7 jul 2024

LA MISERIA Y ENTREGA AVANZAN

ARGENTINA
Javier Milei en su laberinto y el “pactito feo”

Claudio della Croce
On Jul 6, 2024






El libertario presidente argentino Javier Milei se encuentra en un laberinto económico y financiero del que no logra salir donde el cepo cambiario, la devaluación, las tasas de interés y la liquidación de la cosecha forman parte de ese enjambre. Y el cimbronazo ya llegó a las encuestas, que muestran una caída de la imagen positiva del mandatario de cinco puntos en las últimas semanas: es un serio llamado de atención.

Nerviosismo e incertidumbre en «los mercados» por el plan de gobierno. El dólar paralelo subió esta semana por encima de los 1.400 puntos y subió el riesgo país. El gobierno dice por ahora que no va a devaluar y apuesta a hundir la economía en la recesión para juntar dólares. El FMI, el campo y sectores concentrados presionan por una devaluación. La ley bases no resuelve la crisis.

El desempleo y la pobreza ya reemplazaron a la inflación como las principales preocupaciones de los argentinos. La neoliberal Fundación Pensar que conduce María Eugenia Vidal, en un documento firmado junto al expresidente Mauricio Macri, da cuenta de 600.000 puestos de trabajo menos en el semestre. Unicef afirmó que hay 900.000.

Las estadísticas oficiales señalan que la actividad de la construcción cayó 32,6% en mayo interanual, y la industria 14,8% en el mismo período. Así, van más de siete meses consecutivos de contracción. Se perdieron más de 58.000 puestos de trabajo en la construcción en abril. La recesión avanza.

Los «mercados”, o sea el sector financiero y los grupos económicos concentrados, están en un tira y afloje con Milei y le piden todavía más: presionan por una devaluación. Y, si el gobierno devalúa, se dispara de nuevo la inflación. Los recientes episodios de crisis en los “mercados” saltaron a escena porque los beneficiarios del libertarianismo, el capital más concentrado, los más ricos del país, percibieron que el “plan” del ministro Luis Caputo se agotó.

Los síntomas son que el gobierno dejará de tener superávit fiscal, el Banco Central dejó de acumular reservas; y la inflación se aceleró, después de haber bajado durante cinco meses. En este contexto, había aumentado la presión por una devaluación, de parte del agronegocios y del FMI.


La conferencia de prensa del último vienes, encabezada por el ministro de Economía, Luis Caputo, junto al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, buscó dar un mensaje a los “mercados” (la élite económica, los más ricos del país) que venían agitados las semanas previas: implementar un canje de deuda en manos del Banco Central a manos del Tesoro (es decir, del Ministerio de Economía).

Con este pase de manos, el oficialismo busca secar de pesos el mercado para evitar una mayor presión sobre el dólar. A la vez, con una futura suba de la tasa de interés busca hacer más “atractivo” al peso frente al dólar. Pero el anuncio no fue bien recibido por los bancos, que son los acreedores del Banco Central.

El FMI apoyó el anuncio, pero cree que el gobierno juega con fuego si no lleva adelante una devaluación que reduzca las importaciones y aumente las exportaciones. Su objetivo es que aumenten las reservas del Banco Central para satisfacer una deuda que, en este segundo semestre presenta un cronograma de pagos muy exigente. Y en los próximos años mucho más.

Caputo se abraza a la fe en los «mercados», a las inversiones que no llegan, a la recuperación que se posterga sine die, a tener dólares que no están para pagar la deuda que, en parte, él mismo creó. La impaciencia crece entre el capital financiero. Tal vez, como en abril de 2018, cuando el Banco J.P. Morgan, del cual Caputo fue empleado, le armó una corrida cambiaria, otra vez los “mercados” se devore, como las revoluciones, a uno de sus mejores hijos, señala Pablo Andino.


Finalmente, el economista Federico Sturzenegger, ideólogo en las sombras del megadecreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y de la Ley Ómnibus, fue nombrado al frente del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. El responsable del «megacanje» en el 2001 y de la bicicleta financiera con el macrismo tendrá bajo su mando un nuevo ministerio para «simplificar al Estado» y avanzar con las privatizaciones que pretende el Gobierno.

La pulseada finalmente la terminó ganando el tándem Milei-Luis Caputo. Es que Sturzenegger se quedará con sólo tres áreas, espacios de la Jefatura de Gabinete que pasarán a su órbita: Simplificación del Estado, Transformación del Estado y Empleo Público.

Sturzenegger llega al gobierno justo cuando Caputo está en unos de sus peores momentos por no conseguir fondos frescos y es criticado porque los bonos andan por el piso y los dólares volando para arriba. En el gobierno no creen que haya sido una derrota para Sturzenegger haber aceptado este acuerdo con tareas tan irrelevantes. De hecho, no tendrá la privatización de ninguna empresa del Estado a su cargo.

El pactito feo

El 9 de Julio, en Tucumán, un grupo de gobernadores harán como si firmaran un pacto, que no fue pactado y no compromete, convirtiéndose en una farsa de señores de traje oscuro en la noche haciendo como si pactaran, señala Luis Bruschtein. El pacto tiene diez puntos que están más relacionados con la histórica recesión actual, el brutal aumento de la pobreza, el cierra de cientos de empresas y comercios, la retirada de grandes compañías trasnacionales y la complicación del país en dos guerras sangrientas en las que no tiene ninguna relación, ningún interés, y mucho por perder, añade.


El punto diez del “pacto” habla de la “apertura de Argentina al comercio internacional”, pero este gobierno se dio el lujo de pelearse con los socios comerciales más importantes del país, Brasil y China. Habla de apertura cuando ideologizó al máximo la política exterior, se fue del BRICS y puso al borde la ruptura con grandes inversores en obras como Rusia y China.

Obviamente, ninguno de los diez puntos habla de la pobreza ni del trabajo, ni del medio ambiente. Ausencia total de puntos que se relacione con los problemas cotidianos de los argentinos: la falta de trabajo, los bajos salarios, la gratuidad de la educación, la seguridad, la represión, la supervivencia de los jubilados, el futuro de los hijos o el precio de los alimentos, la entrega de la riqueza nacional a los grandes capitales trasnacionales.

Milei tendrá una foto que prometió el 1º de marzo. Él junto a los gobernadores firmando el Pacto de Mayo en la ciudad de Tucumán. Se la prometió a él mismo y a la sociedad, pero sobre todo al Fondo Monetario Internacional. Llegó finalmente ahora, en un momento delicado y hasta inoportuno.

Aún es un misterio si el expresidente Mauricio Macri irá al Pacto de Mayo. Respondió 14 horas después la invitación y dijo a través de una secretaria que «fue recibida». Para el anillo que rodea a Milei, Macri hoy es un lastre, tiene 75% de imagen negativa, está entre las personas con peor imagen negativa del país.



Si bien públicamente tanto el gobierno como desde La Libertad Avanza intentaron no meterse en la interna del Propuesta Republicana (PRO) y no confrontar con Macri, por lo bajo empiezan a salir a la superficie una serie de problemas en el ordenamiento de la nueva derecha argentina, sobre todo luego del fracaso de la actual ministra de Seguridad Patricia Bullrich, de dirigir al PRO e integrarlo a las fuerzas del gobierno de Milei.

La Confederación Central del Trabajo (CGT) desechó la posibilidad de acompañar a Milei en la firma del denominado Pacto de Mayo el lunes por la noche en Tucumán. Lo confirmó la cúpula de la principal central obrera luego de haber sido sondeada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. El desaire será sin matices.

*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)