DENUNCIAS
03.11.2015
VATICANO (Uypress) —
Portada del libro de Fittipaldi
Este lunes informábamos de la detención de un sacerdote español y una asistente laica italiana, sindicados como los responsables de la filtración de información reservada que habría servido de insumo para los libros Avaricia, de Emiliano Fittipaldi, y Via Crucis, de Gianluigio Nuzzi.
El escándalo cobró nueva fuerza este martes con la difusión de extractos de las investigaciones basadas en los documentos filtrados, donde se informa de despilfarros, mala gestión e incluso mala fe en el uso de donaciones para la caridad, a lo que se agregan comportamientos bastante distantes del decoro por parte de altas jerarquías eclesiásticas. Eso se agrega a la incesante tarea de resistencia a los cambios y reformas impulsadas por el Papa Francisco.
Los libros Avarizia, de Emiliano Fittipaldi, y Via Crucis, de Gianluigi Nuzzi, ambos redactados, de acuerdo a lo que se estima, a partir de los documentos filtrados por el monseñor español Lucio Vallejo Balda y la publicista italiana Francesca Chaouqui -arrestados el fin de semana- exponen la existencia de pérdidas millonarias en ingresos por alquileres, acciones de sacerdotes codiciosos y escandalosas entregas de dinero para la proclamación de santos.
Vallejo y Chaouqui eran miembros de una comisión creada en 2013 por el pontífice para, justamente, ordenar y limpiar las finanzas de la Santa Sede. Ambos detenidos dijeron que quieren ayudar al Papa en su tarea de limpieza. Pero, según informa Clarín, las filtraciones son vistas como parte de una amarga batalla interna entre reformistas y miembros de la vieja guardia que se opone al Papa.
"Francisco debe saber que la fundación Niño Jesús, que recibe donaciones para niños enfermos, pagó la millonaria remodelación del apartamento del cardenal Tarcisio Bertone (...) que las fundaciones a nombre del papa Ratzinger y papa Wojtyla conservan más de 15 millones en sus cofres (...) debe saber que el Banco Vaticano no ha sido limpiado", escribe Fittipaldi en el prólogo de su libro Avarizia.
Fittipaldi y Nuzzi exculpan a Francisco de todos estos desmanes y remontan el origen del despilfarro a los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Sin embargo, el grado de las denuncias puede acabar volviéndose en contra del propio Francisco, de ahí que el Vaticano describiera los libros como "fruto de una grave traición a la confianza dada por el Papa".
Fittipaldi cuenta, por ejemplo, que hay personas que pagan hasta 400.000 euros para lograr que sus familiares sean beatificados y canonizados.
Nuzzi cuenta el caso de monseñor Giuseppe Sciacca que, en 2012, quería un departamento más confortable. Aprovechando que su vecino estaba hospitalizado, echó abajo la pared medianera y amplió su residencia concedida por el Vaticano. Cuando el vecino volvió, encontró sus pertenencias reunidas en cajas. El Papa argentino, que vive austeramente en un hotel, ordenó que lo echaran.
Fittipaldi narra a su vez que una fundación dedicada al apoyo de niños pagó 200.000 euros para renovar el apartamento de Tarcisio Bertone, ex número dos del Vaticano. Bertone afirma que lo pagó de su bolsillo.
Según el libro de Nuzzi, una tarea de la comisión formada por Francisco era valuar las propiedades inmobiliarias vaticanas. Un informe del grupo revela que el valor real es de US$ 3.000 millones, siete veces más alto que lo registrado en el balance oficial.
"El Papa está bastante solo", dijo Fittipaldi en una conferencia de prensa. Su libro y el de Nuzzi salen este jueves.
En varias ocasiones Francisco ha criticado en público a la Curia Romana, a la que tildó desde el inicio del pontificado de ser centro de "intrigas, chismes, camarillas con ambiciones de hacer carrera" y de padecer "Alzheimer espiritual".
