por Manlio Dinucci
RED VOLTAIRE | ROMA (ITALIA) |
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21 DE MAYO DE 2024
Invitado por el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, efectuó una visita de Estado en China. No se trata de un acto meramente formal sino de un nuevo paso en el fortalecimiento de las relaciones económicas, políticas y militares entre los dos países.
Occidente rechaza rabiosamente a Rusia… y así la empuja hacia los brazos de China. Culturalmente distantes entre sí, la Federación Rusa y la República Popular China tienen sin embargo la misma experiencia en cuanto a la relación con su adversario. Ambos Estados han sido víctimas de la estrategia occidental del “divide y vencerás”.
China produce la tercera parte de los bienes manufacturados de todo el mundo –más que Estados Unidos, Alemania, Japón, corea del Sur y el Reino Unido juntos. Rusia, a pesar del sabotaje militar de Estados Unidos y la OTAN que inutilizó el mayor gasoducto del mundo –Nord Stream y Nord Stream 2–, que llevaba el gas natural ruso hasta Europa occidental, y también a pesar de las sanciones que la Unión Europea le impuso, suministra cada vez más gas y más petróleo a China e importa desde ese país los productos industriales que antes importaba de Europa.
El fortalecimiento de las relaciones entre Rusia y China es parte del fortalecimiento de los BRICS. Esta organización intergubernamental –iniciada por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica– se ha ampliado con la incorporación de Arabia Saudita, Irán, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos. Y ya hay nuevos aspirantes a entrar en el grupo BRICS, presidido este año por Rusia, grupo de países deseosos de establecer un orden mundial multipolar como alternativa al orden unipolar de Occidente.
Empeñado en mantener a cualquier precio su predominio en un mundo en plena transición, Occidente recurre a la guerra en un vasto escenario que va desde Europa hasta el Medio Oriente y Asia Central. En el discurso que pronunció en el desfile militar del 9 de mayo, en ocasión del 79º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria de 1941-1945 contra la Alemania nazi, el presidente Vladimir Putin describe la situación de la siguiente manera:
«Alimentar sentimientos revanchistas, burlarse de la Historia y tratar de justificar a los actuales adeptos del nazismo es parte de la política común de las élites occidentales para alimentar los conflictos regionales, las luchas interétnicas e interreligiosas y para contener los centros soberanos e independientes del desarrollo mundial.»
Este artículo es un breve resumen de la revista de prensa internacional Grandangolo transmitida el viernes 17 de mayo de 2024 por el canal italiano TV Byoblu.
Manlio Dinucci
Invitado por el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, efectuó una visita de Estado en China. No se trata de un acto meramente formal sino de un nuevo paso en el fortalecimiento de las relaciones económicas, políticas y militares entre los dos países.
Occidente rechaza rabiosamente a Rusia… y así la empuja hacia los brazos de China. Culturalmente distantes entre sí, la Federación Rusa y la República Popular China tienen sin embargo la misma experiencia en cuanto a la relación con su adversario. Ambos Estados han sido víctimas de la estrategia occidental del “divide y vencerás”.
China produce la tercera parte de los bienes manufacturados de todo el mundo –más que Estados Unidos, Alemania, Japón, corea del Sur y el Reino Unido juntos. Rusia, a pesar del sabotaje militar de Estados Unidos y la OTAN que inutilizó el mayor gasoducto del mundo –Nord Stream y Nord Stream 2–, que llevaba el gas natural ruso hasta Europa occidental, y también a pesar de las sanciones que la Unión Europea le impuso, suministra cada vez más gas y más petróleo a China e importa desde ese país los productos industriales que antes importaba de Europa.
El fortalecimiento de las relaciones entre Rusia y China es parte del fortalecimiento de los BRICS. Esta organización intergubernamental –iniciada por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica– se ha ampliado con la incorporación de Arabia Saudita, Irán, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos. Y ya hay nuevos aspirantes a entrar en el grupo BRICS, presidido este año por Rusia, grupo de países deseosos de establecer un orden mundial multipolar como alternativa al orden unipolar de Occidente.
Empeñado en mantener a cualquier precio su predominio en un mundo en plena transición, Occidente recurre a la guerra en un vasto escenario que va desde Europa hasta el Medio Oriente y Asia Central. En el discurso que pronunció en el desfile militar del 9 de mayo, en ocasión del 79º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria de 1941-1945 contra la Alemania nazi, el presidente Vladimir Putin describe la situación de la siguiente manera:
«Alimentar sentimientos revanchistas, burlarse de la Historia y tratar de justificar a los actuales adeptos del nazismo es parte de la política común de las élites occidentales para alimentar los conflictos regionales, las luchas interétnicas e interreligiosas y para contener los centros soberanos e independientes del desarrollo mundial.»
Este artículo es un breve resumen de la revista de prensa internacional Grandangolo transmitida el viernes 17 de mayo de 2024 por el canal italiano TV Byoblu.
Manlio Dinucci