27 ene 2015

UNA CUESTIÓN ENTRE GORILAS Y PROVOCADORES


Ismael Blanco


23.01.2015

“Cualquiera que tenga el poder de hacerte creer idioteces, tiene el poder de hacerte cometer injusticias” Voltaire


Cuando advertí el título "La intolerancia de acá" en la columna de Claudio Paolillo,  director de Búsqueda del día 15 de enero,  presupuse que el hombre le iba a dar con un caño al general Purtscher por su cavernícola postura y sus amenazas a los jueces y fiscales que conocieron en la investigación por el asesinato de Nibia Sabalsagaray y que dio como resultado los procesamientos del general Dalmao y el coronel Chialanza.  Pero fue correr unos milímetros la vista y comenzar a leer lo escrito por el periodista para darme cuenta de que una vez más pequé de angelito, aunque ya hace rato que me recibí de tremendo "grandulón" por no decir otro término más  vulgar, que aunque aceptado por la Real Academia Española, mi propio pudor, pone reparo a utilizarlo, pues entiendo que puede herir vistas y oídos sensibles, además de acusárseme de chabacanería. Aunque pensándolo bien es mejor decirse pelotudo, a andar amenazando con "venganzas" personales y haciendo cosas que solo pueden ser propias de un gorila bravucón, con el perdón de los feroces simios que habitan en el África.
Resulta que el Sr. Paolillo dice textualmente: "la masacre que se desencadenó sobre París la semana pasada tiene su correlato criollo. En Uruguay, si bien no se llega al lenguaje de la metralleta y el asesinato a sangre fría -eso fue cosa de otros tiempos felizmente pasados aunque tristemente presentes en la memoria colectiva-, la intolerancia con el que piensa diferente no es desdeñable ni tranquilizadora". Es decir, compara la masacre y las ejecuciones que se cometieron en Francia con un "correlato criollo" que además leída su extensa su columna no sabemos a quiénes se refiere con exactitud. Acusa pero no nombra.  Cierto es que el referido periodista hace rato que mostró la hilacha y trabaja  con rangos de "director" en un medio servil de la derecha, pero este tipo de comparación hace que las cosas pasen a castaño oscuro por no decir que ingresa a la oscuridad más absoluta y a una provocación decididamente infame.
Su acusación se apoya en una pregunta efectuada por Twitter por otro inefable periodista, Ignacio Álvarez, que con un recurso entre provocador y sofista tuvo "la simple curiosidad local" y publicó con suma "inocencia y puerilidad", lo siguiente: "Sería interesante saber qué opinan los refugiados de Guantánamo sobre lo ocurrido ayer en París".  A ver, si esto es o se trata de "un sencillo tweet" como dice Paolillo yo soy un monje Franciscano casto y puro y no digo lo de "Las Carmelitas descalzas" para evitar confusiones.
Lo de Álvarez, como lo de Paolillo, como lo de todo un sector de connotados comunicadores, no tiene nada de inocente, ellos son la caja de resonancia de la derecha autóctona. En primer lugar ponían dudas o reparos, pero con sutileza, pues  quedaba demasiado fea su insensibilidad con respecto a la idea de que nuestro país -por resolución del gobierno de izquierda- diera refugio a familias sirias. Es indudable que si bien esto se lo tragaron con dificultad, radicalizaron su discurso y "preocupación" por el refugio dado a seis ciudadanos secuestrados y torturados en una base militar estadounidense, que dicho sea de paso, violenta la soberanía de un estado independiente, pero que no les importa, porque al fin de cuentas se trata de Cuba.
Es allí, donde  la potencia militar más poderosa del mundo,  como es Estados Unidos, vulneró y vulnera, los derechos fundamentales de centenares de individuos, que para empezar secuestró y para continuar torturó,  acusándolos de  delitos que nunca pudieron probar y violentando todas las normas del derecho humanitario internacional.
Parece que para Paolillo, Álvarez y la pléyade de plumas diestras, en estos casos se exceptúa los principios de la democracia, la libertad, los derechos básicos fundamentales que tanto reclaman y exclaman. Pecan de doble discurso e hipocresía a la enésima potencia, de doble moral, en definitiva, no es otra cosa que el doblez propio de los buenos mercaderes.
Estos profesionales de la escritura, nunca se preocuparon de que en nuestro país se refugiaron los famosos "carapintadas", gorilones fascistas argentinos que atentaron contra la democracia, que nada tienen de musulmán y que pertenecieron a un ejercito que históricamente ante cada golpe de estado, o intento fallido en el mejor de los casos,  invocaban al Dios cristiano,  para que en su nombre se acometieran todo tipo de monstruosidades contra hombres, mujeres  y niños. Conocemos sus historias e historiales. Nuestra patria también los sufrió en versión nacional y  el destino de las víctimas  de ambos márgenes del Plata, continúa siendo razón de búsqueda de muchas madres y abuelas. 
La vida, las circunstancias que la conforman, el tiempo que va acumulándose en nuestro cuerpo, los hechos que nos tocó vivir, los actos que hicimos y pudimos ver, nos van conformando y sería ridículo pensar que nada ha cambiado. El mundo cambió y nosotros con él.  No voy a decir que pienso en todo igual a lo que pensaba hace poco más de 30 años, cuando con la curiosidad de un explorador comencé a andar por la vida. Sería un imbécil si así fuera o en el mejor de los casos, un dogmático absoluto o lo que es peor un indiferente  e individualista en extremo.
Lo cierto es que junto con los cambios, vinieron las reafirmaciones y las confirmaciones de la naturaleza humana, de ideas y de conceptos y uno de ellos es de que las ideologías existen y que las mismas están en plena y compleja acción. Nada es casual y nadie escribe y dice las cosas porque sí y menos en un medio masivo de comunicación. La lucha por el cambio cultural contra el  "establishment"  o la élite del poder existió y existe, desde antes de que Jesús se convirtiera en Cristo para los cristianos.
Esto me hace volver a la historia  y en este caso al Imperio Romano. Allí existió un individuo llamado Marco Porcio Catón, apodado el "Viejo" o "El Censor" quien desde cuyo cargo, bregó para que los romanos retornaran a sus costumbres más puras. Se destacó por ser un censor severo, ya que fue implacable con los comportamientos de otras personas que consideraba inmorales y en particular se destacó en el Senado en su combate a las "nuevas ideas", acusando y censurando a los filósofos y a la literatura griega. Es decir se encaramó como el defensor de la oficial pureza romana.
En una de esas Paolillo pretende convertirse en el nuevo "Catón" de las tierras orientales. Él define, cataloga, adjetiva, clasifica y determina. Utilizando sus propias palabras, él nos dice quiénes son los buenos y los malos, los tolerantes y los fundamentalistas, los demócratas y los otros. A Paolillo se le saltó la correa, comparando lo incomparable y extrapolando lo que sucedió en París con las eventuales respuestas de la  consulta cibernética, bravata y arrogante que Álvarez nos tiene habituados.

