2 nov 2015

MIENTRAS SE SIGUEN AHOGANDO

MERKEL Y SUS SOCIOS NO SE PONEN DE ACUERDO SOBRE LOS REFUGIADOS

Discordia en la coalición

La CSU, el partido hegemónico en Baviera, región que recibe las mayores oleadas de refugiados, exige la implantación de “zonas de tránsito” en la frontera. El PSD rechaza lo que considera que implicaría la creación de cárceles.

Líderes de los tres partidos que forman la coalición de gobierno de la canciller alemana Angela Merkel se reunieron ayer sin poder alcanzar un acuerdo sobre los refugiados. “Se encontraron un buen número de posiciones comunes”, señaló sin dar mayor detalle un vocero gubernamental tras el encuentro en Berlín. Las conversaciones continuarán el jueves en una conferencia que mantendrán los primeros ministros regionales. La coalición está integrada por la Unión Demócrata Cristiana de Merkel (CDU), su formación hermana en Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU), y el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Merkel, su socio bávaro Horst Seehofer y el líder socialdemócrata y vicecanciller, Sigmar Gabriel, debatieron dos horas las posibilidades legales para regular el flujo migratorio, en aumento desde hace meses. Gabriel abandonó la reunión tripartita tras dos horas de conversaciones. Merkel se quedó con Seehofer, que en las últimas semanas había criticado con dureza su posición hacia los refugiados. Para la CSU, la política de Merkel fue demasiado permisiva. También desde la derecha de la CDU propugnan una postura más restrictiva en las fronteras alemanas.
Hay coincidencia, entre las cúpulas de los tres partidos gubernamentales, en que la situación es insostenible para las poblaciones bávaras más directamente afectadas, también para los solicitantes de asilo que deben esperar su oportunidad de ingresar en el país en condiciones climáticas cada vez más adversas. Pero hay claras divergencias sobre cómo lograrlo. La CSU, el partido hegemónico desde hace décadas en Baviera, región que recibe las mayores oleadas de refugiados, exige la implantación de “zonas de tránsito” en la frontera, donde evaluar los pedidos de asilo de quienes tratan de ingresar en el país. En tanto el SPD rechaza lo que considera implicaría la creación de enormes cárceles, donde quedarían recluidas personas que acuden a Alemania en busca de refugio. “No podemos aceptar la creación de zonas de tránsito, en realidad centros de internamiento con dimensiones de estadios de fútbol”, apuntó Gabriel, tras la reunión. La CSU insiste en la operatividad de esas zonas en la frontera para retener a quienes no tengan perspectivas de ser admitidos y acelerar su proceso de expulsión.
El proceso de evaluación lleva entre tres y seis meses, y las iniciativas anunciadas por Merkel para acelerar esos procesos no se plasmaron en la práctica. La CSU exige, además, que se restrinja el reagrupamiento familiar para evitar nuevas oleadas de solicitantes, cuestión que el SPD ve impracticable, ya que contraviene las leyes vigentes. Paradójicamente, las propuestas del socialdemócrata SPD podría acabar siendo el puente que precisa Merkel para reconducir la situación con la CSU, principal responsable de las grietas en su coalición ante el desafío, político y logístico, derivado de la llegada de hasta un millón de refugiados, este 2015, a Alemania.