4 jun 2024

TODO SE DEVALUA

El Club Bilderberg se reúne en España: ¿presión occidental o expresión del mundo que se acaba?

MADRID (Sputnik/por Yarisley Urrutia)
03.06.2024



Imagen: CCO



La reunión anual del club más célebre de la élite mundial se celebró en Madrid bajo su habitual secretismo y fuertes medidas de seguridad. Se debatió sobre el estado de la economía en Occidente y el futuro del conflicto en Ucrania, entre otros temas. Pero Bilderberg es ya expresión de un mundo en vías de superarse y, además, compite con Davos.


La septuagésima reunión del Club Bilderberg, caracterizado por el secretismo en torno a los temas sometidos a discusión, discurrió en Madrid entre el 31 de mayo y el 2 de junio con una agenda en la que, entre otros, destacaron puntos como la situación en Oriente Próximo y Ucrania, los desafíos económicos de la UE y EEUU, el futuro de la guerra, Ucrania y el mundo, o el impacto de la inteligencia artificial. Rusia y China aparecen como temas en sí mismos a debatir.

El lugar escogido para celebrar lo que muchos definen como el encuentro anual del grupo de presión más exclusivo del mundo fue el Hotel Mirasierra de Madrid, un establecimiento de lujo situado al norte de la capital española donde las fuertes medidas de seguridad allí desplegadas garantizaron el hermetismo para la élite global allí reunida. Seguramente impulsada por su condición de país anfitrión, la representación española estuvo compuesta de 10 nombres, la mayor de Europa. Tras las ediciones de 1989 (en Pontevedra) y 2010 (en Barcelona), es la tercera vez que España ha alojado la reunión.

Esta especie de conferencia a puerta cerrada se celebró por vez primera en 1954 en el Hotel De Bilderberg, en Países Bajos, de donde toma el nombre. El objetivo declarado es "fomentar el diálogo entre Europa y Norteamérica", para lo que se invita a "entre 120 y 140 líderes políticos y expertos de la industria, las finanzas, el mundo laboral, el mundo académico y los medios de comunicación", explican en la organización.

La reunión se caracteriza a sí misma de "foro de debates informales" sobre los grandes temas de la actualidad. Pero para muchos, encarna un poder en la sombra que traslada una presión opaca para definir las líneas de la economía mundial al dictado de las potencias occidentales. Según escribe en la red X el analista internacional Aníbal Garzón, este club es un "lobby de economía y política del bloque occidental euroamericano" que planifica en secreto "cómo hacer negocios de guerra o invadir a un país".

Los encuentros se celebran bajo la denominada Regla de Chatham House, que establece que los participantes son libres de utilizar la información recibida, pero no se puede revelar ni la identidad ni la afiliación de los oradores ni de ningún otro participante. Estos intervienen a título individual y no oficial, por lo que no están sujetos a las convenciones de su cargo ni a posiciones acordadas de antemano.

"No hay un orden del día detallado, no se proponen resoluciones, no se vota y no se emiten declaraciones políticas", informa la organización en su comunicado de prensa.

Los participantes

La geografía es concluyente. Participa la élite del Occidente colectivo, nadie más. Cerca de dos tercios de los asistentes en la reunión de Madrid provenían de Europa y el resto de Norteamérica.

Por ejemplo, presidentes y altos directivos de compañías como Google, Pfizer o Microsoft; de bancos como Citigroup, Goldman Sachs o Societé Générale; de petroleras como Shell, British Petroleum o TotalEnergies; o de empresas y medios de comunicación como Bloomberg, The New York Times o The Financial Times.

Entre los políticos, figuraron:

Kaja Kallas, primera ministra estoniana;

Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo;

Paolo Gentiloni, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios;

Radoslaw Sikorski, el ministro de Exteriores polaco;

Alexandr Stubb, presidente finlandés.

Y también participaron Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, y Christopher G. Cavoli, comandante supremo de las fuerzas de EEUU en Europa y África.