VATICANO (Uypress) —
Portada del libro de Fittipaldi
Este lunes informábamos de la detención de un sacerdote español y una asistente laica italiana, sindicados como los responsables de la filtración de información reservada que habría servido de insumo para los libros Avaricia, de Emiliano Fittipaldi, y Via Crucis, de Gianluigio Nuzzi.
El escándalo cobró nueva fuerza este martes con la difusión de extractos de las investigaciones basadas en los documentos filtrados, donde se informa de despilfarros, mala gestión e incluso mala fe en el uso de donaciones para la caridad, a lo que se agregan comportamientos bastante distantes del decoro por parte de altas jerarquías eclesiásticas. Eso se agrega a la incesante tarea de resistencia a los cambios y reformas impulsadas por el Papa Francisco.
Los libros Avarizia, de Emiliano Fittipaldi, y Via Crucis, de Gianluigi Nuzzi, ambos redactados, de acuerdo a lo que se estima, a partir de los documentos filtrados por el monseñor español Lucio Vallejo Balda y la publicista italiana Francesca Chaouqui -arrestados el fin de semana- exponen la existencia de pérdidas millonarias en ingresos por alquileres, acciones de sacerdotes codiciosos y escandalosas entregas de dinero para la proclamación de santos.
Vallejo y Chaouqui eran miembros de una comisión creada en 2013 por el pontífice para, justamente, ordenar y limpiar las finanzas de la Santa Sede. Ambos detenidos dijeron que quieren ayudar al Papa en su tarea de limpieza. Pero, según informa Clarín, las filtraciones son vistas como parte de una amarga batalla interna entre reformistas y miembros de la vieja guardia que se opone al Papa.
"Francisco debe saber que la fundación Niño Jesús, que recibe donaciones para niños enfermos, pagó la millonaria remodelación del apartamento del cardenal Tarcisio Bertone (...) que las fundaciones a nombre del papa Ratzinger y papa Wojtyla conservan más de 15 millones en sus cofres (...) debe saber que el Banco Vaticano no ha sido limpiado", escribe Fittipaldi en el prólogo de su libro Avarizia.
Fittipaldi y Nuzzi exculpan a Francisco de todos estos desmanes y remontan el origen del despilfarro a los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Sin embargo, el grado de las denuncias puede acabar volviéndose en contra del propio Francisco, de ahí que el Vaticano describiera los libros como "fruto de una grave traición a la confianza dada por el Papa".
Fittipaldi cuenta, por ejemplo, que hay personas que pagan hasta 400.000 euros para lograr que sus familiares sean beatificados y canonizados.
Nuzzi cuenta el caso de monseñor Giuseppe Sciacca que, en 2012, quería un departamento más confortable. Aprovechando que su vecino estaba hospitalizado, echó abajo la pared medianera y amplió su residencia concedida por el Vaticano. Cuando el vecino volvió, encontró sus pertenencias reunidas en cajas. El Papa argentino, que vive austeramente en un hotel, ordenó que lo echaran.
Fittipaldi narra a su vez que una fundación dedicada al apoyo de niños pagó 200.000 euros para renovar el apartamento de Tarcisio Bertone, ex número dos del Vaticano. Bertone afirma que lo pagó de su bolsillo.
Según el libro de Nuzzi, una tarea de la comisión formada por Francisco era valuar las propiedades inmobiliarias vaticanas. Un informe del grupo revela que el valor real es de US$ 3.000 millones, siete veces más alto que lo registrado en el balance oficial.
"El Papa está bastante solo", dijo Fittipaldi en una conferencia de prensa. Su libro y el de Nuzzi salen este jueves.
En varias ocasiones Francisco ha criticado en público a la Curia Romana, a la que tildó desde el inicio del pontificado de ser centro de "intrigas, chismes, camarillas con ambiciones de hacer carrera" y de padecer "Alzheimer espiritual".