3 de Enero de 2017
A falta de menos de tres semanas para que Donald Trump asuma como presidente de Estados Unidos, el fabricante de automóviles Ford, objetivo de sus dardos durante la campaña por hacer vehículos en México, anunció este martes que cancela una inversión de u$s 1.600 millones en el país vecino.
La cancelación de esa inversión supone revocar su expansión en el país fronterizo, ya que con ella pone fin a su intención de construir una nueva planta en San Luis Potosí.
Al tiempo que canceló sus planes en México, Ford anunció una inversión de 700 millones de dólares en el estado norteamericano de Michigan, donde creará 700 nuevos puestos de trabajo. El dinero se invertirá en la ampliación de la planta de Flat Rock, en la que se producen los modelos Mustang y Lincoln y donde ahora se fabricarán también vehículos eléctricos y autónomos.
El segundo mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, que tiene cuatro plantas en México, fue amenazado por Trump durante la campaña con tener que pagar un arancel del 35% por los automóviles fabricados en el país vecino.
El anuncio que hizo llegó horas después de que General Motors, el primer fabricante del país, fuera objeto de una arremetida de Trump por producir en México el modelo Chevy Cruze y no pagar tasas al introducirlo en Estados Unidos para la venta.
"¡Fabriquen en Estados Unidos o paguen una tasa alta en la frontera!", escribió en Twitter. En la misma red social retuiteó después una noticia con el anuncio de Ford.
Kellyanne Conway, que fue su jefa de campaña y será asesora presidencial en su Gobierno, retuiteó también la noticia y la acompañó del "hashtag" "#AmericaFirst", Estados Unidos primero.
Ese fue uno de los lemas de la campaña electoral de Trump, en la que defendió el proteccionismo económico como forma de mantener empleos y arremetió contra los tratados de libre comercio, acusándolos de destruir puestos de trabajo en el país.
La marcha atrás dada por Ford supone un duro golpe para México, donde la apertura de una nueva planta iba a traer consigo la creación de 2.800 empleos. La fábrica de San Luis Potosí iba a unirse a las otras cuatro que Ford tiene en suelo mexicano y en las que en conjunto emplea a cerca de 9.000 trabajadores. Dos de esas plantas están en el estado de Chihuahua, una en el de México y otra en Sonora.
El fabricante estadounidense, que en su país da trabajo a unas 85.000 personas, mantiene sin embargo su intención de producir la próxima generación del modelo Focus en la planta de Hermosillo, en Sonora.
La economía del país vecino se está viendo duramente afectada por la llegada de Trump a la Casa Blanca ya antes de que esta se produzca.
Las amenazas a México del republicano, que asegura que pondrá fin al NAFTA, el tratado de libre comercio entre los dos países y Canadá, han hecho caer fuertemente el peso mexicano desde su victoria en los comicios presidenciales del 8 noviembre. Hoy se pronunció esa caída.
El comunicado de Ford no vinculó las decisiones anunciadas a la llegada de Trump a la Casa Blanca, pero su presidente y CEO, Mark Fields, dijo a CNN que la inversión en Michigan es un "voto de confianza" al ambiente empresarial que está creando Trump.Aseguró no obstante que su empresa no ha cerrado acuerdo alguno con el presidente electo. "Lo hacemos por nuestros negocios", manifestó.
En su cruzada contra la deslocalización de empresas estadounidenses en México y Asia, que en las elecciones le dio un apoyo importante en cinturones industriales que antes votaron demócrata, Trump consiguió ya impedir que una de las compañías importantes del país desistiera en su intención de llevarse puestos de trabajo al país vecino.
El fabricante de aires acondicionados Carrier y el presidente electo acordaron a finales de noviembre mantener en el estado de Indiana mil empleos que iban a irse a México gradualmente de ahora a 2019. En la comparecencia en la que se escenificó después ese pacto, Trump lanzó de nuevo su amenaza: "Las empresas no volverán a irse de Estados Unidos sin consecuencias", manifestó.
