El Senado brasileño aparta del cargo de presidenta a Dilma Rousseff
En el debate parlamentario que se ha celebrado en la mañana de este jueves, una mayoría simple de 55 senadores (de los 81 que hay) han votado a favor del juicio político a la jefa del Estado brasileño
Rousseff ya ha comenzado a recoger sus pertenencias del Palacio presidencialEl Supremo rechaza el último recurso para frenar el juicio político contra Rousseff
EFE
El Senado brasileño está a favor de celebrar un juicio político que suspenderá a la presidenta Dilma Rousseff durante al menos 180 días. Una mayoría simple de 55 senadores, de los 81 con asiento en la cámara, ha marcado el destino de la jefa del Estado brasileña al mostrarse favorables a comenzar este proceso. 22 votaron en contra.
En la mañana de este jueves se ha producido la votación definitiva. Esto supone que Rousseff será apartada del cargo durante los seis meses que puede durar el proceso y hoy mismo abandonará el palacio de Planalto. Su lugar será ocupado a partir de este viernes por el vicepresidente Michel Temer, quien debería completar el mandato que concluye el 1 de enero de 2019 en caso de su definitiva destitución.
"Golpe contra la democracia"
Los únicos senadores que hablaron contra el proceso fueron Angela Portela, Jorge Viana y Fátima Bezerra, todos del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), y Telmário Mota, del Partido Democrático Laborista (PDT), una de las pocas formaciones que permanecen en la menguada base política de Rousseff.
En sus discursos, insistieron en la tesis de que en Brasil está en marcha un "golpe contra la democracia", a pesar de que hoy mismo la Corte Suprema, en su carácter de tribunal constitucional, avaló el desarrollo del proceso al negar un último recurso intentado por la Abogacía General del Estado, que defiende a Rousseff.
La demanda exigía la "nulidad" de todo el proceso y alegaba para ello supuestos "vicios" detectados desde el propio inicio, pero fue negada por el magistrado Teori Zavascki, uno de los once miembros del tribunal.
El principal argumento de la demanda era un supuesto "desvío de finalidad" cometido en diciembre por el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, un declarado adversario de Rousseff que aceptó a trámite las denuncias contra la presidenta.
En su decisión, Zavascki indicó que los alegatos de la defensa de Rousseff, que acusa a Cunha de actuar por "venganza", están basados en informaciones periodísticas que pueden ser fácilmente contestadas.
"No hay cómo identificar en un sinfín de titulares un conjunto probatorio capaz de demostrar, de forma jurídicamente incontestable, que aquellas iniciativas (de Cunha) hayan superado los límites de la oposición política, que es legítima, y hayan herido la validad del proceso de 'impeachment'", aseguró el magistrado.
Rousseff recoge sus cosas
En el Palacio presidencial de Planalto, situado en la acera opuesta al Senado, a medida que avanzaba la votación y se percibía su posible resultado, Rousseff aceleraba la mudanza de las pocas pertenencias que aún conservaba en su despacho.
Según comprobó Efe, objetos de la mandataria, como cuadros o adornos, fueron llevados hacia el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial en la que se atrincherará durante el eventual juicio político.
También han sido instaladas unas cercas en torno a la rampa que conduce desde la acera hasta el primer piso del Palacio de Planalto, en previsión de que mañana, una vez notificada la decisión del Senado, Rousseff abandone la sede de la Presidencia, que deberá alojar a Temer como nuevo inquilino.
Rousseff, junto a su jefe de Gabinete, Jaques Wagner, llegaron a asomarse a una de las ventanas del palacio y pasaron un tiempo observando esos preparativos.
La rampa, cercada ahora con vallas, tiene una simbología importante en la política brasileña, pues es tradición que por ella suba un presidente cuando inicia su mandato, pero que baje sólo cuando concluye su gestión.
Fuentes oficiales han dicho que en los últimos días ha habido polémicas al respecto en el seno del Gobierno, pues hay quien cree que Rousseff debería bajar por esa rampa mañana, aunque otros dicen que eso transmitiría una imagen de derrota y fin de mandato.
Los defensores de esa última opción sostienen que Rousseff aún pudiera recuperar el poder si fuera absuelta en el juicio político que previsiblemente abrirá el Senado, que puede durar los 180 días durante los que estaría suspendida de sus funciones.