9 may 2015

La mayoría absoluta de Cameron augura una nueva oleada de recortes sociales

El Partido Conservador británico obtuvo un triunfo inesperadamente arrasador en los comicios, embolsando una mayoría absoluta que mantiene a David Cameron en el poder y en una posición aún más fuerte que antes, presagiando una nueva relación del país con Europa y una continuidad de las medidas neoliberales.


Escrutada la casi totalidad de los votos, los conservadores obtenían ya 330 de las 650 bancas de la Cámara de los Comunes, un resultado que permitirá a esa fuerza gobernar sin necesidad de recurrir a alianzas con agrupaciones menores y que marca una conclusión de las elecciones mucho más rápida que la anticipada.
Los sondeos de intención de voto anteriores a los comicios mostraban a los conservadores empatados con el opositor Partido Laborista, una paridad que presagiaba largas negociaciones post electorales para formar gobierno.
Luego de reunirse con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham, como marca el protocolo, Cameron regresó a su residencia oficial del número 10 de Downing Street, en el centro de Londres, donde dio su discurso de victoria y confirmó que formará un gobierno de mayoría conservadora.
En un mensaje de tono conciliador, el jefe de gobierno, de 48 años, felicitó a los líderes de los Liberales Demócratas, Nick Clegg -socio menor de la coalición en el gobierno saliente- y del Partido Laborista, Ed Miliband, luego de que ambos presentaran sus renuncias tras un muy decepcionante desempeño en los comicios.
“Gobernaremos como el partido de una sola nación”, dijo Cameron frente a su residencia, donde ratificó sus planes de celebrar un referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) y prometió completar el programa económico de su anterior gobierno, marcado por los recortes sociales.
“Podemos hacer de Gran Bretaña un lugar donde una buena vida está al alcance de la mano para cualquier persona que desee trabajar y hacer lo correcto”, declaró, citado por la cadena BBC.
Los laboristas, en tanto, buscaban recuperarse de su peor derrota en décadas, sufrida sobre todo a manos de los independentistas del Partido Nacional Escocés (SNP), quienes se quedaron con casi todas las bancas de Escocia y prácticamente borraron al laborismo de esa región que los socialdemócratas controlaban históricamente.
“Lamento verdaderamente no haber tenido éxito. Ya nos hemos recuperado antes, y este partido se recuperará otra vez”, dijo Miliband, de 45 años, al anunciar su renuncia en Londres tras hacerse “absoluta y totalmente responsable” de la debacle.
Pese a que el líder laborista retuvo su banca por Doncaster, en el norte de Londres, lamentó que muchos de sus compañeros de filas perdieran sus escaños, entre ellos el portavoz de Economía, Ed Balls, y el líder laborista en Escocia, Jim Murphy.
Horas antes de su discurso de victoria, por la madrugada, un sonriente Cameron mostró toda su felicidad al anunciarse su triunfo en su circunscripción de Witney, en el sur de Inglaterra.
“Esta es claramente una muy sólida noche para el Partido Conservador”, señaló.
Cameron, el primer jefe de gobierno conservador en ser reelecto desde Margaret Thatcher, prometió contrarrestar el crecimiento de los nacionalistas escoceses del SNP con mayores poderes de autonomía para Escocia y Gales.
“Quiero que mi partido, y espero que el gobierno que me gustaría encabezar, recupere el rol que nunca deberíamos haber perdido, el rol de una sola nación, un solo Reino Unido”, declaró.
El colapso laborista se explicó en gran medida por su derrota en Escocia ante el SNP, quien se quedó con 56 de los 59 bancas reservadas para esa región en el Parlamento de Londres.
En la cámara saliente, los laboristas controlaban 47 de esos escaños.
La líder del SNP, Nicola Sturgeon, de 44 años, dijo a la cadena BBC que los resultados de la elección representaban “una clara voz a favor del fin de la austeridad, mejores servicios públicos y políticas más progresistas” que las adoptadas por el anterior gobierno de coalición entre conservadores y Liberales Demócratas.
El partido de Clegg también padeció un desastre electoral, perdiendo 48 bancas, quedando apenas con ocho.
Relegado su partido a tercera fuerza política del país, Clegg, de 48 añpos, logró mantener su banca, pero asumió la exclusiva responsabilidad por los “catastróficos” resultados y anunció su renuncia como líder de la agrupación.
Otro de los grandes perdedores fue el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, quien renunció luego de no haber podido ganar la banca que disputó.
El UKIP, un partido anti inmigración que pide la salida inmediata del Reino Unido de la UE, quedó tercero en porcentaje nacional de de votos, pero apenas sumaba hoy una banca debido a la gran dispersión geográfica de su apoyo.
La recuperación económica del Reino Unido luego de años de problemas que siguieron a la crisis financiera iniciada en 2008 era una de las mayores preocupaciones de los votantes.
Los resultados indican que el electorado respondió a las súplicas de Cameron de apoyar a los conservadores como el partido de la estabilidad financiera, pese a los recortes en los beneficios sociales aplicados en su anterior gobierno y sus promesas de realizar otro ajuste por hasta 12.000 millones de libras.
En general, aunque con matices diferentes, todos los candidatos habían prometido reducir el déficit fiscal de 90.000 millones de libras -120.000 millones de euros, o el 5% del PBI británico-, proteger el preciado sistema de salud pública NHS de fuertes recortes y controlar la inmigración desde Europa del Este.
La libra, que había caído varias jornadas consecutivas esta semana, repuntó hasta un 2% luego de que las encuestas a boca de urna difundidas ayer anticiparan que el país no iba a tener que atravesar por días o semanas de inciertas negociaciones para formar gobierno.
Casi 50 millones de personas estuvieron habilitadas para votar en las elecciones. La participación fue del 66%, un poco más que en las últimas elecciones de 2010 y la mayor desde 1997.
Telam