ENTREVISTA DIARIO PERFIL
El presidente José Mujica dijo que el Frente Amplio “hace rato que tendría que haber impulsado una reforma constitucional, porque si no cambias los instrumentos jurídicos, después te encontrás con contradicciones y con un freno formidable”.
El presidente José Mujica dijo al diario argentino Perfil que Uruguay “funciona con un sistema jurídico acorde con el pasado, pero no con los cambios necesarios en el presente”. “Si tú en Uruguay le querés poner un impuesto a la tierra, a la concentración de la tierra, te lo terminan declarando inconstitucional. Como en todo el mundo y siempre en la historia, la juridisprudencia fue pensada e instalada por las clases dominantes, las capas conservadoras”, lanzó.
De esa forma, recordó que el Frente Amplio “hace rato que tendría que haber impulsado una reforma constitucional, porque si no cambias los instrumentos jurídicos, después te encontrás con esas contradicciones, con un freno formidable”.
“La Justicia, esa señora que ponen con una venda en los ojos y una balanza en las manos… eso no existe, porque la Justicia refleja el peso de las clases que dominan en una sociedad”, agregó, previo a decir que “los instrumentos jurídicos están sometidos a la historia, y la historia es una lucha de clases”.
“Hemos sido torpes en integración”
Sobre la integración regional, el mandatario dijo que “si no creamos mecanismos que nos vayan integrando, vamos a continuar como hojas sueltas en el viento”. De esa forma, criticó a las repúblicas latinoamericanas por “seguir metidas en el proyecto nacional”. “En los países determinantes de América Latina, Brasil, Argentina, México, los dirigentes hablan y asumen un discurso integracionista, pero desde el punto de vista práctico, están metidos hasta las orejas en las contradicciones del Estado nacional”, opinó.
Mujica recordó que “el proyecto integrador tiene doscientos años, pero que los partidos de izquierda han sido tan torpes que eso no es una bandera popular”. “¿Sabés quiénes somos los más integracionistas?”, preguntó al periodista de Perfil, a lo que respondió “los países chicos; por necesidad, porque vamos corriendo de atrás”.
Acto seguido, habló de que “la integración precisa un liderazgo, y ese liderazgo se llama Brasil”, y arremetió contra Argentina, que “tendría que acompañar, y no acompaña un carajo, más bien lo contrario, es como si se hubiera retrotraído a una visión de 1960”.
Mujica fue duro en sus términos al referirse a la política regional del vecino país y aseveró que “en cuanto tiene el viento de cola, se olvida de la integración, cuando le van bien las cosas agarra para otro lado”. Al respecto, no dejó fuera a Brasil: “Lula piensa igual… Y me vienen a buscar a mí para que me haga cargo de la lucha de integración. Lula dice: yo no puedo Pepe, no puedo porque soy brasilero (…) hay una fuerte burguesía paulista, que sin dirección política, coloniza en lugar de integrar”, dijo.
Reforma del Estado
Paralelamente, manifestó que el problema del Frente Amplio a la hora de dejar cosas por hacer es que “hay una herencia, y a partir de la década del 40 en Uruguay la democracia se fue amortiguando”. “Caímos en clientelismos, en utilizar al Estado para colocar mucha gente, demasiada gente, y así le fuimos quitando competitividad. Por un “proteccionismo” hacia la gente que trabaja, creamos una categoría de funcionarios intocables que tiene su porvenir asegurado; entrando en el Estado, dentro de cuarenta años se jubila y nadie lo toca, haga lo que haga”, sentenció.
Así, el mandatario afirmó que hace falta un mayor hincapié en la reforma del Estado, porque “perdió vigor, y obviamente los sindicalistas defienden esas conquistas, con lo que se transformaron en defensores del statu quo que maniataba al Estado”. “Tocar eso en el Uruguay es como hacer una revolución… Entonces, quedamos a medio camino”, opinó.
Para Mujica, el Frente trató de vigorizar las conquistas “siendo menos demagógico, tratando de usar y hacer las cosas un poco mejor, pero tenemos que transformar el Estado, hacer esa revolución”. “Tenemos los instrumentos, pero debemos ponernos de acuerdo”, apuntó.
En otro orden, se refirió al área de derechos humanos y consideró que “el problema es complejo”. “Por un lado, los criminales no se van a autoacusar; por otro, han dejado muy pocas pistas, yo diría que ninguna, para que la Justicia se aplique plenamente, con lo que tendríamos para muchísimo tiempo”, dijo, previo a sentenciar que “verdad y justicia suelen ser contradictorias y el problema está en la división política y las peleas, los odios, que eso genera en la sociedad cuando se prolonga en el tiempo”.