24 ene 2017

OTRO QUE SE BAJA

El gobierno de Chile cancela su integración al TPP luego de la salida de EEUU.“El TPP tal cual lo conocíamos ya no está sobre la mesa”

24 ENE, 2017




“El TPP tal cual lo conocíamos ya no está sobre la mesa”, dijo el canciller Heraldo Muñoz al referirse a la decisión de Donald Trump de formalizar el retiro de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Coperación Económica. El TPP fue impulsado por Barack Obama para formar la mayor zona de libre comercio del mundo, incluyendo en total 12 países entre los cuales está Japón, México, Perú y Chile. “Podría pensarse en un escenario distinto en simplemente un TPP sin Estados Unidos, pero ya no sería un TPP y sería algo distinto. Pero esas son las cuestiones que tienen que ser conversadas con nuestros socios”, apuntó el secretario de Estado, quien recordó que Trump ya había anunciado el retiro de su país al ser electo.

Asimismo, el canciller aseguró que, en los últimos días, el gobierno chileno tuvo una “comunicación muy fluida” con varios de los ministros de los países que firmaron el acuerdo. A su vez, puntualizó que la salida de Estados Unidos impide que el acuerdo sea ratificado por el Congreso, ya que su formulación incluía a la potencia.

Siguiendo la línea de integración propuesta en el TPP, nuestro país invitará a una reunión de ministros de relaciones exteriores y comercio de los países que firmaron el TPP, junto con otros como China y Corea del Sur, que no formaban parte del acuerdo. La reunión se desarrollará en Viña del Mar a mediados de marzo y allí se analizarán los distintos escenarios del comercio entre países del Pacífico.

Respecto a la relación bilateral con Estados Unidos, Muñoz confió en que se mantendrá en los mismos términos, con el acuerdo de libre comercio (TLC) aún vigente entre ambas naciones.

24HS
Trump firma salida del TPP y otros países buscarían acuerdos alternativos

Cumpliendo con una de sus promesas de campaña, Donald Trump firmó el decreto para finalizar la participación de Estados Unidos en el Acuerdo Transpacífico (TPP), que había sido negociado por Barack Obama.

En el TPP participan otros 11 países, entre ellos Chile, Australia, Brunei, Canadá, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Estados Unidos y Vietnam, un combinado que representa el 40% de la economía mundial y que se consideraba una contraposición al poderío de China.

De esta forma, queda en vilo el futuro del acuerdo, firmado en 2015 pero que aún no entre en vigor, considerando la salida de su principal involucrado.

El presidente había calificado a este acuerdo como “terrible” y que “violaba” los intereses de los trabajadores estadounidenses.

“Lo que acabamos de hacer es una gran cosa para los trabajadores estadounidenses”, comentó Trump al firmar la orden ejecutiva.

El senador republicano y ex candidato presidencial John McCain fue uno de los primeros en criticar la determinación, reiterando una postura que mantiene hace meses. “Es un error”, aseguró.

Para Barack Obama, promotor del TPP, este significaba una forma de frenar el poder de China en el área del Pacífico.

¿Qué pasa ahora?


De todas formas, parece existir consenso entre los otros 11 firmantes de buscar una alternativa al fracasado proyecto, conscientes que sin Estados Unidos es imposible conseguir la ratificación.

En noviembre pasado, una vez electo el nuevo presidente de Estados Unidos, Heraldo Muñoz, se había puesto en el posible escenario de la salida norteamericana.

“Sea con o sin Estados Unidos, hay voluntad de los países que conforman el TPP de avanzar, si eso será en el mismo marco está por verse y pareciera que con el anuncio del presidente electo, el acordar el TPP tal cual lo conocemos ahora con Estados Unidos no será posible, pero hay otros países que están disponibles para reflexionar juntos si continuar en el camino de lo materializado en cuanto al contenido del TPP”, dijo entonces el canciller, que no quiso referirse al asunto.

Esta postura parece reiterarse entre los demás involucrados.

