4 ene 2015

Alexis Tsipras se propone renegociar la deuda externa griega y podría volver al dracma

A tres semanas de las elecciones
Alemania aceptaría que Grecia abandone el euro si gana Syriza


Adelanto del semanario germano Der Spiegel ante las próximas elecciones en el país heleno. La coalición de izquierda que lidera Alexis Tsipras se propone renegociar la deuda externa griega y podría volver al dracma. Pero el gobierno de Angela Merkel cree que la Eurozona ahora está fuerte como para tolerar la ida de Atenas.




Ante la posibilidad de que la coalición de izquierda Syriza llegue al poder, el gobierno alemán aceptaría que el país heleno abandone la Eurozona. Así lo informó ayer el semanario germano Der Spiegel, que en su edición digital sostuvo que tanto la canciller Angela Merkel como el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, creen que el bloque comunitario está en condiciones de soportar la partida griega por entender que ya no hay "riesgo de contagio" a otros países como en años anteriores.

En base a información extraída de círculos gubernamentales, Der Spiegel explicó que el Ejecutivo alemán considera que la salida de Grecia de la Eurozona es inevitable en caso de que Syriza, el partido liderado por el dirigente Alexis Tsipras, gane las elecciones del próximo 25 de enero y resuelva dejar de pagar la deuda pública para renegociar sus condiciones, tal como promete desde que inició la campaña electoral. Sin embargo, ni Merkel ni Schäuble quisieron hacer comentarios respecto de lo publicado por el semanario.
La coalición de izquierda que lidera Alexis Tsipras se propone renegociar la deuda externa griega y podría volver al dracma.
La información va en la misma línea que lo expresado el pasado miércoles por un destacado miembro de la Unión Demócrata Cristina (CDU) de Merkel, Michael Fuchs, quien afirmó que los países de la Unión Europea (UE) ya no están obligados a rescatar a Grecia porque "ya no es de importancia sistémica para el euro". El dirigente agregó que si Syriza ataca las políticas de ajuste impuestas por la UE, "la troika tendrá que cortar el crédito a Grecia". Y sentenció: "Los tiempos en los que tuvimos que rescatar a Grecia han terminado. No hay posibilidad de más chantaje político. El euro no está en peligro si Grecia lo abandona."

Según la opinión de diversos analistas, desde el gobierno alemán y Bruselas no temen un eventual "efecto contagio" en los países periféricos debido a los mecanismos de asistencia que fueron aprobados desde 2010 en adelante. Michael Huther, director del instituto alemán IW, consideró que "el efecto en cadena sería limitado" porque "ha habido avances institucionales, tales como la unión bancaria". Sin embargo, los principales acreedores de Grecia –que hasta ahora recibió 245 mil millones de euros en concepto de "rescate"– son el resto de los estados de la Eurozona, por lo que su quiebra y su salida del euro se traducirían en cuantiosas pérdidas para los contribuyentes de la moneda única.

Syriza lidera todas las encuestas gracias a su discurso en contra de la austeridad, la troika y el pago de la deuda, y a favor de elevar el gasto público y el peso del Estado sobre la economía para generar empleo. A diferencia de lo que planteaba hace unos meses, ahora propone permanecer en el euro, siempre y cuando la UE se muestre dispuesta a renegociar la deuda. "Nueva Democracia y Pasok –los partidos gobernantes durante la crisis– han decidido pagar. Nosotros estamos diciendo que podríamos no pagar porque vamos a negociar y decir que este programa (de "rescate") no es sostenible", afirmó Yiannis Milios, una de las figuras clave de la política económica de Syriza.

La reacción ante tal escenario no se hizo esperar. El Fondo Monetario Internacional (FMI) congeló temporalmente la financiación a Grecia, a la espera de que se forme un nuevo gobierno. Los inversores, por su parte, se desprendieron de las acciones y bonos griegos, lo que provocó el hundimiento de la Bolsa y la suba de la prima de riesgo helena.

ESPAÑA POR EL MISMO CAMINO

Iglesias se fortalece en podemos


Pablo Iglesias, líder de Podemos, el partido revelación de España, se hizo con el control de la mayoría de las grandes ciudades del país después de la celebración de elecciones internas para elegir las listas que se presentarán en los comicios municipales de mayo. El joven y carismático dirigente se quedó con la mayoría de las plazas clave, como Madrid y Barcelona, aunque también perdió en algunas ciudades importantes, como Málaga.

De ese modo, Podemos comenzó a vertebrar su estructura territorial, tras el proceso en el que se articuló organizativa y estratégicamente con el triunfo de las propuestas de Iglesias, quien había sido elegido en noviembre pasado como secretario general del partido por abrumadora mayoría. El profesor universitario de 36 años cuenta ahora con un amplio control sobre la formación heredera del movimiento de los indignados, que con solo un año de vida acabó con el bipartidismo imperante desde la Transición democrática.

Sin embargo, Podemos no acudirá a las elecciones de mayo con sus siglas. Lo más probable es que sus miembros se integren en candidaturas más amplias. La decisión es del propio Iglesias, que pretende cuidar así al partido de cara a su gran objetivo: las elecciones presidenciales previstas para noviembre en España.

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