7 ene 2015

Alemania: “Apaguemos la luz” a la xenofobia

BERLÍN (Uypress) — Miles de ciudadanos salieron a las calles en una decena de ciudades alemanas para manifestarse en contra de Pegida, el movimiento islamófobo y xenófobo que lunes a lunes realiza concentraciones para manifestar su rechazo a la inmigración.



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Pegida, acrónimo de patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente, es un movimiento xenófobo que desde hace unos meses se viene concentrando todos los lunes en diferentes ciudades -arrancó en Dresde- con un notorio contenido racista.

Su impulsor y líder es Lutz Bachmann, un oscuro personaje que acarrea en su curriculum condenas por proxenetismo, venta de cocaína y agresiones físicas. En estos días, desde sectores de la organización se está evaluando la posibilidad de constituir un frente político con otras fuerzas de ultraderecha.
Sin embargo, parecería que amplios sectores de la sociedad alemana están apelando a sus reservas democráticas. Es así que este lunes, en ciudades como Dresde, Berlín, Stuttgart, Colonia y Hamburgo -casi todas ellas escenario de las protestas de Pegida-, varios miles de manifestantes se alzaron en contra de la xenofobia y el racismo.

Apaguemos la luz a Pegida
Bajo la consigna "Apaguemos la luz a Pegida", lanzada por los socialdemócratas a través de su cuenta oficial en Twitter, varias organizaciones e instituciones se han largado a la ofensiva.


(La famosa Catedral de Colonia, que se sumó al rechazo a Pegida apagando su iluminación)

La medida ya fue adoptada por la Ópera de Dresde, que el lunes 22 de diciembre, cuando se realizaba la manifestación de Pegida, apagó sus luces, y se han plegado la famosa Catedral de Colonia y la Puerta de Brandemburgo, que desconectaron sus luces para defender una sociedad abierta, libre y democrática.
Según informa el diario El País de Madrid, el centro de atención del movimiento anti islam que reclama una revisión a fondo de las leyes sobre refugiados volvió este lunes a estar en Dresde, la capital del Estado oriental de Sajonia. Pese a contar con un porcentaje irrelevante de musulmanes en su población, esta ciudad se ha convertido en un termómetro de la capacidad alemana de lidiar con extranjeros y, sobre todo, los que llegan de lugares como Siria o Irak. La convocatoria de Pegida en Dresde ha ido acumulando récord tras récord: el 8 de enero reunió a 10.000 manifestantes; una semana más tarde, 15.000; y el lunes anterior a Navidad, 17.500. Este lunes, según estimaciones policiales, llegaron a los 18.000.
La canciller Angela Merkel usó su mensaje de Navidad para lanzar un fuerte ataque al grupo xenófobo: "Hoy algunos han vuelto a gritar '¡Nosotros somos el pueblo!' (frase que coreaban los manifestantes a favor de la democracia en la RDA antes de que cayera el Muro de Berlín), pero lo que realmente piensan es: 'Vosotros no pertenecéis a este pueblo a causa de vuestro color de piel y religión. Por eso les pido que no sigan a quienes convocan estas manifestaciones ya que a menudo sus corazones albergan prejuicios, frialdad, incluso odios", dijo en el mensaje televisado.