El viernes pasado, justo antes de la investidura de Donald Trump, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ratificó su presencia en el TPP o en alguna versión alternativa de él.

Eso, al menos, entiende Nueva Zelanda. “La semana pasada el primer ministro de Japón estuvo en Australia y fue muy positivo respecto a hallar una forma a través de un plan B al TPP si Estados Unidos no es parte de él”, dijo el primer ministro Bill English.

El TPP, que se negoció durante cinco años, establece un nuevo marco de libre comercio y arancelario entre 12 países, que representan el 40% del PIB mundial y el 11% de la población (800 millones de personas). Involucra a las industrias automovilística, textil y farmacéutica y establece normas laborales y medioambientales más ambiciosas.

Entre los primeros en salir a comentar oficialmente su postura ante el fin del TPP estuvo México. El Presidente Enrique Peña Nieto, quien dijo: “Iniciaremos de inmediato conversaciones que generen nuevos acuerdos comerciales bilaterales con los países de ese tratado”.

Entre las principales críticas que recibió el Tratado en Chile se encuentran la protección de las patentes de la industria farmacéutica internacional, que afectaría los precios de los fármacos genéricos, el registro de semillas y alimentos, y que pondría en riesgo los niveles de privacidad de los usuarios de internet.

T13
Proteccionismo en Estados Unidos: un mal negocio para Chile

Tal como se preveía, el tipo de cambio peso chileno-dólar estadounidense y dólar-otras monedas, ha venido cuesta abajo luego que, desde las promesas de campaña de Donald Trump, hasta sus recientes discursos como Presidente, el mercado pareciera haberse adecuado a la idea de que el nuevo mandatario efectivamente operará la economía de la principal potencia mundial con criterios proteccionistas, con más gasto fiscal y reducciones de impuestos, que no sólo aumentan el riesgo país y deuda, sino que las perspectivas de inflación y valor de su divisa.

En efecto, pese a que el dólar reaccionó con alzas inmediatamente tras la elección de Trump, el mercado empieza a descartar un escenario de subidas rápidas y mientras en Chile el billete verde abrió la semana en $652, un retroceso de $4,7 respecto del viernes pasado, el euro ha recuperado niveles de 1,04 hasta 1,07 dólares, luego que hace tres semanas estuvo a punto de alcanzar la paridad con el dólar.

Las razones para este debilitamiento internacional del dólar surgen de las propias declaraciones del nuevo mandatario, quien se ha manifestado abiertamente a favor de un billete verde menos fuerte -que favorece sus exportaciones- no obstante la férrea defensa de la moneda que ha hecho la Reserva Federal (Fed) al subir la tasa de interés y dejar entrever que podría haber un par de nuevas alzas durante este año, dependiendo de sus niveles de actividad y empleo.

Para Chile, las señales respecto del valor de esa divisa, si bien no escapan de los efectos de la política macro marcada por Trump, también apuntan a la evolución del precio del cobre, “que puede resultar fundamental para analizar los movimientos del tipo de cambio en los próximos días”, según operadores.

Y es que el carácter nacionalista de su administración y sus amenazas al libre flujo comercial (anuncios de renegociación del NAFTA con México y Canadá, alabanzas al Brexit, rechazo al TPP, atracción forzada de inversiones hacia el territorio de EE.UU., advertencias de alzas de aranceles aduaneros) parece haber acrecentado el temor de los inversionistas, estimulando la liquidación de dólares a nivel internacional, hecho que podría aumentar sus caídas, con negativos efectos para las exportaciones chilenas, especialmente de cobre, que se cotiza en esa divisa.

Por lo demás, el cobre ha ido perdiendo peso en la canasta exportadora del país, pues, si en 2010 representaba el 58,2% de los envíos totales en valor, hoy llega sólo al 46%, completando, en 2016, seis años de descensos consecutivos, en línea con la disminución que ha experimentado el precio promedio del metal en igual lapso, ya que en 2010 se cotizaba en una media de US$ 3,41 la libra, mientras que el año pasado fue apenas de US$ 2,20 en dólares de igual valor.

