CARACAS.— Hasta Novo Ogariovo, la residencia campestre del presidente ruso, Vladimir Putin, llegó el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, en busca de estrategias conjuntas para abordar el problema de los bajos precios del petróleo en el mercado mundial.
Como parte de los resultados del encuentro se instalará una Comisión Mixta para revisar la cooperación bilateral y se invertirá en transferencia de tecnología en la Faja Petrolífera del Orinoco, según lo informado por el propio estadista venezolano.
Aunque no trascendieron acuerdos concretos sobre el tema de la estabilización en el mercado del llamado oro negro, Maduro dijo que solicitó una reunión con otros actores afectados para continuar construyendo “la fórmula que restituya la regularidad de los precios que debe haber y corrija lo que tenemos que corregir”.
Putin, por su parte, dejó claro que la nación sudamericana es “uno de los socios principales en América Latina”.
Los bajos precios del petróleo en el mercado mundial llevaron al Presidente venezolano a una gira internacional por Irán, China, Argelia, Catar y Arabia Saudita.
Los bajos precios del petróleo en el mercado mundial llevaron al Presidente venezolano a una gira internacional por Irán, China, Argelia, Catar y Arabia Saudita.
Precisamente, Rusia, Venezuela e Irán, han sentido los embates del desplome de la cotización del crudo.
Según los especialistas, una de las causas es la decisión de Estados Unidos de aumentar la extracción de esquisto para inundar el mercado y afectar de paso la economía de estos países, por demás, fuertes oponentes a sus intereses.
La producción del esquisto —un tipo de crudo no convencional que exige la implementación del fracking para fracturar las rocas y lograr la extracción de crudo y gas— aumentó “alrededor de cinco millones de barriles por día para alcanzar un récord en casi 30 años”, indicó en un reciente estudio la agencia Reuters.
Es por ello que en más de una ocasión, Maduro ha denunciado que se trata de un tema político, y ha llamado a que los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), actúen para frenar la situación.
“Hay que corregir lo que se tiene que corregir, la producción de petróleo de esquisto mediante la técnica del fracking, que no solo perjudica al medioambiente, sino que es utilizada por Estados Unidos como arma geopolítica para afectar a importantes países productores”, comentó recientemente.
En el caso de Venezuela, cualquier esfuerzo que haga en esta ofensiva mundial siempre será bienvenida debido a su dependencia sobre los ingresos del mismo. No solo se enfrenta a ello, sino también a presiones por parte de agencias calificadoras de deuda.
A inicios de semana la agencia Moody’s rebajó la calificación de la deuda y con ello le sumó más leña a las especulaciones en torno a un posible default (cesación de pagos) por parte de la nación.
La imagen negativa que se está creando en torno a que no paga los compromisos, hace más difícil el acceso al crédito internacional, hecho indispensable para enfrentar la guerra económica que padece.
La respuesta del Ejecutivo venezolano fue acordar la implementación de un plan de recuperación económica que revitalice la producción interna. Venezuela va con todo para cortar el “nudo gordiano” y resolver las dificultades a las cuales se enfrenta.