09 Agosto 2020
Los movimientos afines a Morales llevan siete días de cortes de rutas en Bolivia.Foto: EFE
Los movimientos afines a Morales llevan siete días de cortes de rutas en Bolivia.Foto: EFE
Un diálogo para fijar con acuerdo político la fecha de las elecciones en Bolivia fracasó la medianoche del sábado, por lo que prosiguen las protestas y los cortes de ruta realizados por movimientos afines al expresidente Evo Morales contra el gobierno de facto de Jeanine Áñez.No hubo acuerdo entre los sectores afines a Evo Morales y el gobierno de facto. Los comicios se realizarán el 18 de octubre.
Las conversaciones iniciadas el sábado y que contaron con la mediación de las Naciones Unidas, fueron convocadas por Áñez ante la huelga general y las manifestaciones desatadas por un tercer aplazamiento de los comicios, que se decidió sin consulta a los partidos políticos y bajo el argumento de la pandemia del coronavirus.
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Evo Morales denunció que en Bolivia se gesta "un golpe de Estado dentro del golpe"
Las elecciones generales fueron convocadas inicialmente para el 3 de mayo, luego la pandemia obligó a aplazarlas a la primera semana de agosto, después al 6 de septiembre con la aprobación del Congreso, controlado por el moralismo, y por último el Tribunal Supremo Electoral (TSE) volvió a postergarlos al 18 de octubre, aunque sin una votación del parlamento.
Estas elecciones vienen a sustituir a las de octubre de 2019, que fueron anuladas por una "manipulación dolosa", según una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que derivó en fuertes protestas y el exilio y renuncia del entonces presidente Evo Morales (2006-2019), en medio de un golpe de Estado.
"La propuesta ha sido clara: elecciones el 6 de septiembre. En extremo, (queríamos) consensuar una nueva fecha, un término medio, pero no aceptan", dijo a la prensa, Juan Carlos Huarachi, secretario ejecutivo de la Central Obrera de Bolivia (COB), entidad afín a Morales y su partido el Movimiento Al Socialismo (MAS), y quien lidera las protestas contra el gobierno de facto.
El líder sindical ratificó la continuación de las protestas iniciadas hace una semana con cortes de ruta en seis departamentos de Bolivia, denunciadas por Áñez porque impiden el paso de cisternas con oxígeno medicinal, vital para atender a pacientes con coronavirus. La pandemia ya dejó más de 3.500 muertos y casi 90.000 casos en el país.
En algunas zonas se registraron enfrentamientos entre quienes bloqueaban las rutas y grupos de derecha, mientras que las autoridades amenazaron con reprimir los piquetes. Morales y el MAS consideran que la última postergación de las elecciones solo busca perjudicar a su candidato presidencial, el exministro de Economía Luis Arce, que encabeza las encuestas.
Del fracasado diálogo político participaron, además del TSE y la COB, los presidentes de la Cámara de Diputados y Senadores, y los candidatos a la presidencia de Bolivia. Empero, los postulantes Carlos Mesa, Jorge Quiroga, y Luis Fernando Camacho declinaron participar.
Luis Arce, en tanto, condicionó la aceptación del 18 de octubre como nueva fecha de las elecciones al compromiso de no volver a modificarla y a que el acuerdo final tenga aval internacional.
En tanto, el parlamento, de mayoría opositora, impulsó otra instancia de negociación cuyo primer resultado fue una reunión con el presidente del TSE, con quien se acordó que la fecha de elecciones generales será definida mediante una ley, pero con la negativa de la COB en el otro diálogo se esfumaron las esperanzas de solución al conflicto.
Las conversaciones iniciadas el sábado y que contaron con la mediación de las Naciones Unidas, fueron convocadas por Áñez ante la huelga general y las manifestaciones desatadas por un tercer aplazamiento de los comicios, que se decidió sin consulta a los partidos políticos y bajo el argumento de la pandemia del coronavirus.
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Las elecciones generales fueron convocadas inicialmente para el 3 de mayo, luego la pandemia obligó a aplazarlas a la primera semana de agosto, después al 6 de septiembre con la aprobación del Congreso, controlado por el moralismo, y por último el Tribunal Supremo Electoral (TSE) volvió a postergarlos al 18 de octubre, aunque sin una votación del parlamento.
Estas elecciones vienen a sustituir a las de octubre de 2019, que fueron anuladas por una "manipulación dolosa", según una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que derivó en fuertes protestas y el exilio y renuncia del entonces presidente Evo Morales (2006-2019), en medio de un golpe de Estado.
"La propuesta ha sido clara: elecciones el 6 de septiembre. En extremo, (queríamos) consensuar una nueva fecha, un término medio, pero no aceptan", dijo a la prensa, Juan Carlos Huarachi, secretario ejecutivo de la Central Obrera de Bolivia (COB), entidad afín a Morales y su partido el Movimiento Al Socialismo (MAS), y quien lidera las protestas contra el gobierno de facto.
El líder sindical ratificó la continuación de las protestas iniciadas hace una semana con cortes de ruta en seis departamentos de Bolivia, denunciadas por Áñez porque impiden el paso de cisternas con oxígeno medicinal, vital para atender a pacientes con coronavirus. La pandemia ya dejó más de 3.500 muertos y casi 90.000 casos en el país.
En algunas zonas se registraron enfrentamientos entre quienes bloqueaban las rutas y grupos de derecha, mientras que las autoridades amenazaron con reprimir los piquetes. Morales y el MAS consideran que la última postergación de las elecciones solo busca perjudicar a su candidato presidencial, el exministro de Economía Luis Arce, que encabeza las encuestas.
Del fracasado diálogo político participaron, además del TSE y la COB, los presidentes de la Cámara de Diputados y Senadores, y los candidatos a la presidencia de Bolivia. Empero, los postulantes Carlos Mesa, Jorge Quiroga, y Luis Fernando Camacho declinaron participar.
Luis Arce, en tanto, condicionó la aceptación del 18 de octubre como nueva fecha de las elecciones al compromiso de no volver a modificarla y a que el acuerdo final tenga aval internacional.
En tanto, el parlamento, de mayoría opositora, impulsó otra instancia de negociación cuyo primer resultado fue una reunión con el presidente del TSE, con quien se acordó que la fecha de elecciones generales será definida mediante una ley, pero con la negativa de la COB en el otro diálogo se esfumaron las esperanzas de solución al conflicto.