados no creer en rumores e informaciones falsas, a cooperar con las autoridades griegas para garantizar que se les pueda trasladar a uno de los centros de recepción temporal organizados. Miles de refugiados quedaron varados en Idomeni, en el norte de Grecia, cuando Macedonia y el resto de los países de los Balcanes y del centro de Europa cerraron completamente sus fronteras y prohibieron el paso a cualquiera que demandara asilo.
Después de varias semanas con miles de personas viviendo en el barro en Idomeni y de que las imágenes de la crisis humanitaria dieran la vuelta al mundo, la Unión Europea (UE) firmó un acuerdo con Turquía para deportar a todos los nuevos refugiados que llegaran a Grecia a través del Mediterráneo.
Así los centros de recepción en Grecia se convirtieron en centros de detención para los refugiados y las organizaciones humanitarias, como MSF, y las agencias de Naciones Unidas dejaron de ayudar al gobierno heleno a convencer y transportar a los recién llegados de Medio Oriente y Africa a los lugares de alojamiento creados en el resto del país. El gobierno griego intenta trasladar a esos centros a 11.219 personas que aún duermen en el barro en Idomeni, al igual que a las 4.500 que lo hacen en los alrededores del puerto ateniense del Pireo.
Sin embargo, la situación más tensa en estos momentos se vive en las islas griegas del Egeo, especialmente en Lesbos, principal punto de llegada de los refugiados y el lugar que alberga a los mayores centros de detención. Ayer, cientos de refugiados protestaron en el campo de detención de Moria y pidieron que los dejaran salir. Las fuerzas de seguridad griegas no permitieron que la prensa se pudiera acercar para hablar con los demandantes de asilo, que esperan una casi segura deportación a Turquía.
Asimismo, el director del recién creado Centro Europeo contra el Tráfico de Migrantes, Robert Crepinko, informó ayer que Europol, la agencia de policía de la UE, desplegó un primer grupo de agentes encubiertos en los campos de detención en las islas de Lesbos, Samos, Quíos y Leros, al igual que en el puerto del Pireo en Atenas, para investigar si algún combatiente islamista se infiltra entre los demandantes de asilo.