ESTO FUE LO MENOS IMPORTANTE
Una visita que salió muy cara
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, amigo del presidente de México, renunció por las críticas que recibió por invitar al candidato republicano. La oposición lamentó que no hubiera dimitido antes por sus “malas políticas económicas”.
Peña Nieto despide a su amigo y ministro Luis Videgaray luego del papelón de la visita de Trump.
Imagen: EFE
El paso de Donald Trump por México provocó la caída de uno de los hombres de mayor confianza de Enrique Peña Nieto. El secretario de Hacienda mexicano, Luis Videgaray, considerado mano derecha del líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tuvo que renunciar ayer a su cargo, agobiado por las críticas en su contra, tras haber defendido a capa y espada la visita al país del candidato republicano, quien hace de los mexicanos blanco de sus expresiones racistas en su campaña electoral camino a la Casa Blanca cada vez que puede.
Peña Nieto no sólo aceptó la renuncia de Videgaray –por quien no ahorró en elogios en la despedida–, sino que también nombró a su reemplazante, José Antonio Meade, economista y abogado con larga experiencia en finanzas, canciller de Peña Nieto desde fines de 2012 hasta agosto de 2015 cuando ocupó la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), que ahora dirigirá Luis Enrique Miranda, subsecretario de Gobernación. El presidente instruyó al secretario entrante a que elabore el presupuesto del Estado 2017 y avance con recortes al gasto público.
La dimisión de Videgaray al Ejecutivo fue presentada por los medios mexicanos como la salida política a la polémica abierta en el país luego de la reciente visita de Trump, cuyo mayor objetivo en la relación con México pasa por la construcción de un muro en la frontera entre ambos países, y cobrarles los gastos a los mexicanos. La obra anunciada fue defendida por el magnate neoyorquino antes, durante y después de su estadía en el DF, lo que hizo que sobre Peña Nieto cayera una catarata de críticas: se lo acusó de no proteger la dignidad de su pueblo en el diálogo que mantuvo con el magnate estadounidense.
Además de cargar contra el mandatario, la prensa mexicana achacó al funcionario saliente la organización del viaje de Trump; incluso lo acusó de coordinar el encuentro con Peña Nieto. El jefe de Estado asumió la responsabilidad por la visita, en la que también fungió como anfitrión del candidato republicano. Pero la prensa no se contentó con la explicación y mantuvo el foco sobre la figura de Videgaray, a quien continuó acusando de ser el ideólogo de la cita.
El secretario renunciante, por su parte, atizó el fuego el 1º de septiembre con una declaración que publicó el diario El País de España y en la que Videgaray defendió la invitación a Trump. “Son millones de empleos, industrias completas y la vida de mucha gente que depende de cuál sea la relación con el próximo gobierno de Estados Unidos”, justificó el funcionario. La propuesta, que Peña Nieto avaló, causó un cimbronazo con la canciller Claudia Ruiz Massieu, de quien se rumoreó había presentado su renuncia –pero no fue aceptada– tras el pésimo resultado del encuentro bilateral.
El lunes Trump acusó a Peña Nieto de haber mentido al informar sobre el contenido de la reunión que mantuvieron la semana pasada.
En la conferencia de prensa que ambos jefes de Estado dieron luego del encuentro en la residencia presidencial Los Pinos, Trump negó haber conversado con su homólogo mexicano sobre quién debería correr con el gasto del muro que propone construir en la frontera. Más tarde, a través de su cuenta en Twitter, Peña Nieto señaló que durante el encuentro le había dicho a Trump que México no pagaría por la obra. “No dijo eso; lo tuiteó tiempo después de que hubiera terminado la reunión”, aseguró el candidato republicano en una entrevista concedida al canal ABC News. “El hecho es que México pagará el muro; se discutió que no se discutiría en la reunión pero ya conocen mi posición y yo conozco su posición”, sentenció el provocador magnate.
Ayer, en el acto de toma de posesión del cargo, Peña Nieto dedicó unas palabras para saludar a Videgaray en su partida del Ejecutivo. “Quiero reconocer los resultados y logros del secretario al frente de la Secretaría de Hacienda, quisiera destacar algunos: se logró una reforma económica, la reforma financiera; reconozco su papel en la elaboración de diferentes políticas públicas, así como en el diseño y ejecución de las otras reformas estructurales”, abundó el jefe de Estado en felicitaciones.
La oposición apoyó la salida de Videgaray y criticó que el motivo fuera su impulso a la visita de Trump. El diputado Waldo Fernández, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), destacó que la renuncia “es un reconocimiento al error garrafal de haber recibido a Donald Trump” la semana pasada. Pero cuestionó que “fuera esa pifia y no las malas decisiones en la economía del país por las que se decidiera el relevo”. De esta manera, dijo que Videgaray “está pagando los platos rotos por meterse en un tema que no le compete a su secretaría”.
Videgaray llegó a la Secretaría de Hacienda a fines de 2012, pero antes había sido coordinador de la campaña de Peña Nieto a la Presidencia, así como en la etapa transición entre el gobierno entrante y el saliente. La relación entre Videgaray y Peña Nieto se transformó en un lazo de amistad y confianza que se remonta, al menos en el plano político, al período 2005-2009, cuando el ex secretario de Hacienda fue nombrado secretario de Finanzas del Gobierno del Estado de México, mientras Peña Nieto era gobernador.
Meade, reemplazante de Videragray, dirigió la economía mexicana entre 2011 y 2012, durante la presidencia de Felipe Calderón. El primer gran desafío del nuevo secretario será el de presentar el proyecto de presupuesto para el año próximo, que debe contemplar una serie de ajustes en el gasto público. La iniciativa debe incluir superávit, moderar el crecimiento de la deuda, ajustar los gastos del gobierno y garantizar la estabilidad macroeconómica.