Pues bien, asumo que el director de "Búsqueda", en su distribución de tareas le indicó a Ronzoni que hiciera la crónica sobre el rabioso militar Wile Purtscher, de paso digo, que debo admitir que cuando escribo este apellido tan germánico y con tanta  impronta marcial,  se me aparece un bigotito cuadrado en la pantalla.   
Sobre el carca militar,  el periodista designado dijo varias cosas. De paso y por suerte nos informa, que ya un fiscal de oficio, cuyo nombre quiero destacar: Ariel Cancela,  radicó de oficio una denuncia por el delito de amenazas ante el intento de la intimidación "gorilona".  De esta forma se posiciona en una actitud que dignifica al sistema judicial que en materia de Derechos Humanos salvo honrosas excepciones se ha quedado en la retranca. Pero de todas formas Ronzoni no pudo evitar su práctica comparativa, que por lo visto es escuela en el semanario, pues comienza por el director y continúa con este cronista de judiciales, que de paso les recuerdo, que el mismo posee ciertos poderes de anticipación a la realidad extraordinarios. Le conocemos ese don, desde cuando señalaba en el caso Pluna lo que un juez o un fiscal iba a realizar antes de que lo hiciese. Este señor le busca una vuelta a su artículo, de esas complejas y rebuscadas, dignas de la "Comaneci", para comparar el sanguinario ataque en Francia contra la libertad de expresión al semanario "Charlie Hebdo" con la crítica que la  Dra. Mirtha Guianze le realizó a  "Búsqueda" por publicar lo del militar, que evidentemente tiene quien le publique. Basta recordar que coronel Ernesto Ramas, provocador si los hay, se ha aburrido de publicar en el mencionado semanario.
Vaya uno a saber porqué tanto espacio disponible para tanto gorila, habiendo tantas  demócratas plumas para evidentemente cubrir tanto espacio en blanco.