A falta de menos de tres semanas para que Donald Trump asuma como presidente de Estados Unidos, el fabricante de automóviles Ford, objetivo de sus dardos durante la campaña por hacer vehículos en México, anunció este martes que cancela una inversión de u$s 1.600 millones en el país vecino.
La cancelación de esa inversión supone revocar su expansión en el país fronterizo, ya que con ella pone fin a su intención de construir una nueva planta en San Luis Potosí.
Al tiempo que canceló sus planes en México, Ford anunció una inversión de 700 millones de dólares en el estado norteamericano de Michigan, donde creará 700 nuevos puestos de trabajo. El dinero se invertirá en la ampliación de la planta de Flat Rock, en la que se producen los modelos Mustang y Lincoln y donde ahora se fabricarán también vehículos eléctricos y autónomos.
El segundo mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, que tiene cuatro plantas en México, fue amenazado por Trump durante la campaña con tener que pagar un arancel del 35% por los automóviles fabricados en el país vecino.
El anuncio que hizo llegó horas después de que General Motors, el primer fabricante del país, fuera objeto de una arremetida de Trump por producir en México el modelo Chevy Cruze y no pagar tasas al introducirlo en Estados Unidos para la venta.
"¡Fabriquen en Estados Unidos o paguen una tasa alta en la frontera!", escribió en Twitter. En la misma red social retuiteó después una noticia con el anuncio de Ford.
Kellyanne Conway, que fue su jefa de campaña y será asesora presidencial en su Gobierno, retuiteó también la noticia y la acompañó del "hashtag" "#AmericaFirst", Estados Unidos primero.
Ese fue uno de los lemas de la campaña electoral de Trump, en la que defendió el proteccionismo económico como forma de mantener empleos y arremetió contra los tratados de libre comercio, acusándolos de destruir puestos de trabajo en el país.
La marcha atrás dada por Ford supone un duro golpe para México, donde la apertura de una nueva planta iba a traer consigo la creación de 2.800 empleos. La fábrica de San Luis Potosí iba a unirse a las otras cuatro que Ford tiene en suelo mexicano y en las que en conjunto emplea a cerca de 9.000 trabajadores. Dos de esas plantas están en el estado de Chihuahua, una en el de México y otra en Sonora.
El fabricante estadounidense, que en su país da trabajo a unas 85.000 personas, mantiene sin embargo su intención de producir la próxima generación del modelo Focus en la planta de Hermosillo, en Sonora.
La economía del país vecino se está viendo duramente afectada por la llegada de Trump a la Casa Blanca ya antes de que esta se produzca.
Las amenazas a México del republicano, que asegura que pondrá fin al NAFTA, el tratado de libre comercio entre los dos países y Canadá, han hecho caer fuertemente el peso mexicano desde su victoria en los comicios presidenciales del 8 noviembre. Hoy se pronunció esa caída.
El comunicado de Ford no vinculó las decisiones anunciadas a la llegada de Trump a la Casa Blanca, pero su presidente y CEO, Mark Fields, dijo a CNN que la inversión en Michigan es un "voto de confianza" al ambiente empresarial que está creando Trump.Aseguró no obstante que su empresa no ha cerrado acuerdo alguno con el presidente electo. "Lo hacemos por nuestros negocios", manifestó.
En su cruzada contra la deslocalización de empresas estadounidenses en México y Asia, que en las elecciones le dio un apoyo importante en cinturones industriales que antes votaron demócrata, Trump consiguió ya impedir que una de las compañías importantes del país desistiera en su intención de llevarse puestos de trabajo al país vecino.
El fabricante de aires acondicionados Carrier y el presidente electo acordaron a finales de noviembre mantener en el estado de Indiana mil empleos que iban a irse a México gradualmente de ahora a 2019. En la comparecencia en la que se escenificó después ese pacto, Trump lanzó de nuevo su amenaza: "Las empresas no volverán a irse de Estados Unidos sin consecuencias", manifestó.