19 nov 2016

Tres mano dura asumen puestos clave de seguridad

LOS PRIMEROS NOMBRAMIENTOS Y DESIGNACIONES PARA EL GABINETE DE TRUMP METEN MIEDO POR SU PERFIL ARCHICONSERVADOR



Pompeo, Flynn y Sessions, los elegidos de Trump para ocupar tres puestos clave: jefe de la CIA, asesor de Seguridad Nacional y fiscal general.




Tres mano dura asumen puestos clave de seguridadEl senador por Alabama Jeff Sessions y el diputado por Kansas Mike Pompeo fueron nominados para dirigir el Departamento de Justicia y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), respectivamente. El general Flynn será asesor de Seguridad Nacional.
presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, eligió a dos republicanos de línea dura para dirigir el Departamento de Justicia y la Agencia Central de Inteligencia (CIA): el senador de Alabama Jeff Sessions y el diputado por Kansas Mike Pompeo. Los nombramientos se unen al del general retirado Michael Flynn como nuevo asesor de seguridad nacional, como ya había informado la víspera la prensa local. Los tres aceptaron oficialmente las nominaciones.
Sessions, el primer senador en apoyar la campaña del magnate inmobiliario neoyorquino en las primarias del partido, se convertirá en el próximo fiscal general del país si el Senado aprueba su nombramiento. El político de 69 años es, según el mensuario conservador National Journal, uno de los cinco senadores más conservadores del país. Lleva 20 años en el Senado y se ha manifestado en reiteradas ocasiones contra cualquier forma de migración, ha cuestionado el cambio climático y ha tenido que rechazar en varias ocasiones acusaciones por racismo. Fue fiscal de Alabama entre 1995 y 1997 antes de ser elegido al Senado. Trump lo denominó “una mente legal de primera clase” en un comunicado anunciando su nominación.
A su vez Sessions elogió aTrump. “Abrazo con entusiasmo la visión del presidente electo Trump de ‘una sola América’ y su compromiso con la justicia igualitaria bajo la ley”, dijo Sessions en un comunicado del equipo de transición de Trump. “Estoy deseoso de cumplir mis deberes con una firme dedicación a la justicia e imparcialidad”, señaló el nominado a reemplazar a Loretta Lynch.
Pompeo, otro ex militar, sustituirá a John Brennan al frente de la inteligencia exterior y prometió trabajar junto a Trump “para mantener seguro a Estados Unidos”. Antiguo capitán del Ejército, el político de ahora 52 años se graduó en la Academia militar en West Point, antes de estudiar derecho en Harvard y trabajar como ejecutivo en la industria de defensa. Se le considera seguidor del ultraconservador Tea Party, que obligó a virar más a la derecha a los republicanos hace algunos años. En 2015 tuiteó que el acuerdo militar con Irán debía ser revocado. Además se opone al cierre de la prisión militar de Guantánamo y ha pedido la ejecución del ex informante estadounidense Edward Snowden, por revelar secretos oficiales que sacaron a la luz el espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos. Miembro de la comisión de servicios secretos, es considerado un hombre cercano del vicepresidente estadounidense Mike Pence.
Por su parte, Flynn, oficialmente afiliado del Partido Demócrata, asesorará a Trump en todas las cuestiones de seguridad nacional e internacional y le recomendará cómo reaccionar en el caso de crisis. Debido a la falta de experiencia del presidente en política interior y exterior, los analistas consideran que el general de tres estrellas tendrá una enorme influencia en el nuevo Gobierno. El cargo de Flynn no requiere la ratificación del Senado. El veterano militar de 57 años es conocido sobre todo por su actitud radical frente al islam, que considera una ideología política, no una religión. En un tuit en febrero consideró racional el miedo a los musulmanes. Flynn asesoró a Trump ya durante la campaña electoral y apoyó sus llamamientos a prohibir de forma temporal la entrada de musulmanes al país. Flynn “estará a mi lado para trabajar en la derrota del terrorismo islamista radical, enfrentar retos geopolíticos y mantener seguros a los americanos dentro y fuera del país”, dijo Trump. Entre 2012 y 2014, Flynn fue director del servicio secreto militar del país, la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA). Al igual que Trump, Flynn aboga por rebajar las tensiones con Rusia y ha aparecido en varias ocasiones en la televisión estatal Rusia Today. Según el diario The New York Times, su firma de asesoría, Flynn Intel Group, tiene conexiones con países en Oriente Medio y se la conoce como lobista a favor del Gobierno turco. Sus antiguos compañeros describen a Flynn como un hombre perturbado. El ex secretario de Estado Colin Powell llegó a decir de él que era un “derechista loco”.
Por el momento no hay ninguna pista sobre a quién pondrá Trump al frente de Defensa y el Departamento de Estado. Como jefe de la diplomacia sigue sonando el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani. El fin de semana se espera que Trump se reúna con Mitt Romney, el candidato republicano que en 2012 perdió las elecciones frente a Barack Obama. Romney criticó a Trump durante la campaña y hay informaciones contradictorias sobre si el encuentro podría servir para una reconciliación o si Trump quiere ofrecer a Romney el puesto de secretario de Estado. Además, Trump se reunió el jueves con Nikky Haley, que también se menciona para ese puesto. La gobernadora de Carolina del Sur saltó a la luz pública en relación con una disputa por la bandera confederada que representa a los estados del sur. Como descendiente de inmigrantes indios y como mujer, de ser nombrada miembro del gabinete de Trump sobresaldría entre un Gobierno que se espera esté ocupado en su mayoría por hombres blancos.
La sorpresa la dio el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich al señalar al diario Washington Post que no formará parte del Gobierno de Trump. También se negó el único afroamericano que se señalaba para un puesto, el ex neurocirujano infantil Ben Carson, uno de los precandidatos derrotados por Trump durante la primaria republicana.
No está claro por el momento qué papel podría asumir Jared Kushner, el yerno de Trump. Podría recibir un puesto en la Casa Blanca, pero lo dificulta una ley existente para evitar el nepotismo. Según medios locales, Kushner, empresario inmobiliario y dueño del semanario New York Observer, está investigando posibles vías legales


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