Protesta contra la venta de armas a Arabia Saudita en el Congreso de los Diputados de España, Madrid, 24 de octubre de 2018. / Andrea Comas / AP
Gobiernos corruptos, traficantes de armas, militares, comisionistas, un 'king', la sobrina de un espía que fingió en los noventa su propia muerte, paraísos fiscales, 'mordidas'. ¿Les suena? No, no son los ingredientes de una nueva y explosiva serie, es España, concretamente una empresa pública llamada DEFEX e incluida en la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), organismo que participa de la mencionada empresa en un 51% y cuya misión, según ellos mismos, radica en "rentabilizar sus participaciones empresariales y orientar todas sus actuaciones atendiendo al interés público". Rentabilidad hubo, y mucha, interés público, quizás no tanto.