La declaración de principios de la cumbre de presidentes eludió abordar los efectos de desigualdad y exclusión que han marcado la aplicación de los tratados de libre comercio. Perú, país anfitrión, es un claro ejemplo. Se reforzó el liderazgo de China dentro del grupo.
Por: Carlos Noriega
Desde Lima
Por: Carlos Noriega
Desde Lima
Con el énfasis puesto en redoblar la apuesta por las políticas de libre comercio y en cuestionar el proteccionismo económico, culminó ayer en Lima la cumbre presidencial del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, APEC por sus siglas en inglés. Ese fue el eje de la Declaración de Lima, emitida por los jefes de Estado de los 21 países que forman APEC. Un documento que es una declaración de principios de países alineados con las políticas económicas neoliberales, pero que también tiene mucho de respuesta a los anuncios proteccionistas lanzados por el electo presidente de Estados Unidos -país clave en APEC- Donald Trump.
La declaración de los países de APEC no menciona a Trump, pero quedan pocas dudas que los jefes de Estado estaban pensando en él cuando suscribieron aquello de “resistimos toda forma de proteccionismo”, que más adelante reforzaron señalando que asumían el compromiso de “revertir medidas proteccionistas que debilitan el comercio y frenan el progreso y la recuperación económica mundial”.
“Reafirmamos nuestro compromiso de mantener nuestros mercados abiertos (…) Nos comprometemos a tomar medidas concretas para crear un entorno propicio para la inversión”, se lee en la declaración que firmaron los presidentes de Estados Unidos Barack Obama, de Rusia Vladimir Putin, de China Xi Yinping, el primer ministro de Japón Shinzo Abe, los mandatarios latinoamericanos Michelle Bachelet de Chile, Enrique Peña Nieto de México y Pedro Pablo Kuczynski de Perú, junto a Canadá y trecepaísesde Asia y Oceanía que también integran APEC.
La declaración con la que terminó esta cumbre también habla de “eliminar barreras para hacer negocios” y señala que el comercio libre y la inversión libre en la región de Asia y el Pacífico son los hitos más importantes en la historia de APEC. Ha sido una declaración alineada con el dogma neoliberal.
Sobre los crecientes cuestionamientos a las políticas de libre comercio, la declaración no admite problemas de fondo en el modelo, y se limita a pedir “explicar mejor los beneficios del comercio, la inversión y los mercados abiertos”, como si los problemas fueran exclusivamente de información.
La declaración elude abordar los efectos de desigualdad y exclusión que han marchado a la par de la aplicación de las políticas neoliberales y los tratados de libre comercio, de lo cual Perú, país anfitrión de esta cumbre, es un claro ejemplo. Sin reconocer responsabilidad en estos problemas de las políticas económicas que defienden, los gobiernos que forman APEC se limitan a señalar genéricamente que los países firmantes de la Declaración de Lima respaldan “un crecimiento más inclusivo”.
Los 21 países que suscriben esta declaración asumieron el compromiso de avanzar en la creación de un Área de Libre Comercio Asia Pacífico (FTAAP). Se señala que en 2018 se hará una primera evaluación de lo avanzado para alcanzar este acuerdo, pero no se establece una fecha límite para su firma.
Sobre los próximos pasos para lograr este acuerdo de libre comercio en toda el área APEC, el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, dijo que la elección de Trump genera “incertidumbre” y señaló que había que esperar a que éste asuma el gobierno y ver qué ocurre.
Al interior de APEC ya se ha avanzado un acuerdo de libre comercio que incluye a doce de los 21 países que integran el grupo, entre ellos Chile, México y Perú. Se trata del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), impulsado fuertemente por la administración Obama, que fue firmado en febrero de este año y que excluye a China. En respuesta al TPP, China viene impulsando un acuerdo alternativo, el de Asociación Económica Regional Amplia (RCEP), con países de Asia y Oceanía.
Pero con la llegada de Trump, que ha calificado el TPP como “un desastre” y ha anunciado su intención de no ratificarlo, este acuerdo tambalea. Con el TPP en la cuerda floja y el anuncio de un Estados Unidos proteccionista, en la cumbre de Lima se ha reforzado el papel de China como líder al interior de APEC para impulsar el libre comercio de toda el área. El presidente chino, Xi Jinping, fue la figura protagónica de esta cumbre,cuyo objetivo ha sido defender el libre comercio, y que tuvo a un Obama ya de salida. “Libre mercado o muerte”, parece ser el nuevo grito de batalla del Partido Comunista de China.
El TPP, que fue negociado en secreto por más de cinco años, ha recibido serios cuestionamientos de organizaciones sociales y políticas por lo que se señala serían sus efectos negativos sobre importantes sectores de la población, aquellos que siempre pagan los costos de los tratados de libre comercio. Entre las críticas que se le hacen, se ha denunciado que encarecerá los medicamentos al prolongar los derechos de patentes y retrasar el ingreso de medicinas genéricas y que viola los derechos de las poblaciones indígenas. Ciertamente, estas no son las razones por las que Trump se opone al TPP.
La reunión de APEC dejó un mensaje, en tono de advertencia, dirigido al electo presidente de Estados Unidos, que no estuvo presente, pero cuya figura y propuestas proteccionistas fueron centro de debate y preocupaciones: los países de la APEC reforzarán sus políticas de libre mercado, con o sin Estados Unidos. El primer ministro de Nueva Zelandia, John Key, lo resumió de esta manera: “Trump debe saber que los otros países (de APEC) apostamos por el libre comercio. Si Estados Unidos no quiere libre comercio, los demás vamos a seguir adelante porque creemos en él”