Por la parte española asistieron:

José Manuel Albares, ministro de Exteriores;

Carlos Cuerpo, ministro de Economía;

Nadia Calviño, presidenta del Banco Europeo de Inversiones;

Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander;

José María Entrecanales, presidente de la compañía de gestión de infraestructuras Acciona;

José Creuheras, presidente del Grupo Planeta y Atresmedia;

José Juan Ruiz, presidente del think tank Instituto Elcano;

Sol Daurella, presidenta de Coca-Cola Europacific Partners;

Pedro J. Ramírez, director del diario digital El Español;

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.


Pese a la teórica imponencia del estatus de los invitados y pese a la impresión de que las decisiones soberanas de los Estados pueden hallarse en cuestión, hay quien rebaja la importancia del evento.

"Creo que es el secretismo el que termina por hacerlo más grande de lo que en realidad es, porque no creo que su influencia sea mayor que la del Foro de Davos, donde la participación es más amplia y la discusión es abierta", explica a Sputnik un economista con anteriores responsabilidades políticas en el PSOE que prefiere mantener el anonimato.

"Aquí no hay nadie de Asia, por ejemplo. Además, entre los participantes hay gente de relleno, sin influencia global o real, como Pedro J. Ramírez, su presencia no pasa de ser simbólica", afirma esta fuente, en referencia al exdirector de El Mundo, ahora al mando de una publicación más pequeña.

José Crehueras, presidente del Grupo Planeta (propietario de Atresmedia y sus canales de TV Antena 3 y La Sexta) ya estuvo presente en la reunión de 2023. Recordamos que Pedro Sánchez, tras abrir una crisis de Gobierno para reflexionar durante cinco días sobre si presentar su dimisión o no, resolvió conceder su primera entrevista precisamente al canal La Sexta. En el encuentro en Madrid, muy probablemente, también se ha abordado el tema de la desinformación. Sánchez asistió a la cena de gala, pero no a los debates.

Símbolo de los tiempos

La actividad previa de los participantes, ya sea en forma de declaraciones propias o informes de las instituciones que presiden, define un contexto que puede dar una idea del clima abordado en la reunión y del ulterior desarrollo de las ideas debatidas.

Por ejemplo, la belicosidad verbal de la primera ministra estoniana Kaja Kallas y del jefe de la diplomacia polaca Radoslaw Sikorski pueden dar una idea del enfoque de los temas del "futuro de la guerra" y de "Rusia" en la reunión, donde aparte del general Christopher G. Cavoli, también intervino el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba. Kallas, además, se ha postulado como candidata a la secretaría general de la OTAN. Es decir, se ha hablado del sentido de una escalada militar en el conflicto de Ucrania.

La cuestión económica también prevalece. En un comunicado emitido por el Banco de España en vísperas de la cita madrileña, su gobernador, Pablo Hernández de Cos, aludía a revertir la tendencia negativa de la economía española y europea mediante reformas. En este clima, es muy posible que Bilderberg haya tratado el aumento de la inversión pública y privada.

"Europa se está quedando atrás en términos de dinamismo económico respecto al resto de grandes economías del mundo y España lleva ya más de una década sin conseguir mantener una senda de convergencia sostenida en renta per cápita con el resto de nuestros socios europeos", sostiene Hernández de Cos.

Y a conclusiones similares se llega en un análisis comparativo del Real Instituto Elcano sobre la competitividad de la UE y EEUU, publicado un par de días antes de la reunión del Club Bilderberg. "En las últimas décadas, la Unión Europea parece estar quedándose económica y tecnológicamente atrás respecto a Estados Unidos", escriben los autores del informe.

"Lo que es evidente, es que el Club Bilderberg y lo que representa contrasta mucho con el auge de los BRICS y el surgimiento del mundo multipolar. Porque es un mundo que ha surgido con mucha fuerza en muy pocos años. Y en ese sentido, Bilderberg simboliza un polo de poder que permanece ajeno a esta realidad y actúa como si no hubiera pasado nada, como si estuvieran solos. Pero ya no lo están", concluye el economista consultado.


Sputnik