CASO VOLKSWAGEN
La compensación se hará con una tarjeta prepago de 500 dólares y otros 500 dólares en descuentos
SANDRO POZZI Nueva York 10 NOV 2015
Activistas de Greenpeace en la sede de Volkswagen en Wolfsburgo (Alemania). / JOHN MACDOUGALL (AFP)
El grupo Volkswagen trata de reconstruir su imagen en Estados Unidos con un programa de incentivos que trata de calmar la rabia de los propietarios de modelos diésel afectados por el escándalo de las emisiones. El plan incluye de momento una compensación de hasta 1.000 dólares (930 euros) por coche. En principio se concentra en los modelos de cuatro cilindros que están cubiertos por la primera orden de revisión emitida por las autoridades reguladoras.
El mercado estadounidense es elsegundo más importante para el fabricante alemán y es una pieza clave para preservar su supremacía en la industria mundial frente a Toyota. El efectivo que pone ahora en la cartera de sus clientes está estructurado en dos partes. Por un lado, les ofrece una tarjeta de prepago Visa por valor de 500 dólares que se puede utilizar en cualquier punto que acepte este tipo de crédito. La otra mitad solo se podrá canjear en los concesionarios autorizados.
El paquete se completa con tres años de asistencia gratuita en carretera. En paralelo, se ha creado un portal electrónico donde los propietarios afectados por el fraude de las emisiones pueden seguir que tipo de incentivos o de ayudas tienen a su disposición. Los ingenieros de Volkswagen, entre tanto, siguen tratando de dar con una solución que permita sustituir el sistema de control de las emisiones sin que eso afecte al rendimiento de los vehículos.
Para poder utilizar estos fondos, el propietario del vehículo Volkswagen debe determinar primero si el modelo es elegible. Para ello deberá utilizar el número de identificación del coche e introducirlo en el portal habilitado por la compañía. Una vez autorizado hay que indicar el kilometraje y ofrecer los datos de contacto. Las tarjetas llegarán a la dirección indicada en cuatro semanas. Para activarlas hay que acudir al concesionario con el vehículo y una prueba de propiedad del mismo.
Primer paso
La compañía no tiene previsto hacer las primeras llamadas formales a revisión hasta comienzos de 2016 para el caso de los modelos más modernos. El arreglo para los vehículos diésel de primera y segunda generación afectados tardará un año en llegar, lo que está creando numerosas quejas entre los dueños y está afectando a las ventas de estos vehículos en el mercado de segunda mano. Se trata, como dice la propia Volkswagen, de un primer acto “de buena fe”.
Volkswagen ya está ofreciendo asistencia financiera a los concesionarios para evitar que se les queden los coches sin vender. Pero necesita aún estructurar una respuesta definitiva a la crisis. Hay cerca de medio millón de vehículos afectados en Estados Unidos. Estos créditos se anuncian una semana después de que se emitiera otra orden que afecta a modelos de mayor cilindrada, que incluye todoterrenos diésel que se venden bajo las marcas Volkswagen, Audi y Porsche.
Está por ver, por tanto, si este plan de incentivos acaba extendiéndose también a los 10.000 vehículos de seis cilindros que equipa el sistema que permitía trucar la emisiones contaminantes. Como admite el aún consejero delegado de Volkswagen para América, el propósito de estas medidas es “recuperar la confianza de los clientes”. Audi, en paralelo, está elaborando un plan similar de asistencia para los modelos cubiertos por la orden de la agencia medioambiental.
Estos movimientos en EE UU se están siguiendo muy de cerca por las organizaciones de consumidores en Europa, porque pueden dar una indicación de por dónde irá la asistencia a los afectados. Volkswagen precisa que el uso de este crédito no va a impedir a los propietarios demandar a la compañía por haber violado las limitaciones en las emisiones y el consiguiente impacto que está teniendo en el escándalo en el valor de sus vehículos.