24 mar 2017

SIN PONERSE COLORADOS

URUGUAY
HABRÁ CAMBIOS EN LA REGULACIÓN DEL SISTEMA FINANCIERO PARA DETECTAR OPERATIVAS ILEGALES

Los principales deudores de Cambio Nelson son de la familia Sanabria y sus empresas
Mar 24, 2017




El presidente del Banco Central del Uruguay, explicó que a partir de la operativa ilegal de Cambio Nelson, el ente regulador del sistema financiero deberá ajustar “muchos detalles del marco normativo actual”. Puso como ejemplo, que la red de pago que trabajaba con esta casa cambiaria no alertó al BCU de las dificultades de transferencia de dinero que tenía Cambio Nelson.

Aclaró que si lo hubiera hecho habría operado como una señal de alerta. Explicó que el marco normativo no obliga a la red de pagos a alertar sobre la dificultad de un corresponsal para el cumplimiento de su obligación de volcado de dinero. “Esa es una línea de modificación normativa sobre la cual vamos a avanzar rápidamente, tanto a nivel del sistema de pago como del sistema financiero”, anunció Bergara.

Bergara compareció el miércoles 22 a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Representantes para informar sobre el procedimiento empleado por el BCU en el caso Cambio Nelson.

Al analizar las distintas cuentas del Cambio Nelson se comprobó la existencia de una por un monto de US$ 8.500.000, cuyo acreedor era el propio Cambio es decir, “el Cambio debiendo al propio Cambio” , por un monto significativo del orden de los US$ 4.000.000; lo que aumenta las sospechas respecto de posibles actividades no autorizadas. Por otra parte, a nivel mediático trascendió el vínculo de ventanilla o corresponsal que tenía el Cambio Nelson con una de las redes de pago, y se habló de un monto del orden de los US$ 2.500.000.

“Esos volúmenes, por más que a veces nos pueden parecer significativos, eran bastante consistentes con el proceso de cobranzas de las once bocas que tenía el Cambio Nelson de unos muy pocos días, con las fechas del mes y con que la red de pagos no retirara más dinero e, inclusive, pudiera haber volcado, porque era el período de pago de pasividades.

Por lo tanto, ese caso en particular, era consistente con una operativa razonable”, afirmó Bergara. No obstante, “lo que hubiera operado como una señal de alerta es que en alguna ocasión previa hubo algunos retrasos en el volcado de dinero a la red de pagos, que esta no reportó. A partir de esta experiencia hay muchos detalles del marco normativo que uno tiene que ajustar. Ese es uno”, agregó.

Bergara indicó que el marco normativo vigente “no obliga a la red de pagos a alertarnos acerca de que había un corresponsal que estaba teniendo dificultades para el cumplimiento de su obligación de volcado de dinero. Obviamente, esto hubiera ayudado como una señal de alerta de problemas. Esa es una línea de modificación normativa sobre la cual vamos a avanzar rápidamente, tanto a nivel del sistema de pago como del sistema financiero”.

Ante esta operativa que burló el control del BCU, Bergara recalcó que se debe perfeccionar el marco normativo y dijo que se debe ir en dirección de obligar, desde el punto de vista reglamentario, a las instituciones reguladas a reportar cualquier incumplimiento, en el caso de corresponsalías.

“Ese proceder hubiera ayudado a generar una alerta. Por lo tanto, en breve estaremos diseñando y aprobando esto, tanto para el funcionamiento del sistema de pagos, como del sistema financiero”, anunció el titular del BCU.

El jerarca explicó que no se pudo detectar la operativa de Cambio Nelson porque los informes de compilación de los estados contables recibidos no correspondían con la realidad. Estos informes eran realizados por un profesional contratado por la casa cambiaria.

Sobre la responsabilidad que habría tenido la referida persona, Bergara explicó que el BCU tiene la potestad de sancionar a los profesionales, sobre todo en los casos en que operan como auditores externos. Admitió que existe un “pequeño vacío en cuanto a qué pasa cuando no se trata de una auditoría sino de un informe de compilación.