Gracias a un tipo de cambio relativamente alto, parte del espacio abierto por la caída de envíos del metal rojo lo han llenado, hasta ahora, otros envíos, como alimentos silvoagropecuarios, pesqueros e industriales, incrementando su presencia en el total de las exportaciones desde 8,4% a 9,7% en el último año, así como en montos totales, que subieron 11% en 2016. Y en el caso de los productos industriales, su incidencia en la canasta subió de 39% a 39,7%, aunque el monto total experimentó una baja de 2,3%, porque, si bien productos como el salmón o la fruta en conserva subieron más de dos dígitos, no lograron contrarrestrar la caída experimentada por la tradicional celulosa (-7,8%) y productos químicos (-7,7%) que requieren de un tipo de cambio más alto para competir en un escenario económico de un históricamente bajo intercambio comercial mundial.

La Presidenta Bachelet, en una entrevista con Bloomberg, ha dicho que espera que en la próxima década Chile tenga una economía “mucho más diversificada que la de hoy”. Pero una tendencia a la baja del tipo de cambio más marcada -como la que se podría esperar si la política económica de Trump continua en la dirección anunciada por el mandatario- las perspectivas de varios sectores exportadores chilenos no son halagüeñas, dada la canasta de monedas con que operan.

Así y todo, expertos en el mercado minero creen que la baja en la participación del cobre en la canasta de envíos podría revertirse este año, ya que las previsiones apuntan a que el valor del metal rojo tenderá a normalizarse en valores superiores al promedio del año pasado, estimulado por una mayor demanda destinada a los mega planes de infraestructura y urbanización de China y del propio EE.UU., razón por la que se espera un precio promedio de entre US$ 2,4 y US$ 2,5, en 2017, alrededor de 9% más que el de 2016.

De otra parte, eventuales medidas proteccionistas en el área forestal norteamericana, donde los productores de EE.UU. tienen la fuerte competencia de la madera canadiense y que, en función de la creación de empleos, pudiera variar en la anunciada renegociación del NAFTA, abre ciertas posibilidades al sector silvícola nacional, golpeado en días recientes por graves incendios.

Así y todo, la historia de nuestro comercio exterior muestra que las mejores perspectivas para los envíos chilenos están muy correlacionadas con los acuerdos comerciales firmados por nuestro país. En efecto, más del 94% de las exportaciones nacionales van a mercados con acuerdos comerciales y la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) publicó recientemente un informe sobre 25 casos analizados en los que, en todos ellos, se observa que éstos crecieron, aunque con alzas de distinta magnitud.

Entre los tres espacios económicos que lideran la recepción de nuestras exportaciones (China, EE.UU. y la UE) las del país asiático destacan con un alza de 459% en los últimos diez años, y un promedio de crecimiento de 21% anual entre 2006 y 2015, correspondiendo a más del 40% de nuestros envíos al exterior. Pero éstos son negociados en dólares, con lo que, además, se corre el riesgo futuro que, en una eventual guerra de monedas yuan-dólar, los envíos chilenos se tornen aún menos competitivos en precio.

EE.UU., en tanto recibe más del 20% de los envíos chilenos y una potencial oleada nacionalista de su agricultura californiana podría afectar la fruta, si bien, no con eventuales cambios en el acuerdo de comercio entre ambos países, sino con medidas paraarancelarias del tipo que ya ha vivido Chile, no obstante el carácter de contratemporada que tienen estas exportaciones. Una situación similar puede ocurrir en Europa, donde los movimientos nacional-populistas están emergiendo con fuerza en un entorno de débil crecimiento económico.

Es decir, el proteccionismo promovido por Trump, si bien pudiera favorecernos inicialmente, dada la fuerte competitividad de productos chilenos como el cobre, madera, futas o alimentos y por nuestro relativamente pequeño volumen de envíos al poder mantener o incluso aumentar coyunturalmente las exportaciones -aunque con menos retornos en pesos, por un tipo de cambio más bajo-, en el largo plazo aquella política es, sin dudas, un mal negocio para Chile.

Radio U Chile