“No tenemos una norma explícita que nos habilite a sancionar al profesional actuante, cuando en el proceso de un informe de compilación de estados contables no existe la debida diligencia, y a su vez hay apartamientos flagrantes de las normas de información financiera. Obviamente, esa información la trasladamos al juzgado, para que el juez proceda como entienda conveniente pero, desde el punto de vista administrativo del Banco Central, no tenemos norma que nos permita sancionar, como sí podemos hacerlo con los profesionales cuando actúan en auditorías externas”.

Bergara afirmó que el BCU cumple a cabalidad sus responsabilidades institucionales y está bien posicionado en la visualización internacional en base a mejores prácticas en la materia.

“Ha habido procesos sustanciales a nivel global y regional que han implicado movimientos importantes en el sistema financiero, que no han generado ningún tipo irrupción o nerviosismo en el sistema financiero uruguayo”, recalcó el jerarca.

356 actuaciones de supervisión

En la comparecencia al Parlamento, el superintendente de Servicios Financieros, Juan Pedro Cantera informó que desde el año 2009 se incorporaron alrededor de 20 nuevas empresas al rubro casas de cambio. Indicó que hubo un número significativo de transferencias de propiedad de casas de cambio, aunque también hubo bajas.

Dijo que unas 20 nuevas empresas están relacionadas con la situación de la actividad que están relacionadas con la situación de regularización de la actividad que estaban desarrollando sin haber obtenido la autorización previa.

Cantera afirmó que el BCU realizó un total de 356 actuaciones de supervisión sobre verificación de la existencia de operaciones de cambio por parte de personas no autorizadas, desde el año 2006 hasta el 2016. Estas actuaciones se hicieron en base a denuncias.

El jerarca admitió que el BCU no cuenta con recursos para salir a buscar un lugar en el que eventualmente se realice una operación de cambio, sino que se actúa en base a denuncias por parte de casas de cambio perfectamente identificadas. Muchas de las denuncias realizadas fueron por la Asociación Uruguaya de Casas de Cambio Autorizadas.

Recordó que a raíz de esas denuncias, se verificó un número significativo de operaciones de cambio y fueron sancionadas muchas empresas y personas físicas que actuaban ilegalmente. Destacó que estas inspecciones llevaron a la regularización de estas casas.

En el caso de Cambio Nelson, el BCU le realizó una actuación de supervisión en el año 2013 que estuvo enfocado en la evaluación del sistema de prevención de lavado de activos.

Cantera precisó que la información que disponía el BCU determinaba que el 99,97% de las operaciones de Cambio Nelson consistía en compra y venta de moneda.

“Claramente no había un elemento distinto como para hacer pensar que habría que investigar otro tipo de operación, aparte del sistema de prevención de lavado de activos”, indicó el jerarca del BCU. Recalcó que de las actuaciones de supervisión realizadas no se pudo detectar elementos que permitieran identificar alertas en dicha casa de cambio.

Familia Sanabria figuraba como mayor depositante

Camvirey (Cambio Nelson) contaba con doce sucursales y setenta y ocho personas en su plantilla. Tenía una participación del 9% de los activos en el total de las casas de cambio y el mismo porcentaje de patrimonio, y el 30 de junio de 2016 lideraba el ranking de utilidades de esas casas de cambio, según afirmó Cantera en el Parlamento.

Las autoridades del BCU defendieron la actuación que tuvo la institución por considerar que se actuó en forma inmediata, obteniendo información de registros que no estaban reflejados en los estados contables. A partir de estos datos, pudieron verificar que esta empresa contaba con una cantidad de clientes con saldos acreedores (depósitos) significativos.

Explicó que los saldos acreedores aparecen aplicados a empresas vinculadas al dueño del cambio (Francisco Sanabria) y de la familia propietaria del cambio en forma significativa. “Por lo tanto, quien le debe al cambio en forma más relevante es la propia familia o las empresas vinculadas”, aclaró.


Las autoridades del BCU informaron que de la base de clientes de la casa de cambio fueron identificados a una totalidad de 1.500, de los cuales unos 800 aparecen con saldo cero, lo que es absolutamente consistente con que estén registrados como clientes pero que desarrollan habitualmente una operación de compra y venta de moneda. De los restantes, 380 tienen saldos acreedores (depósitos) y unos doscientos noventa, saldos deudores (créditos).